LA TRANSFORMACIÓN DIGITAL
Bruno Juanes, Deloitte.
Al pensar en transformación digital, los primeros ejemplos que nos vienen a la cabeza seguramente no son del entorno manufacturero. De la antigua economía, las compañías de servicios, bancos, aseguradoras, operadoras de telecomunicaciones, así como las empresas de ocio y turismo, entre otras, hace años que están inmersas en este tipo de transformación.
El fenómeno se replica en compañías de la nueva economía, verdaderas nativas digitales que están en transformación y exploración de nuevos modelos de negocio incluso fusionando los mundos físico y digital (la compra de Whole Foods por parte de Amazon o su entrada a otros sectores económicos).
Pero cuando toca hablar de manufactureros es más difícil encontrar ejemplos de transformación digital más allá de las paredes de las fábricas, ejemplos que salgan de los procesos de manufactura y alcancen a transformar modelos de negocio. Salvo excepciones, pocas manufactureras abrazan la transformación digital como parte de sus actividades estratégicas.
Cuando preguntamos por qué, encontramos varias respuestas. Desde la falta de información en profundidad por parte de directivos sobre qué significa y qué implica, pasando por la resistencia a cambiar modelos de negocio exitosos y muy optimizados, o llegando a casos de tener la voluntad pero sin encontrar el evento que dispare el cambio. Asimismo, la inexperiencia en este proceso de transformación, mucho menos claro que los clásicos procesos top down del pasado (como los despliegues de Lean Six Sigma, por ejemplo), consiguen que los directivos duden y tarden en enfrentarse al cambio.
Para problemas, soluciones. Nuestra sugerencia para abordar la transformación digital empieza con despertar el interés de la capa gerencial encabezada por el CEO. Estos no son proyectos de transformación tecnológica exclusivamente, sino procesos de cambio integrales, y el primer ejecutivo es el responsable de dar el primer paso, involucrando y alentando a su equipo directivo. Después hay que definir una visión de transformación, ¿qué queremos?, ¿qué metas necesitamos alcanzar que no podemos con los productos y procesos actuales? Tras ello, conviene hacerse un autodiagnóstico de capacidades digitales en cada eslabón de las operaciones y de la cadena logística, así como en las herramientas de soporte tecnológico, en la organización y el talento.
Solo entonces, con ganas, visión y siendo conscientes del reto, podremos definir la ruta hacia la transformación digital, verdadera fuente de riqueza para los próximos años. O única manera de sobrevivir. Véanlo como prefieran.