Orgánicos van por los neoconsumidores
La ‘herencia’ por comer más saludable modifica la producción de alimentos
Añadir leche materna al cereal es quizá una de las recetas que puede sonar menos suculentas, pero Holle —pionera en elaborar alimentos infantiles a partir de agricultura orgánica— la considera una de las mejores alternativas para mezclar el cereal sin gluten.
La empresa suiza con más de 80 años se concibe como uno de los fabricantes “líderes de alimentación infantil ecológica”, una tendencia que prospera entre las familias que buscan comida más balanceada. “Los avances tecnológicos han provocado que la industria de alimentos y bebidas busque cómo satisfacer las necesidades de los padres al momento de elegir alimentos más ‘sanos’ u orgánicos para sus hijos”, comparte Héctor Hernández-Pons, director de Aires de Campo, fabricante de productos orgánicos como jugos, carne y huevo, entre otros.
Agrega que los niños consumen cereales, papillas, fórmulas sin químicos, colorantes o conservadores y transgénicos, gracias a que las madres desean que sus hijos coman más saludable. Los adultos jóvenes —al querer que esto suceda— también lo adoptan, impulsando aún más el segmento que se caracteriza por no contener sustancias químicas ni conservadores. Entre 2010 y 2015 este creció 46.7% en México, según datos de Euromonitor.
Aires del Campo crece entre 18 y 22% al año. Hernández-Pons asegura que aún hay mucho espacio para seguir haciéndolo dada la “muy baja” penetración de este patrón de consumo. “Va desde los niños recién nacidos hasta los de la tercera edad con productos sin gluten, panes de linaza o centeno”, dice Manuel Kuri, vicepresidente y country manager de Siemens Mesoamérica, proveedora de software a las industrias para agilizar sus procesos.
El reto, dice, está en que las empresas tengan la capacidad para reaccionar más rápido que el consumidor y adelantarse a sus necesidades.
Por ejemplo, Barilla, la marca italiana de pastas —que hace poco lanzó un producto sin gluten en México y otros países— invirtió 56 millones de dólares en una nueva línea de producción en su planta de Parma. “La planta es libre totalmente de gluten, no solo la línea, sino todos los ingredientes que entran en esa planta: pasta, arroz, maíz y agua”, explica Mayra Morales, gerente de marca Barilla en México.