EN BUSCA DEL PROVEEDOR IDEAL
La llegada de IKEA a México en 2019.
Ingvar Kamprad no es un nombre conocido, pero la compañía que lo convirtió en multimillonario sin duda lo es. Se trata de IKEA, el grupo sueco de muebles que en 2017 generó ingresos por 36,300 millones de euros (unos 42,376 millones de dólares), según la firma de inteligencia de mercado Statista.
Una de las claves del éxito de IKEA ha sido su robusta cadena de suministro: tiene 1,800 proveedores de materias primas y productos en 52 países, que le permiten rellenar con más de 10,000 productos diferentes las 415 tiendas que tiene en 49 países. A partir de 2019, México se sumará a la lista de países en los que la mueblera comercializa sus productos. El siguiente año, la compañía abrirá su primera tienda en México y también instalará una fábrica de muebles, ambas en Guadalajara. Esto ha generado expectativa entre los fabricantes locales.
“Algunos de los directivos de IKEA se presentaron con nosotros desde el año pasado para ver la posibilidad de integrarnos a su grupo de proveedores”, cuenta Mercedes Abundis, presidenta de la Asociación de Fabricantes de Muebles de Jalisco.
Los fabricantes de muebles de Jalisco llevan cinco años preparándose para este acontecimiento, ante los constantes rumores de que la empresa sueca, la mayor cadena de muebles del mundo, llegaría al país. Ahora ya no es un rumor, y Abundis asegura que los asociados están preparados.
Precio bajo y volumen
Cualquiera puede fabricar piezas con buen diseño, buen funcionamiento y alta calidad a un precio elevado. Pero para IKEA, el precio tiene que ser bajo para llegar a muchas personas. “Este es el sello de IKEA”, señala Lidia Martínez, coordinadora general del Instituto Mexicano de Estudios y Capacitación sobre la Industria Mueblera (IMECIM).
“Igual que nosostros, nuestros proveedores normalmente obtienen ganancias con altos volúmenes en lugar de altos márgenes. Los bajos precios y los altos volúmenes son para nosotros el motor y la fórmula para el desarrollo, los beneficios y el crecimiento”, dice la compañía.
Para lograrlo, IKEA ha estandarizado un programa de evaluación en dos fases: identificación y ejecución. Durante la primera fase se realiza un diagnóstico del proveedor a partir del cual se diseña un plan de acción que contiene mejoras comerciales específicas. En la siguiente fase, estas mejoras se ejecutan con miras a alcanzar un crecimiento y precios más bajos para los clientes.
Katia Lozano, académica de la Universidad de Guadalajara y experta en la industria mueblera, asegura que en Jalisco hay muchos productores que están a la altura de las exigencias de la firma sueca.
La compañía tiene 42 oficinas de servicios comerciales en todo el mundo que administran las relaciones con los proveedores: negocian precios, verifican la calidad de los materiales y vigilan las condiciones sociales y laborales. “Buscamos emprendedores que puedan marcar la diferencia, aportando innovación, soluciones, competencia fuerte, capacidades de gestión y producción. La base es siempre la calidad y el cumplimiento de estándares sociales y ambientales”, asegura la compañía en una página web diseñada para reclutar nuevos proveedores.
En México, requerirá proveedores en cuatro categorías: artículos para decoración del hogar, componentes, servicios de transporte y proveedores de alimentos. Esto último porque dentro de las tiendas suele haber una cafetería y salas de juego para niños cuyo objetivo es mantener a los clientes dentro por más tiempo.