HAMBRE DE INVERSIÓN
¿Cómo recuperar la IED industrial?
La industria manufacturera del país enfrenta un panorama sombrío. La baja de 1.7% que registró la producción industrial durante los primeros nueve meses del año muestra una tendencia negativa afectada por factores internos e internacionales que al mismo tiempo inciden en el ánimo de los inversionistas. De enero a junio la Inversión Extranjera Directa (IED) que llegó al país para el sector manufacturero registró una caída de 1,500 millones de dólares (mdd), llegando a 7,743 mdd desde los 9,301 millones de igual lapso de 2018, según datos de la Secretaría de Economía.
De acuerdo con expertos consultados, la caída obedece a factores locales y externos, que van desde la guerra comercial de Estados Unidos con China, la falta de ratificación del T-MEC y los signos de debilitamiento de la actividad económica del vecino país, donde se ha visto cierta desaceleración manufacturera, según Manuel Molano, director general del Instituto Mexicano para la Competitividad (Imco). “Esa desaceleración se convierte en recesión manufacturera en México porque muchas plantas que surten el mercado americano de bienes manufacturados están aquí”.
Sobre los factores internos, Gabriela Siller, directora de análisis económico-financiero de Banco Base; José Luis de la Cruz, director del Instituto para el Desarrollo Industrial y Crecimiento Económico (IDIC), y Molano, coinciden en que la falta de reglas claras, los cambios que ha hecho el gobierno, por ejemplo, con la cancelación de las rondas petroleras o para la entrega de certificados de energía limpia (CEL), así como la falta del estado de derecho, han debilitado la confianza de los inversionistas. El cambio en los CEL “puede generar mayor incertidumbre y hacer que las empresas chiquitas no tengan tanto acceso a generar y, por lo tanto, no se genere más inversión”, menciona Siller. “Las empresas extranjeras no están realizando nuevas inversiones, sino realizando una reinversión de capital”, apuntó De la Cruz. “Las empresas extranjeras percibieron mayor riesgo de México o, que la desaceleración global, no solo de la economía mexicana, las lleva a moderar sus ritmos de inversión en el país”, añade.
Casi nada...
El panorama luce sombrío no sólo para el próximo año, sino también para la mitad del sexenio. “Al menos la primera mitad del sexenio la inversión extran
jera directa va a ser débil tanto por los factores internos como porque la economía global está enfrentando el inicio de su fase de desaceleración”, adelantó José Luis de la Cruz, del IDIC.
Esto obedece no sólo por lo que pasa afuera, sino también por factores domésticos. “Tienes un Presidente que se la vive despotricando contra los empresarios, contra lo que se hizo en la economía los últimos 30 años (…) Eso no le cae bien a los inversionistas”, afirma Molano.
La industria automotriz, las manufacturas de maquinaria, el equipo eléctrico y electrónico y el sector energético son los sectores que serán más afectados por la baja en la IED manufacturera, según estiman expertos.
Revertir la tendencia requiere un plan de acción conjunto que luce prácticamente imposible, incluyendo un cambio de paradigma en el que el país se abra más a las reglas de la Organización Mundial de Comercio (OMC), es decir, tener intercambios con países con los que no se tienen tratados de libre comercio para aumentar el valor de la oferta de productos que se venden a Estados Unidos.
“México debería comerciar mucho más bajo reglas de la OMC y con un núcleo mucho más amplio de países. Podrías poner la planta productiva mexicana manufacturera en una situación de mucho mayor productividad si pudieras importar muchos más componentes de Asia, particularmente de China, y podrías poner la planta productiva mexicana manufacturera en una situación de mucho mayor productividad si pudieras importar muchos más componentes de Asia”, explica Manuel Molano, de IMCO.
Pero no es todo. Según los expertos consultados, a nivel internacional debe ocurrir la ratificación del T-MEC y que la guerra comercial entre China y Estados Unidos llegue a su fin.
Por lo que toca a lo doméstico: se tienen que fijar y respetar las reglas para la iniciativa privada y retomar las rondas energéticas, así como aumentar el gasto en infraestructura.