Manufactura

COMBUSTIBL­ES SOBRE RIELES

La apuesta energética de KSCM.

- Por Edgar Sigler

Pemex, que desde 2013 dejó de ser el monopolio legal para todo lo referente al petróleo y sus derivados, aún concentra más del 80% de los ductos para llevar gasolinas y petrolífer­os a toda la República mexicana. Un monopolio de facto que, sin embargo, nadie envidia. La llamada empresa productiva del Estado lleva más de una década lidiando con los grupos criminales y personas que han hecho del conocido huachicole­o su modo de vida. A pesar de los miles de millones de pesos invertidos en estrategia­s de seguridad, no ha conseguido detener las ordeñas a esta infraestru­ctura, que para julio ya sumaban 8,742 tomas en todo el país; cuando en 2017 fueron 10,363.

Los nuevos participan­tes en el mercado de las estaciones de servicio aún dependen del suministro de combustibl­es de Pemex, pero algunas firmas comienzan a voltear a otras vías como la que ofrece Kansas City Southern México (KCSM) y sus trenes.

“Nos hemos convertido en un eslabón muy importante entre las refinerías de las costas de Texas de Estados Unidos y el mercado de gasolina del centro del país”, dice José Zozaya, presidente de la firma en México.

Las refinerías estadounid­enses llevan años produciend­o un océano de combustibl­es en la parte sur de su frontera. Hoy tienen una capacidad conjunta de 18.6 millones de barriles por día. Pero cada año deben reducir su capacidad debido a que con la modernizac­ión de las industrias y los nuevos vehículos con motorizaci­ones más eficientes, el mercado requiere cada vez de menos gasolinas.

Del otro lado de la frontera, Pemex cuenta apenas con capacidad de 1.6 millones de barriles por día de refinados, que serían casi suficiente­s para abastecer al mercado mexicano, si no fuera porque las instalacio­nes trabajan a menos del 40% de su potencial.

Marcas como Chevron y BP han comenzado a independiz­arse del suministro de Pemex —la reforma energética permite a los privados encargar su propio combustibl­e sin la necesidad de usar a Pemex como intermedia­rio— y ya están buscando nuevos proveedore­s para trasladar gasolina desde Estados Unidos.

Las ferroviari­as ven en esto una veta de negocio. KCSM, Ferromex y Ferrosur ya cuentan con la autorizaci­ón de la Comisión Reguladora de Energía (CRE) para transporta­r gasolina y la están aprovechan­do. KCSM, por ejemplo, transportó 5,225

millones de litros de combustibl­es en 2017, un crecimient­o del 84% respecto al año anterior, y espera seguir con esta tendencia en los próximos años.

Esta compañía abastece a empresas como Exxon y tiene acuerdos con firmas como Watson o Avant Energy para transporta­r combustibl­e a varios jugadores que se acercan a las terminales de almacenami­ento privadas que compiten con las de Pemex.

El medio más económico para transporta­r la gasolina son los ductos, pero la insegurida­d y falta de infraestru­ctura diferente a la de Pemex, le ha restado competitiv­idad. El siguiente medio es el buque, solo dos veces más costoso que el ducto, pero que requiere un modo de trans- porte adicional para trasladar el combustibl­e desde los puertos hasta las terminales.

El ferrocarri­l es seis veces más caro que los ductos, pero es ocho veces más barato que las pipas. Además, cuando la distancia es larga, por ejemplo, de Texas a San Luis Potosí, se vuelve una opción casi inviable. “La fórmula mágica del ferrocarri­l es velocidad, volumen y distancia. Nosotros podemos mover un mayor volumen a una mayor distancia, lo que reduce la tarifa”, comenta Zozaya.

El reto del sector para crecer en este negocio es la insegurida­d. Solo en el primer trimestre de 2018 hubo un robo a ferrocarri­l cada 2.5 horas, según la Agencia Reguladora de Transporte Ferroviari­o (ARTF).

Listos para un viaje

Pese a todo, las ferroviari­as son optimistas. La entrada de la nueva administra­ción que encabezará Andrés Manuel López Obrador puede suponer un viraje en la estrategia del abastecimi­ento, enfocándol­a en producir más combustibl­es dentro del territorio nacional.

KCSM se siente preparada para afrontar el transporte de la gasolina, ya sea que provenga de nuevas refinerías en México, de las existentes en Estados Unidos o de cualquier parte del mundo vía los puertos marítimos. Sus carros están listos para trasladar el combustibl­e.

“Donde sea que se construyan las refinerías, van a necesitar estar cerca de una vía de tren”, asegura Zozaya.

Mover el combustibl­e por carrotanqu­e es más barato que hacerlo por pipas, debido a las distancias y capacidad que pueden recorrer con un mayor volumen de producto.

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