El poder de los trilingües
Los profesionales que dominan tres idiomas ganan 30% más que los bilingües, y 70% más que las personas que solo hablan una lengua.
Ingeniero, maestría deseable, más de siete años de experiencia en un rol similar, habilidades de comunicación y liderazgo, dominio del español y del inglés y alto conocimiento del idioma y la cultura japonesa, son los requisitos que debe cumplir un profesional interesado en dirigir la oficina en México de una empresa internacional de la industria automotriz. Menos de 40% de los postulantes cubrirá todos los requerimientos. El resto quedará descartado por no hablar más de dos lenguas.
El idioma se ha convertido en un gran obstáculo entre los profesionales mexicanos. En sectores donde hablar inglés ya no es suficiente, el talento pierde hasta 60% de las oportunidades laborales por no dominar un tercer idioma, según datos de Michael Page México. “El inglés ya no es una ventaja competitiva, sino un requisito indispensable para ubicarse en el campo laboral. Sin embargo, apenas poco más de 50% de los directivos en la industria manufacturera dominan esta lengua”, explica Denis Daniliuc, director de la firma de reclutamiento para puestos gerenciales.
Ni hablar de un tercer idioma. La escasez de talento trilingüe afecta principalmente a los sectores automotriz y farmacéutico. Las compañías extranjeras —japonesas y alemanas, en su mayoría— que aterrizaron en México no están hallando el talento adecuado. “Es imprescindible que crezca el número de personas que hablan más de dos lenguas. De lo contrario, las oportunidades laborales van a disminuir drásticamente para los mexicanos”, menciona Kurt Pohle, consultor senior de Recursos Humanos de Hays México.
Pérdida de oportunidades
Según la compañía de gestión de talento Kelly Services, tres de cada diez vacantes en la industria manufacturera solicitan profesionales trilingües. Estos puestos ofrecen salarios 30% más altos que aquellos en los que solo se pide una segunda lengua, y hasta 70% mayores res- pecto a aquellos en los que no se requiere un idioma adicional al español.
Para las empresas, el problema principal es el tipo de talento al que puede acceder. Édgar Rosas López, presidente de la Asociación de Profesionales en Recursos Humanos de la Industria Farmacéutica y de la Salud (Aprhifac), refiere que en el sector que representa las compañías están contratando profesionales que hablen chino y alemán para que interactúen con los líderes de las grandes empresas, aunque no conozcan nada de la industria.
“En México se ha colocado gente sin las capacidades y habilidades que requiere la industria, solo por el hecho de dominar más de dos idiomas. Algunas firmas están descartando a gente talentosa si no tienen, al menos, nociones básicas de una tercera lengua”, expresa.
En la industria automotriz, la situación es distinta. Las empresas empezaron a generar programas de capacitación y a ofrecer cursos de idiomas en el horario laboral. Norma Godínez, directora de recursos humanos de Kelly Services, detalla que algunas compañías
El problema principal para las empresas es el tipo de talento al que pueden acceder.
invierten en promedio 1,000 pesos al mes por trabajador para que aprendan otra lengua.
Es lo que ha hecho Volkswagen (VW). Ante la falta de profesionales capaces de comunicarse con proveedores a nivel mundial y con representantes de la casa matriz en Alemania, la armadora decidió inaugurar su escuela de idiomas: Volkswagen Group Academy México. “Sólo 15% de los que se postulan a una vacante hablan inglés y menos de 10%, alemán. Ha sido muy difícil encontrar talento bilingüe y trilingüe, por eso capacitamos a nuestros colaboradores. Cada bimestre, la escuela atiende a 900 colaboradores”, dice Salvador Garrido, vicepresidente ejecutivo de Recursos Humanos y Organización de Volkswagen México.
El origen
Aunque las universidades ofrecen cursos de idiomas (y son requisito para titularse), más de 50% de los egresados aprenden un segundo o tercer idioma en el campo laboral, señala Daniliuc. El problema, menciona Godínez, es que los jóvenes no encuentran el valor de aprender una lengua distinta a la nativa. “Cuando los alumnos egresan se estampan con la pared de la realidad y se dan cuenta de que necesitan hablar más de un idioma. Es importante que las organizaciones, junto con las universidades, creemos alianzas para ampliar el campo de acción de los estudiantes”, menciona.
VW lo tiene claro: “Si no encontramos profesionales con habilidades de comunicación y posibilidades de colaborar en diferentes idiomas, nosotros nos encargamos de que desarrollen estas competencias”, apunta Garrido.