KING COLE BAR
EL LUGAR IDEAL PARA UN VIERNES COCTELERO
Hace poco fue reconocido por Tales of the Cocktail como uno de los 10 mejores nuevos bares de coctelería en América. Entonces volví a este bar que parece estar siempre ahí, en el mismo espacio y tiempo, por los siglos de los siglos.
Ahora tiene un nuevo head bartender, Richard Sandoval —el mejor de México en 2014—, quien siempre le inyecta emoción a las cartas cocteleras. Y sí, emoción es justo lo que le faltaba a King Cole.
Si un día tienes ganas de no llegar a tu casa —de preferencia en quincena—, sube al piso 3 del St. Regis (Paseo de la Reforma 439, Col. Cuauhtémoc), pide un Ma Bloody Snapper (vodka, mezcal, pimiento, miel de agave, oporto y limón meyer, $230) y disfruta del jazz en vivo mientras lees algo que te haga lucir como persona importante. O quizá quieres algo más dulcecito: un Pimp-Rock Crusta (ron del bueno, agua de jamaica, guayaba, jugo de piña, canela y licor de vainilla, $300). Los cocteles de la casa son muy llamativos en su presentación y querrás instagramearlos, aunque el ambiente te haga sentir que en vez de tomar fotos deberías sostener la copa a la altura del hombro y decir frases como: “Y entonces así cerré el deal, ¿cómo ves?”. Equis, si te relajas (casi) nadie te verá feo. Prejuicios fuera, este es un gran bar para ir solo y darte un gustito con el celular en modo avión. Tip: pide un clásico French 75 (ginebra con champaña y limón amarillo, $210) y un John’s Hot Dog ($270) que viene con cebollitas en tempura súper ricas. Pocos matches tan exitosos como este: jocho salado y las burbujitas de un trago amarguito. La versión en piano de “My Way”, que suena a unos pasos de ti, creará un efecto de relajación extraño: te sentirás como se siente un señor en bata y gazné de seda tomando un trago fino en su mansión. Eso sí: entra en ese papel para que cuando llegue la cuenta, la firmes sin ver.