SÍ MEREZCO UN TRAGO
Después de Zaragoza y Constituyentes, Palmas es la peor avenida de la ciudad. Es un cúmulo de estrés, transa, burocracia, prisa y hostilidad —sobre todo si te atreves a andar en bici entre puro camionetón blindado—. A veces esta ciudad nos come. Vivirla, sobre todo de lunes a viernes, agota. Pero la ciudad también esconde recompensas, y afortunados somos cuando las encontramos.
Una de ellas es un bar nuevecito en el sótano de Plaza Carso Palmas (Palmas 781, Col. Lomas de Chapultepec III Sección). Se llama KO MA (aplausos al despacho arquitectónico de Ricardo Warman por haber logrado este espacio luminoso dentro de una plaza oscura y fea). En la carta hay 11 tragos. Bien. Confío en los lugares con cartas breves y concisas; son muestra de la seguridad del bartender, cocinero, sommelier o quien le haya dado forma.
Fue Mica Rousseau quien curó la carta de tragos. Otra buena señal. Él es responsable de uno de los mejores bares de cocteles en la ciudad: Fifty Mils. Uno de sus discípulos es quien está detrás de la barra, Luis Franklin. Si te distraes tantito, se pondrá a hacer discretos movimientos de flairtending.
El coctel sugerido para soltar los hombros —y olvidar al chofer de las Lomas que te aventó lámina y casi te tira de la bici— es el Patio Fizz. Fresco, con vodka, Chartreuse amarillo y jugo de dos limones —verde y Meyer—. Ya más entrados en ambiente, el Este Punch es otro acierto. Tiene dos tipos de ron (joven y ámbar), jugo de limones y jugo de piña. Es como un tiki, tropicalón, medio dulce y acidito, y bastante pegador.
Si ya pegó, hay que pedirle al mesero un platito de jamón ibérico o —viéndonos espléndidos— algún plato del restaurante homónimo, el nuevo proyecto de los chefs Mikel Alonso y Gerard Bellver.
Este es el lugar perfecto para pasar el rato en lo que se baja el tráfico. No es barato, pero tampoco impagable. Cada trago está entre $150 y $200 y vale cada peso.