Los riesgos que vienen
El diferendo comercial EU-China es sólo una de las preocupaciones de la industria en México. ¿Cuál es el efecto de la inseguridad y las decisiones del gobierno sobre las expectativas del siguiente año?
Aun cuando el crecimiento repunte en 2020, las grietas actuales podrían provocar cambios que duren toda una generación Kristalina Georgieva, del FMI.
Desaceleración económica global, guerras comerciales, cambios de paradigmas políticos y tecnológicos dan la bienvenida a 2020; Manufactura preguntó a más de 500 líderes industriales en México sus perspectivas de inversión y crecimiento. Aquí sus respuestas…
Una imagen coreográfica de nado sincronizado lucía en tamaño monumental frente a decenas de líderes económicos globales reunidos en Washington DC. Amenizaba el discurso de Kristalina Georgieva, el pasado 8 de octubre al tomar posesión como directora gerente del Fondo Monetario Internacional, mientras ella explicaba que en 2017, un 75% de las economías mundiales crecían “en un auge sincronizado” como las bailarinas; pero hacia 2019 “el crecimiento del comercio mundial prácticamente se ha paralizado”.
En sólo dos años el mundo volcó y 2020 será clave para definir el rumbo del futuro económico global. En México no será menos significativo. Una vez pasada la transición gubernamental, se presentó a principios de octubre una nueva “política industrial” basada en un decálogo que incluye temas como aprovechar la apertura comercial para fortalecer los encadenamientos productivos globales; usar las compras de gobierno como palanca para impulsar a las PYMES al demandar mayor contenido nacional; reducir el costo regulatorio; fomentar la digitalización del sector manufacturero; entro otros. Lo anterior se da en un contexto de recortes a la expectativa del PIB en 2020 las cuales marcan un crecimiento de 1.3%, según Moody’s y de 1.39% de acuerdo con banco de México.
Manufactura preguntó a más de 500 líderes de empresas manufactureras de distintos tamaños (53% pymes), sus expectativas de inversión, crecimiento, y desempeño económico para 2020. Algunos hallazgos: existe un optimismo generalizado para crecer entre 5% y 10% en las facturaciones, y una cautela marcada en la expansión de operaciones o nuevas inversiones entre altos directivos industriales.
Un menor crecimiento global y la desaceleración del mercado interno son las principales amenazas que permean el animo de los líderes manufactureros; pero al observar los diferentes ramos industriales aparecen temas más puntuales, como el deterioro del Estado de Derecho en el ramo logístico, el encarecimiento de materias primas o insumos para la agroindustria y los alimentos; así como los cambios en el entorno laboral para el ramo automotriz y la consultoría y servicios a la manufactura.
“Es claro que México enfrenta una situación con elementos que parecen llevarnos a una recesión, sin embargo aún queda una salida: el incremento en el uso del gasto público para impulsar la inversión en infraestructura y así fomentar el crecimiento económico”, escribe para Expansión Juan Alberto González, académico de la Universidad Panamericana.
ORIGEN Y DESTINO
Tras el ascenso de Trump a la presidencia de Estados Unidos en 2016, y sus cambios en las políticas comerciales provocaron que la nación que representa 23.89% del PIB global, según el Banco Mundial; arrastrara a otras naciones –grandes y emergentes– a una baja de su actividad comercial, ambiente aderezado por la batalla arancelaria que inició contra China. “El efecto acumulativo de los conflictos comerciales podría suponer una pérdida de aproximadamente 700,000 millones de dólares para 2020, alrededor del 0.8% del PIB. Esto es el tamaño de toda la economía de Suiza”, según Georgieva.
La primera víctima de todo esto es el sector manufacturero. México, en particular, por su ubicación geográfica y su integración comercial con América del Norte está por ahora atado a seguir la tendencia regional. Sin embargo hay otras vías. De acuerdo con el reporte Asia, la siguiente fase de la globalización realizado por el McKenzie Institute, señala que “Las cadenas de valor productoras de bienes se están concentrando más a nivel regional”. Particularmente en sectores como el automotriz y las computadoras y la electrónica, y especialmente en Asia y Europa, las empresas están estableciendo cada vez más la producción en proximidad a la demanda.
En resumen 2020 se percibe como un año de mucha precaución y focos amarillos (y hasta rojos) para el crecimiento a futuro. En la agenda se ciernen asuntos definitorios de largo plazo como la ratificación del TMEC, las elecciones en Estados Unidos y el avance de la transición tecnológica a la automatización y nuevos entornos como las plataformas 5G. En esta ruta se abren nuevas oportunidades para el país.
El reenfoque del gasto público puede ayudar, pero el mayor crecimiento podría venir de adoptar las lecciones de Asia, de la búsqueda de una nueva sincronía hacia las cadenas productivas globales de mayor valor, diversificar mercados y aprender a tomar lo mejor de la industria 4.0 en función de un cambio hacia la innovación. El desempeño de la industria dependerá de sus propias decisiones. Sin duda 2020 será un año de contrastates y oportunidades, que habrá que calcular con precaución.