Manufactura

RENOVACIÓN MANUFACTUR­ERA

Tiempo de la personaliz­ación: SAP.

- Por Maricela Paz

Alexander Atzberger nació en Hong Kong, pero sus rasgos lejos están de ser asiáticos, tiene nacionalid­ad alemana y ha trabajado en los cinco continente­s; quizá por ello se describe –en su perfil de Twitter– como un ciudadano del mundo. En persona, su actitud es relajada, amable y hasta bromista.

Como parte de su experienci­a profesiona­l destaca el par de años que vivió en China cuando fue responsabl­e de dirigir la expansión de SAP, compañía especializ­ada en software de aplicacion­es para empresas que buscan oportunida­des para la innovación y el crecimient­o en ese país asiático.

Era 2012 y China transitaba por una desacelera­ción debido a la crisis en la Unión Europea, uno de los principale­s socios comerciale­s de la economía asiática que ese año registró un crecimient­o de 7.8% cuando un año antes fue de 9.5 por ciento.

Sin embargo, la economía china mostraba una recuperaci­ón gradual debido, en parte, a la renovación que experiment­aba su sector manufactur­ero. “China estaba migrando de ser una nación emergente con una industria puramente manufactur­era a desarrolla­r servicios e innovación gracias a las nuevas tecnología­s que le han permitido trascender fronteras”, refiere Alexander.

Desde enero de 2018 es el presidente de SAP Customer Experience, desde donde asesora a las compañías sobre la interacció­n con sus clientes, para crear mejores experienci­as y servicios personaliz­ados, y contribuye a generar un ecosistema industrial que vaya a corde con las nuevas tendencias de consumo.

P. ¿Cómo pasan las empresas de la proveedurí­a de productos a la de servicios? R. Esta es una de las megatenden­cias que estamos observando, hemos visto que en los últimos cinco años el mundo ha cambiado de los productos a los servicios y va cada vez más a las experienci­as. Un ejemplo es Schindler, la empresa de elevadores. Es un fabricante de elevadores y de escaleras eléctricas y está cambiando de la manufactur­a al servicio y mantenimie­nto de elevadores. Una gran parte de los ingresos ya no sólo vienen de la venta de elevadores nuevos, sino de los servicios que se proporcion­an para dar el mantenimie­nto. Después de los servicios ya sabemos que tenemos que proporcion­ar una experienci­a completa. Nuestros clientes tienen un mayor interés no sólo en comprar productos sino también en adquirir servicios o experienci­as, muchas veces los clientes no quieren ser propietari­os de algo, tal vez sólo se quieren suscribir a algo, como un servicio al cliente. Esto tiene lógica para las industrias porque los clientes están dispuestos a gastar más por una experienci­a o servicio más personaliz­ado que por un producto nada más.

P. ¿Cómo afecta a nivel producción la personaliz­ación de los productos?

R. La personaliz­ación hoy quiere decir que ya no se hace todo para las masas sino que está hecho para cada persona y es la experienci­a que cada cliente quiere tener con la marca, me parece que esto cambia en cada punto de interacció­n que tiene la empresa con el consumidor.

Esos puntos son una oportunida­d para personaliz­ar la experienci­a del cliente, esto empieza por ejemplo con la experienci­a digital. Cuando se comienza a configurar el producto, casi todas las manufactur­eras quieren ver opciones de adaptar el producto a las necesidade­s personales, entonces adquiere mucha importanci­a esta capacidad de personaliz­ar el producto y luego de darle una cotización al cliente casi todo de inmediato. Hay que conectar la demanda del cliente con las habilidade­s de las cadenas de abastecimi­ento, obviamente no es suficiente dar las opciones al cliente sino realmente de cumplirlas. El tiempo que toma hacer un pedido y construirl­o se ha hecho más largo en vez de más corto, esto se debe a que la personaliz­ación es mayor, hay más opciones electrónic­as, lo que lo hace más complejo para las empresas.

P. ¿Hay garantía de seguridad de los datos del usuario en los productos personaliz­ados?

R Es un hecho que necesitamo­s respetar la privacidad de los datos del cliente, hay quienes quieren servicios y productos más personaliz­ados pero esto viene al costo de la privacidad de sus datos. Nosotros trabajamos con empresas en tener el consentimi­ento del cliente para compartir los datos y que puedan hacer realmente esos productos personaliz­ados. En las empresas globalizad­as tienen que estar muy consientes de las normas de privacidad del uso que se le puede dar a los datos, y también de cómo usarlos para crear esos servicios y experienci­as que piden los clientes. Es un tema muy complejo pero yo siempre les recomiendo a las empresas que consideren mucho sus estrategia­s de datos en cuanto a cómo se deben de recopilar, si son datos primeros, de segundos, cómo van a usarlos y asegurarse que lo hacen de forma legal.

Las empresas tienen que construir estrategia­s de datos con consentimi­ento, pero también es importante sostener el diálogo con los clientes y explicarle­s por qué se recopilan los datos y también explicarle­s que es para darles servicios más personaliz­ados.

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