Amenazas del Internet de las cosas
Aunque se ha convertido en una tendencia que puede generar muchos beneficios, las empresas deben establecer planes en caso de ‘hackeo’ o pérdida de datos
a revolución digital ofrece un nuevo elemento inductor de la innovación y las nuevas formas de hacer productos, servicios y negocios: el Internet de las cosas (IoT, por sus siglas en inglés), donde se interconectan objetos, procesos, datos y personas. Sin embargo, uno de los aspectos de este fenómeno es el aumento en la superficie de contacto (o ataque) de las empresas con Internet.
En 1999, Kevin Ashton, CEO de Auto-ID Center, acuñó el término de Internet de las cosas, que se refiere a la interconexión y la consolidación de sensores, equipos de medición, equipos de control, PLC, robots, autos, refrigeradores, árboles, mascotas, datos, clientes, elementos de gestión e incontables objetos dentro de un ecosistema digital, recopilando información para transformarla en un factor potente de decisión. En este macroambiente emergente, las nuevas conexiones aportan valor a las empresas mediante la conversión de datos en información, ésta en conocimiento y, por último, en inteligencia, la cual incrementa sus capacidades.
En el ámbito industrial, las compañías instalan más sensores conectados a Internet, para así comunicarse con otros dispositivos alrededor del mundo y en tiempo real. Así, cualquiera puede tener la trazabilidad de su cadena de valor. Otra aplicación inmediata es la interconexión de robots en ambientes de logística. Los autómatas pueden ser monitoreados y resolver incidencias de forma anticipada.
Otro beneficio del IoT es el cierre de la brecha entre clientes, proveedores y empresas. Esta convergencia permite enlazar a la alta dirección con la planta industrial y con ello reducir tiempos y costos de producción, ya que los gerentes tendrán acceso inmediato a la información que proviene del mismo entorno productivo y así facilitar la toma de decisiones.
Sin embargo, no en todos los procesos participan las personas. Por ejemplo, en una conexión Máquina a Máquina (M2M, Machine to Machine), dichos dispositivos intercambian datos para automatizar los procesos de comunicación sin intervención humana, con lo cual se convierten en objetos inteligentes.
Si se combina el IoT con otras tendencias como el cómputo en la nube y el Big data, es posible desplegar grandes capacidades de servicios y productos de última generación, los cuales crean a ‘la empresa inteligente’.
No obstante, el uso de estas soluciones tiene los mismos riesgos que cualquier herramienta de conectividad. Al exponer todos los objetos operativos al Internet, éstos son susceptible de amenazas típicas, como malware, hacking, o ataques de denegación de servicios. Por ello, es recomendable establecer un programa de concientización en toda la organización, de manera que directivos y gerentes puedan diseñar estrategias para mitigar los riesgos. Algunos consejos son: Preparar planes de continuidad y recuperación de negocios Crear modelos de evaluación y administración de riesgos Crear un programa de respuesta a incidentes Crear o contratar personal para el monitoreo y la gestión de nuevas amenazas y vulnerabilidades Identificar a las personas que almacenan y gestionan la información generada por el IoT Identificar qué información será compartida y a quiénes será compartida Crear vínculos estrechos con los equipos involucrados en el IoT No escalar al IoT sin los estudios y asesoría de expertos Crear un programa de privacidad para toda la información recopilada Mantener comunicación y retroalimentación permanente con los equipos involucrados Es inevitable que en un futuro el IoT penetre en todas las organizaciones a nivel global, por lo que el desafío es crear estrategias para gestionar a las nuevas empresas inteligentes y potenciar su eficiencia operativa, procesos de innovación y escalamiento dentro de su entorno competitivo. Una vez creada la gestión oportuna de esta tendencia, las empresas estarán en una fase de expansión de capacidades y en una nueva generación de negocios digitales. †