DETRÁS DE LA MEJOR ROBÓTICA
Competencias para sembrar talento.
Cuando el equipo LamBot 3478 de la Prepa Tec San Luis llegó este año a las semifinales de FIRST (For Inspiration and Recognition of Science and Technology) —uno de los torneos de robótica juvenil más importantes del mundo, celebrado este año en Houston— una de sus consignas fue capitalizar los aciertos y los errores aprendidos en ocho años de trabajo. El equipo había llegado tres veces consecutivas a los cuartos de final, pero fue hasta 2018 cuando alcanzó las semifinales, tras comprender que debía reorientar su filosofía de trabajo.
“Teníamos premios ganados, pero no teníamos un robot de élite, lo que incluso nos dejó un año fuera. Por ello, replanteamos la dinámica de trabajo para reforzar el esquema de mentores, ampliar el compromiso de los estudiantes y laborar más horas, con el reto de crear un robot más eficiente”, explica Federico Berndt, headcoach del equipo y profesor del Tec de Monterrey.
El resultado en el torneo implica disciplina, así que los jóvenes, de entre 15 y 18 años,
agregaron a su horario de escuela 25 horas de trabajo a la semana y entre 10 y 12 adicionales los fines de semana, durante el primer mes y medio que dedican a construir el robot de aluminio, de 50 kg. Hasta aquí se trata de una dinámica conocida por ellos, pero el ingrediente clave fue lograr que entre los chicos mejorara el nivel de trabajo en equipo y de turnar responsabilidades.
Para ello, los más veteranos en el torneo se convirtieron en mentores de los de primer año. “Dimos más poder a los jóvenes, en el sentido de que ellos sentaran las bases de cómo gestionar su tiempo, delegar, ayudarse entre sí, y que asimilaran que ganar exige actitud para cooperar”, agrega Berndt, quien ha trabajado con el equipo desde 2011.
En FIRST participan 52,000 estudiantes repartidos en más de 3,500 equipos de 27 países, que compiten en diversas convocatorias antes de pasar a la fase mundial. Este nivel de competencia requiere, además de habilidades técnicas, destrezas sociales, como una mente creativa para llegar a una solución cuando los recursos son limitados, explica Daniel Ramírez, gerente de desarrollo de ventas de América Latina de Universal Robots, empresa orientada a crear y fabricar robots colaborativos.
El triunfo de los mexicanos en estos escenarios ha requerido que los jóvenes participen en actividades con mentores, en las que se pone en práctica la toma de decisiones, donde puedan equivocarse en sus respuestas, y en las que observan qué tipo de acción puede marcar la diferencia en avanzar o no en la competencia, menciona Rafael Abrego, director de Innovación y Vivencia de Prepa Tec.
Esta apuesta por reforzar competencias sociales es también lo que busca el mercado laboral y que no es tan sencillo de encontrar, tratándose de perfiles formados en ciencias duras, como las ingenierías, comenta Daniel Gutiérrez, director de consultoría en la firma de capital humano Grupo Human. “Aún no hemos visto un algoritmo que pueda leer cosas como el temperamento. Si un ingeniero formado en destrezas como resolver problemas también puede ser socialmente inteligente, se convierte en alguien atractivo para el mercado”, menciona.
¿QUÉ SIGUE?
Los ingenieros especializados en robótica serán vitales para el desarrollo de las economías. La consultora Accenture señala que 85% de los líderes de empresas manufactureras prevén incluir en sus líneas de producción robots en colaboración con humanos para 2020, lo que se conoce como industria 5.0. Sin embargo, en México son apenas 20,000 los egresados de carreras de ingeniería, alrededor de 8% del total de egresados, frente a economías como China, donde 31% de los graduados universitarios se especializan en esta formación, según la Fundación Nacional de la Ciencia de Estados Unidos.
Por ello, es fundamental que el talento que participa en estas competencias no se pierda. Para Daniel Ramírez, quien también participó en torneos internacionales de física en los noventa, para lograr esta continuidad es necesario generar un esquema entre universidades, iniciativa privada y gobierno, donde estos jóvenes se vinculen con start-ups y empresas orientadas a la construcción de robots, para que ellos se sensibilicen con el emprendiemiento de proyectos enfocados en robótica y conozcan las problemáticas sociales que requieren resolverse con esta asignatura.
Otra opción es crear programas federales, con alternativa a fondo perdido, para generar empresas enfocadas en robótica o clústers de investigación donde participen estos talentos. La gran desventaja, hoy, es la desvinculación entre academia e industria, porque los jóvenes no saben cuál es el potencial de formarse en este rubro, señala Luis Lupián, consejero asesor de la Federación Mexicana de Robótica (FMR).
“Un ingeniero socialmente inteligente se convierte en atractivo para el mercado”. Daniel Guitérrez, director de consultoría de Grupo Human