Habemus acuerdo
México y EUA llegaron a un pacto de entendimiento tras un año de negociaciones; las implicaciones de las nuevas reglas en la dinámica industrial están por verse.
La llamada ocurrió el lunes 27 de agosto. Tras algunos problemas técnicos, el presidente estadounidense, Donald Trump, logró un enlace telefónico con su homólogo mexicano, Enrique Peña Nieto. “Es un gran día para el comercio, un gran día para nuestro país. Mucha gente pensó que jamás llegaríamos a este momento. Pero lo hicimos”, dijo Trump.
“Creo que esto es algo muy positivo para Estados Unidos y México”, contestó Peña Nieto.
Tras la llamada telefónica, en la que ambos presidentes anunciaron un principio de acuerdo para alcanzar un nuevo Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN) —Canadá reinició conversaciones con Estados Unidos el 31 de agosto—, los representantes del equipo negociador dieron algunos detalles de las nuevas reglas acordadas.
Agro queda intacto
Uno de los puntos polémicos que Estados Unidos buscó en la renegociación del tratado era fijar cuotas temporales a frutas y hortalizas mexicanas. Sin embargo, el acuerdo finalmente se mantiene intacto y sin cuotas.
“En el tema agrícola nada ha cambiado, y eso es muy bueno”, comenta Mario Andrade, vicepresidente de Comercio Exterior del Consejo Nacional Agropecuario (CNA), que estuvo cabildeando, junto con sus homólogos en Estados Unidos y Canadá, para que los acuerdos del sector agropecuario en México “no fueran dañados”.
“Todavía no podemos dar el análisis final, pero por ahora estamos contentos porque solventamos las diferencias con Estados Unidos”, añade.
El representante del sector detalla que durante la tercera ronda de negociaciones, en Ottawa, Canadá, hubo un momento clave en el que surgieron grupos de productores agrícolas estadounidenses, como el American Farmer Corporate Trade, que pidieron a sus congresistas no aceptar las propuestas que iban en contra del libre comercio.
“Estos grupos lograron hacer una carta con más de 30 organizaciones pidiendo que quitaran de la mesa la propuesta de cuotas estacionales. Durante un año mantuvimos la misma postura y logramos que se retirara de la mesa”, revela Andrade.
Un ‘seguro’ para la energía El acuerdo original incluía en su sexto capítulo una serie de reglas que México no firmó en 1994
porque la Constitución mexicana impedía la inversión privada en el sector energético. Esto cambió tras la denominada reforma energética hecha en 2013.
“Si el nuevo acuerdo incluye a México dentro de este capítulo, el país no podrá intervenir en este mercado de manera directa para manipular las importaciones y exportaciones de productos, como el petróleo, gas y electricidad. Esto es importante para dar certidumbre y mantener la inversión estadounidense en México”, señala Andrew Holland, director de estudios del centro de análisis American Security Project (ASP).
Nuevas reglas en automotriz Estados Unidos y México acordaron que los vehículos ensamblados en la región deberán integrar 75% de componentes hechos en la región. El otro 25% puede ser de cualquier otra parte del mundo. A diferencia de la regla anterior, que no establecía restricciones adicionales, la nueva estipula que, de este 75%, el 40% del contenido debe venir de zonas que paguen un mínimo 16 dólares por hora. Luz y sombra para el acero El pacto entre Estados Unidos y México tendrá efectos agridulces en el sector del acero y aluminio. Por un lado, los aranceles del 25% que Estados Unidos impuso a las importaciones desde México de aluminio y acero se mantendrán. Pero por otro, estas restricciones pueden impulsar a las armadoras y fabricantes de autopartes a buscar más proveedores locales, beneficiando a empresas como Vasconia, Ternium y ArcelorMittal.
Estas firmas ya realizan inversiones millonarias para surtir a la industria automotriz: Vasconia echará a andar en Veracruz unaplanta de laminación de aluminio en 2019; ArcelorMittal invierte 1,000 millones de dólares (mdd) en una nueva línea de laminación y modernización de su fábrica en Michoacán, y Ternium destina 1,400 mdd para mayor capacidad en Nuevo León.
“Las principales acereras de México ya comenzaron a invertir para sustituir importaciones. Es una carrera que ya empezó la industria”, comenta Rodrigo Garcilazo, analista de GBM.
El nuevo acuerdo comercial entre México y Estados Unidos es “el mejor acuerdo posible bajo las circunstancias actuales”, destaca un informe de los analistas de BBVA Bancomer. Las implicaciones de las nuevas reglas en la dinámica industrial mexicana están por verse.
“Mucha gente pensó que jamás llegaríamos a este momento. Pero lo hicimos”. Donald Trump, presidente de los Estados Unidos