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El escenario de la nueva presidenci­a

- Roberto Rodríguez Gómez UNAM. Instituto de Investigac­iones Sociales. roberto@ unam. mx

El lunes pasado se dio a conocer el relevo de la presidenci­a del INEE al concluir el periodo de Sylvia Schmelkes del Valle. Resultó electo por el órgano colegiado el consejero Eduardo Backhoff Escudero, quien ocupará el cargo a partir del próximo 30 de abril.

Ocurre una condición singular en este relevo directivo: el periodo para el que fue designado Backhoff como miembro de la Junta de Gobierno del INEE vence el año próximo, precisamen­te el 30 de abril de 2018. Por ello, en sentido estricto, la designació­n de Backhoff tiene como fecha de vencimient­o el periodo anual. Pero la ley previene que los integrante­s de Junta de Gobierno pueden ser reelectos para un segundo periodo, en cuyo caso se sigue el mismo procedimie­nto que para la renovación de los integrante­s del colegiado, es decir la pauta indicada en la fracción IX del artículo tercero constituci­onal reformado en 2013.

¿ Cómo procede la renovación de la Junta de Gobierno? De acuerdo a la preceptiva constituci­onal se debe cumplir el siguiente procedimie­nto: Para cada vacante de la Junta, el Ejecutivo Federal designa una terna y la pone a considerac­ión del Senado. El órgano legislativ­o, previa comparecen­cia y valoración de méritos las propuestas del Ejecutivo, designa al candidato que a su juicio es idóneo para ocupar la posición. Para validar la elección debe cumplirse el supuesto de una votación de dos terceras partes ya sea del quórum del pleno, o bien de la misma proporción en la Comisión Permanente, en el evento en que la deliberaci­ón ocurra durante alguno de los periodos de receso del Senado.

Como los recesos de la cámara alta van del 16 de diciembre al 31 de enero, y del 1ro. de mayo al 31 de agosto de cada año, es de esperarse que las primeras sustitucio­nes de la Junta de Gobierno deban ser aprobadas en el pleno y no en la permanente. Solo en casos de renuncia o falta absoluta que sucedieran en los periodos de receso podría cumplirse la segunda hipótesis. Hay dos supuestos adicionale­s: si el Senado no concluye el proceso de decisión en un plazo de treinta días, o si rechaza la totalidad de la terna, entonces el Ejecutivo tiene la prerrogati­va de selecciona­r cuál de los integrante­s ocupará la vacante.

Nótese que, para todos los efectos prácticos, aunque la integració­n de las ternas son atribución formal del titular del Ejecutivo, la autoridad educativa federal indudablem­ente participa la toma de decisiones. Así pasó en 2013 y de manera similar habrá de ocurrir en los próximos procesos. Para ejercer una presidenci­a de tres años, además de ser reelecto como miembro de la Junta de Gobierno mediante el procedimie­nto descrito, Backhoff tendría que ser ratifi cado presidente de la Junta por el órgano colegiado.

Por lo dicho, tiene la nueva presidenci­a un doble horizonte temporal. El de un año, en que las acciones, medidas y reformas que Backhoff proponga y consiga consensuar en la Junta de Gobierno — no sobra recordar que el INEE se rige bajo el principio de una dirección colegiada—, faciliten su permanenci­a en la Junta y en la presidenci­a. Y el de tres años, en que cabría aspirar, de manera realista, al diseño e implementa­ción de soluciones que enfrenten los problemas con los que ha topado la conducción del Instituto.

Entre 2018 y 2020 el resto de los integrante­s de la Junta de Gobierno ( Margarita Zorrilla en 2018, Teresa Bracho y Gilberto Guevara en 2019, y Sylvia Schmelkes en 2020) deben someterse al procedimie­nto de reelección o desafi liación del órgano colegiado. Este periodo atraviesa por una aduana de gran incertidum­bre: las elecciones federales de 2018, las defi niciones de política educativa del gobierno entrante, y la correlació­n de fuerzas partidaria­s en el Senado. Anticipar cualquier cosa en tal coyuntura sería especular sin fundamento. No obstante, el INEE está obligado a calcular sus próximas acciones ( planes, proyectos y programas) y posicionam­ientos en la diversidad de opciones políticas del futuro inmediato.

El INEE compete jugar un papel relevante en la defi nición y redefi - nición de las políticas educativas, en especial las que involucran procesos de evaluación de actores y procesos, así como de diagnóstic­o de la realidad educativa del país. Para cumplir con su encomienda, y para evitar la colonizaci­ón de su estructura directiva por la SEP o el SNTE, el Instituto debe reforzar, en la medida de sus posibilida­des y recursos, sus áreas de competenci­a técnica, sus procesos de gestión interna, y sus facultades de coordinaci­ón del Sistema Nacional de Evaluación.

En la coyuntura resulta entonces relativo el dilema de continuida­d o cambio. El Instituto está formalment­e obligado al desempeño de funciones asignadas por las normas educativas que le dieron lugar, pero también debe arriesgar posiciones públicas para renovar legitimida­d. Sobre todo con los maestros, sobre todo.

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