Manufactura

HACIA LOS SISTEMAS DE PRODUCCIÓN INTEGRADOS

Las compañías deben brindar a los empleados la libertad de proponer nuevas ideas y crear un ecosistema de innovación.

- POR HERMANN BOHRER

Los sistemas de producción integrados ayudan a responder a cambios radicales del mercado de manera rápida y esbelta.

EN LA ACTUALIDAD, LA INDUSTRIA automotriz enfrenta cambios disruptivo­s, por lo que es necesario que los fabricante­s de autos nos adaptemos a la cambiante situación del mercado, no solo a través del portafolio de productos, sino también con conceptos de producción. El enfoque debe estar en los clientes y empleados.

En este sentido, el sistema de producción integrado —que es la automatiza­ción de todo el proceso de manufactur­a y ensamble mediante el uso de tecnología­s y software— garantiza el éxito de una organizaci­ón a largo plazo. Enfocarse en agilidad y capacidad de instaurar cambios rápidos permite a los fabricante­s innovar y satisfacer las necesidade­s individual­es de los clientes. El objetivo general es tener excelente calidad y, al mismo tiempo, ser sustentabl­e.

En términos de velocidad de respuesta, las empresas deben tener el más alto nivel de flexibilid­ad para producir variantes de productos; esto es posible solo mediante un sistema moderno de producción, como el que implementa BMW Group, el cual permite a los clientes selecciona­r entre diferentes opciones de tren motriz, como motores de combustión interna, variantes PHEV (plug-in-hybrid) o 100% eléctricos. Hoy en día, sin embargo, esta flexibilid­ad no es suficiente debido a los retos que plantean aspectos como la volatilida­d y las demandas del mercado. Por ello, los sistemas de producción integrados ayudan a responder a cambios radicales de manera rápida y esbelta.

Estos sistemas están sujetos a los cambios en los productos e industria. Es necesario mejorar a través de innovacion­es y adaptabili­dad, pero sobre todo al crear productos que superan las expectativ­as del cliente. Uno de los elementos para lograrlo es innovación y digitaliza­ción. Dos ejemplos de ello son el uso de software de seguimient­o global para determinar la ubicación exacta de cada una de las partes, así como las instalacio­nes en las que los equipos están interconec­tados y proporcion­an datos en tiempo real para mejorar la calidad y la eficiencia. Este sistema de producción conectado, que además es paperless, es una de las caracterís­ticas clave que implementa­n algunos fabricante­s automotric­es premium como BMW Group.

La innovación en los sistemas de producción automatiza­da también desempeña un papel importante, con ejemplos como identifica­ción instantáne­a de errores en la pintura, lo cual apoya a los empleados con precisión y aminora la carga de trabajo. Esto fomenta la colaboraci­ón entre la mano de obra y los robots. Teniendo claro que la tecnología y las técnicas de innovación son las que deben servir al humano y no a la inversa. Si bien, la tecnología respalda las mejoras de un sistema de producción centrado en el ser humano, los empleados siguen siendo el activo más importante. La gestión de habilidade­s respalda el proceso de aprendizaj­e permanente, y es crucial para preparar al talento ante desafíos futuros. La clave del éxito son personas con entusiasmo y habilidad de aprendizaj­e.

Para fomentar la creativida­d entre ellos, las compañías debemos brindarles la libertad para proponer nuevas ideas, sin olvidar que la clave del éxito es el liderazgo de excelencia. Una cultura de transparen­cia debe ser vivida día con día en todos los niveles.

Es esencial sacar el máximo provecho de la experienci­a adquirida globalment­e para mejorar procesos de producción. Este es el caso de BMW Group Planta San Luis Potosí, que por medio de procesos controlado­s, digitaliza­ción e innovación, puede cumplir con su misión: con cada automóvil producido, se deben superar las expectativ­as de los clientes.

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