EL LADO B DE LA TECNOLOGÍA
Bruno Juanes, Deloitte.
Por Bruno Juanes
Me permito titular el artículo parafraseando el lema con el que Bill Clinton y el equipo demócrata derrotaron a Bush padre en la elección de 1992, pero en este caso lo emplearé para que nos demos cuenta de cómo las tecnologías de la cuarta revolución industrial también se emplean para fines diferentes a los que los lectores de esta revista imaginan.
El 14 de septiembre nos despertamos con el ataque con drones a la refinería Saudí de Abqaiq en el campo de Khurais. De un plumazo, sin previo aviso, sin siquiera despertar de su letargo a los guardianes del espacio aéreo del país árabe, un grupo de drones borró 5.7 millones de barriles diarios de petróleo del mercado mundial (México produce 1.6 millones de barriles diarios), reduciendo 50% la capacidad de producción de Arabia Saudí y elevando el precio del petróleo Brent de 60 a 71 dólares por barril, afectando a la economía mundial de un solo golpe. No hubo bajas entre los atacantes, no hubo posibilidad de defensa y se generó una crisis de proporciones planetarias tras la acusación directa de Arabia Saudí y Estados Unidos en contra de Irán como instigador principal del ataque.
Cuando nos estábamos recuperando de esta noticia, el titular de la Secretaría de Seguridad y Protección Ciudadana de nuestro país denunció a finales de septiembre ciberataques contra la Guardia Nacional mediante medio millón de robots de software (bots). Del ataque responsabilizó a dos empresas cuyo nombre no trascendió. Los bots estaban supuestamente generando noticias falsas para desacreditar la actuación de la Guardia Nacional.
Por último, asistimos al inicio del proceso de cuestionamiento y eventual destitución (impeachment) del presidente de nuestro país vecino, pero en este caso por el uso de una tecnología del siglo pasado como el teléfono, al ser sorprendido tratando de denostar a su futuro oponente electoral mediante una llamada al presidente de Ucrania. Para llorar.
Estas son algunas de las noticias que se generan sobre el uso de la tecnología para fines delictivos cuyo impacto va desde el ámbito local al planetario. Drones y bots son tecnologías que, usadas correctamente, nos apoyan en la operación de las empresas. Combinadas con otras tecnologías, como la inteligencia artificial, nos ayudan a mejorar la gestión de los inventarios, a mejorar las condiciones de seguridad de activos y personal de nuestras fábricas, entre otras muchas cosas, pero si como humanidad no creamos la regulación necesaria de estas tecnologías, el futuro se puede ver bastante más negro de lo que está hoy.