URGE INSERTAR A LA EDUCACIÓN SUPERIOR EN LA ERA DEL CONOCIMIENTO
El Plan Integral para el Desarrollo de la Educación Superior busca que la SEP desarrolle, junto con las universidades, nuevas rategias que permitan enseñar a los jóvenes a resolver los retos del futuro
Las instituciones de educación superior enfrentan un nuevo entorno social, cultural, académico y tecnológico. Les abre nuevos retos en el camino, pero implica también asumir estrategias novedosas y acordes con estos desafíos.
Es momento, coinciden autoridades y rectores, de delinear objetivos para tener un mayor impacto en asuntos como la cobertura, la calidad, la pertinencia y la investigación que se gestan en las universidades públicas del país.
En ese contexto, se inserta el Plan Integral para el Desarrollo de la Educación Superior ( PIDES), que impulsa la Subsecretaría de Educación Superior de la Secretaría de Educación Pública.
Se trata de un proyecto que busca, desde el diálogo, la consulta, las propuestas, el consenso y el contacto directo con los rezagos que experimentan a diario las instituciones, construir un mapa actualizado de cómo enfrentar los rezagos que persisten en el sector.
Reorientar el sistema de educación superior para aprovechar mejor las tecnologías de la información, el acceso libre al conocimiento, la internacionalización estudiantil y docentes para enriquecer la experiencia y el entorno de este nivel educativo.
Pero la prioridad, comentan los encargados de las instituciones de enseñanza superior, es rediseñar los planes y programas de estudio, así como flexibilizar los métodos y las estrategias de aprendizaje para lograr resultados más integrales.
Construir desde los estados, desde cada región, un plan que defina con detalle cuáles son los parámetros que no se han concretado y cuál debe ser el camino para superar los altos índices de deserción, las cuentas pendientes en materia de evaluación y el anquilosamiento de los modelos educativos.
Ahí es donde se debe trabajar, asumen, y hacia allá se ha enfocado el PIDES. Trabajar de manera conjunta hacia la estructuración de un sistema de educación superior mucho más sólido e interconectado para no quedarse fuera de estos cambios.
Rediseñar el panorama
El objetivo del PIDES es incorporar la visión de rectores y directores de las instituciones de educación superior en cada uno de los estados y repensar el sistema desde las propias necesidades y cualidades.
Y es que, de acuerdo con el diagnóstico presentado por las autoridades, la tendencia a nivel mundial habla de planes de estudios dinámicos, orientados a problemas y a contextos reales, multiculturales e interculturales, más allá de currículos especializados, rígidos e enciclopédicos.
De acuerdo con Salvador Malo Álvarez, Director General de Educación Superior de la Secretaría de Educación Pública, la visión del PIDES deriva de que actualmente las sociedades modernas tienen una estructura muy distinta a la del pasado, por lo que hoy la enseñanza demanda nuevas habilidades.
Donde no sólo se transmitan conocimientos, detalla el funcionario, sino que se oriente al alumno a autoaprender y a mantenerse en una constante actualización y capacitación, debido a que los cambios, sobre todo en los ámbitos de la ciencia y la tecnología, son vertiginosos.
Malo Álvarez explica que están ocurriendo diversos cambios de paradigmas simultáneos en el ámbito de la educación, como el surgimiento de planes de estudio dinámicos, que suplen a los currículos especializados y enciclopédicos tradicionales, así como el aprendizaje a lo largo de la vida a “carreras cambiantes”, en lugar de “carreras permanentes”.
Por ello, el PIDES deja a un lado la enseñanza centrada en el libro, en el docente, en el aula y en la memorización para incidir más en los medios las tecnologías de la información y el razonamiento crítico.
“¿ Cómo queremos formar personas que estén en la avanzada del conocimiento, si lo que estamos haciendo es educándolos como hace cien años atrás?, aun cuando ingresen después a una maestría o un doctorado, el proceso para llegar a la frontera del conocimiento es larguísimo”, sostiene.
Para el Director General de Educación Superior de la SEP, se trata de la visión de la SEP sobre el futuro de las universidades mexicanas, en el que la dinámica del conocimiento, los cambios de ocupación, las tecnologías digitales, la globalización y la convergencia de la enseñanza, inciden en la educación.
“Tenemos que cambiar las prácticas de enseñanza- aprendizaje, que ayuden a los jóvenes a aprender a aprender y aprender a pensar, y eso no se enseña memorizando nada, sino resolviendo problemas, se enseña presentando retos y participando en proyectos”, dice Malo Álvarez.
Desde esa visión, se trazan seis líneas de acción para enfrentar los asuntos más apremiantes como la cobertura, los aprendizajes, la pertinencia, la calidad, las tecnologías, el posgrado e investigación y la educación continua.
En el caso de la investigación, uno de los seis ejes del PIDES, el rector de la Universidad Autónoma de Aguascalientes ( UAA), Francisco Javier Avelar González, advierte que es apremiante responder de manera multisectorial para incrementar el presupuesto anual destinado a investigación y desarrollo
El objetivo del PIDES es incorporar la visión de rectores y directores de las instituciones de educación superior en cada uno de los estados
que actualmente llega a sólo el 0.5 por ciento del Producto Interno Bruto ( PIB).
Y es que, comenta, el presupuesto destinado anualmente para investigación, desarrollo científico y tecnológico requiere incrementarse ante el escenario actual donde las oportunidades comerciales que ofrece la época globalizada son diversas.
Esto, cuando países como Estados Unidos, China, Japón o Alemania han demostrado que destinar al menos dos puntos porcentuales del Producto Interno Bruto en investigación y desarrollo han representado una redituable inversión.
Además, se debe fomentar la cultura del registro de patentes o de protección de los derechos sobre los desarrollos e innovaciones científicas y tecnológicas propias de las instituciones de educación superior.
“Esto posibilita convertir los esfuerzos en recursos que permitan seguir financiando las operaciones de laboratorios, centros de investigación e instituciones de educación superior”, considera.
En ese sentido, de acuerdo con estadísticas del Instituto Mexicano de la Propiedad Industrial ( IMPI) de 2016, en nuestro país se presentaron 17 mil 413 solicitudes de patente, de las cuales sólo 1 mil 310 provenían de empresas o ciudadanos mexicanos.
Ello, sin olvidar, argumenta el rector de la UAA, que las instituciones de educación superior, además de ofrecer programas académicos de licenciatura y posgrado de calidad, debe incluir dentro de su formación universitaria temas de vinculación y emprendimiento.
“Es necesario consolidar la colaboración con los tres niveles de gobierno y el sector productivo para que el conocimiento generado en las aulas sea aplicado en proyectos gubernamentales y de la iniciativa privada, de tal forma que se logre una transformación positiva del entorno y se genere más riqueza en beneficio de la comunidad”, asegura.
Consensar los objetivos
Entre los objetivos que persigue el PIDES, se encuentra el fomentar entre las instituciones de educación superior la responsabilidad social, que promuevan la ética, la democracia, la interculturalidad, la convivencia y la cultura para la paz.
Es decir, que la formación de los jóvenes universitarios trasciende de lo académico y tenga un impacto en su entorno social.
Para Gerardo Montero Pérez, rector de la Universidad Autónoma de Campeche ( UACam), los paradigmas de la educación y la emergente sociedad educativa, representan nuevos retos, posibilidades y perspectivas que desafían la creatividad y la imaginación de quienes tienen a su cargo el diseño de estos programas.
“Educar es mucho más que proporcionar información y transmitir contenidos. Educar es formar personalidades, constituir a los futuros ciudadanos que habrán de asimilar y digerir todo un orden cultural, ético y moral en el que los conocimientos adquiridos tengan una pertinencia y un sentido”, coincide el rector de la UACam.
Explica que la universidad debe poner especial énfasis en brindar a los jóvenes una educación integral orientada a formarlos como individuos éticos y socialmente responsables.
“Es vital la interacción y la vinculación con los sectores productivos y de servicios, pues sólo de esta manera podremos evaluar y revisar el nivel de competencia de nuestros programas y adecuarlos al perfil que demanda una sociedad cada día más dinámica y exigente”, indica.
El rector de la UACam apunta que una formación con valores permitirá a los alumnos desarrollar la capacidad de comprender el entorno socioeconómico en el que habrán de desenvolverse.
“Ahí resulta trascendente la prestación del servicio social y las prácticas profesionales, pues a través de éstas se involucran en el mundo laboral real y palpan las necesidades y potencialidades de nuestra sociedad”, considera.
Para Rogelio Tovar Mendoza, director general de Comité Mexicano de Acreditación Agronómica ( COMEA), las instituciones de educación superior ya no tienen como una función principal formar profesionistas destinados a cubrir cuadros necesarios para las tareas de administración pública.
“Hoy en día, ante las nuevas necesidades, deben replantear la orientación de sus egresados; en otras palabras, las universidades deben establecer la necesidad de formar profesionistas expertos en nuevos campos científicos y tecnológicos que respondan al mercado de trabajo y a la generación de fuentes de empleo”, precisa.
En tanto, Antonio González Arrollo, investigador de la UGto, apunta que actualmente, como parte de todo este proceso de reingeniería, varias universidades trabajan un proyecto de movilidad de servicio social.
Esto, con la meta de formar jóvenes con una visión global, con valores éticos y sobre todo comprometidos con su entorno.
“Que sean profesionistas competitivos sin dejar de lado el sentido humanista en cada acción; les ofrecerá la oportunidad de conocer otros entornos en los cuales los estudiantes podrán incidir con acciones concretas para propiciar mejoras a la vida de las personas a través de proyectos que impacten positivamente”, explica.
A final de cuentas, dice Salvador Malo Álvarez, Director General de Educación Superior de la Secretaría de Educación Pública, el PIDES es una estrategia de carácter integral que ha sido consensuada con las instituciones de educación superior y sistemas diversos del país.
Sin embargo, argumenta el funcionario, corresponderá a las propias instituciones de educación superior, marcar su propio rumbo.
Porque el PIDES se construye, finaliza, de las experiencias y fortalezas de las propias comunidades académicas.
“Las universidades deben cambiar, evolucionar a modelos que permitan una formación académica más general y pertinente con el campo laboral”, asegura.
“Si logramos tener doctores a una edad más temprana, tendríamos más, pero para eso tenemos que lograr cursos más breves, romper la parte enciclopédica de los cursos, así que yo les sugiero que cambien, el Estado tiene la capacidad de hacerlo y las Universidades también, no tienen que tener permiso de la federación”, advierte Malo Álvarez.