2018, UN PANORAMA ADVERSO
La industria ante TLCAN y elecciones.
“Es posible que la actividad industrial muestre una tendencia marcada a la baja”.
Para la industria manufacturera, las negociaciones sobre el Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN) es un factor determinante para analizar sus expectativas hacia 2018, sin embargo, no el único.
La negociación del acuerdo comercial tendrá repercusiones en toda la industria, en especial si depende de exportaciones a Estados Unidos, como la manufacturera, explica José Luis de la Cruz, presidente de la Comisión de Estudios Económicos de la Confederación de Cámaras Industriales (Concamin).
“El futuro [de las exportaciones mexicanas] depende de cómo termine la negociación”, dice.
En general, la industria manufacturera reportó un crecimiento de 3.4% entre enero y septiembre pasado, pero el panorama no es nada halagüeño.
Un reporte sobre perspectivas económicas, de la calificadora HR Ratings, alertaba en octubre sobre un estancamiento de la actividad manufacturera. “Si el comportamiento continúa en los próximos meses, es posible que la actividad industrial muestre una tendencia más marcada a la baja”, señaló.
En los primeros nueve meses, la fabricación de equipo de transporte (10.8%), de maquinaria y equipo (9.4%) de equipo de cómputo y electrónicos (7.9%) fueron los sectores con mayor crecimiento, pero hay otros que siguen mostrando marcada debilidad, como la industria textil, que registra una baja de 14% según el Inegi, productos derivados de piel y cartón (16.3%), y de muebles, colchones y persianas (5.7%).
“El sector lleva cuatro trimestres con números negativos”, señala José Juan Cohen Sitton, presidente nacional de la Cámara de la Industria Textil, quien apunta que el declive obedece, en parte, a la competencia desleal que representan los productos asiáticos, un tema añejo. La mala situación se refleja en el empleo del sector, pues en agosto de 2017 registró 21,454 trabajadores, cuando hace una década sumaba 23,282.
Nubarrones
En un informe, la calificadora HR Rating estimó que el crecimiento que la actividad manufacturera mostró hasta el tercer trimestre podría verse afectado por la desaceleración de las exportaciones
manufactureras y a la tendencia a la baja de la actividad industrial de Estados Unidos.
“Es un año más débil [2018], seguramente el sector crecerá 2 o 2.5%, porque pesarán los distintos efectos adversos”, dice De la Cruz, al hacer una perspectiva para el siguiente año.
Recuerda que la elección presidencial será otro factor de cambio para las inversiones que se hagan en actividades secundarias en el país.
Datos de la Secretaria de Economía indican que la inversión extranjera directa en el sector manufacturero baja en periodos electorales presidenciales, o al menos así fue en 2012 y 2006. En el primer caso, la IED fue de 9,432 millones de dólares (mdd) y en 2013 subió a 31,390 millones. Hace poco más de diez años arribaron al país más de 11,200 mdd contra casi 13,700 en 2007.
El tema electoral, junto con la incertidumbre que tiene el TLCAN, señala De la Cruz, ya permea en el ánimo de las inversiones y el panorama económico, tanto que el Fondo Monetario Internacional (FMI) prevé que la economía crezca 1.9% en 2018, contra 2.1% del año anterior.
De acuerdo con el organismo, se espera que el crecimiento “disminuya ligeramente antes de aumentar la velocidad a medida que se resuelve la incertidumbre” de las renegociaciones del tratado comercial.
Además, la inflación puede llegar a 6% el próximo año, mientras que el tipo de cambio alcanzaría hasta 20 pesos por dólar, complicando aún más el panorama para industrias como la química, comenta José Martínez Cortés, coordinador del Laboratorio de Análisis en Comercio, Economía y Negocio de la UNAM.
Mariana Ramírez, gerente de análisis de Grupo Financiero Bx+, prefiere ver una oportunidad ante factores como la propuesta de reforma fiscal planteada por la administración de Trump, que incluye bajar de 35 a 20% la tasa de ISR en Estados Unidos.
“No es tan negativo. Si hay un mayor crecimiento en EUA podemos ver un mayor consumo en este país y una mayor demanda de las manufacturas mexicanas”, comenta Ramírez.
Antonio Reboulen, director de Relaciones Institucionales y Comercio Internacional del Grupo Deacero, señala que hay otros factores que inciden en el panorama de la industria mexicana, como la competencia desleal derivada del ingreso al país de insumos y productos terminados provenientes de Asia.
Asegura que las importaciones de acero —la mayoría proveniente de Asia—, llegará a 15.6 millones de toneladas este año, lo que afectará la demanda de este insumo en el mercado interno.
El consumo interno puede ser la clave para enfrentar las complicaciones de 2018, pero nada está dicho. “El crecimiento que presume la industria no es nada halagüeño… No hay que echar las campanas al vuelo”, concluye Martínez Cortés, de la UNAM.