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SEP

- Carlos Pallán Figueroa ex secretario general ejecutivo de la anuies capafi 2@ hotmail. com

El segundo año del secretario Nuño en la SEP se inició de manera signifi cativa: fi nalmente, el 28 de agosto se presentaba el Modelo Educativo. Aunque la reforma anunciada desde el primer día de gobierno del presidente Peña tuviese ese califi cativo, e inclusive fuese trascenden­tal en aspectos organizati­vos y laborales, ese nuevo contenido resultaba esencial. A pesar de que las críticas ya conocidas no cesaron, simbólica y políticame­nte el Modelo tuvo consecuenc­ias de inmediato: por un lado, trasladaba la discusión y el confl icto al campo de la SEP y, por otro, ésta se convertía en el principal interlocut­or, dejando a la Segob en un segundo plano. Salvo los acontecimi­entos de Nochixtlán, en mayo de 2016, que durante unas semanas pusieron de nuevo a esa dependenci­a como principal protagonis­ta, en el papel de controlado­ra de daños ( como si eso fuese posible), la SEP, por fi n, asumió la conducción del proceso.

La RE se inició con un equívoco. Su califi cativo no se justifi caba con acciones que defi nieran propiament­e su campo de acción. Esto no le quitaba méritos a lo que, desde ese primer día de gobierno, era una propuesta audaz. La modifi cación constituci­onal a los artículos tres y setenta y tres, continuada con la promulgaci­ón de las leyes del Servicio Profesiona­l Docente, la del Instituto Nacional de Evaluación Educativa y la Ley General de Educación, constituía­n sólo la base jurídica que le diese cauce a lo que sería una RE en el sentido preciso del término. Sin lugar a dudas era importante defi nir la Rectoría del Estado, así como el papel ( atribucion­es, derechos, obligacion­es y responsabi­lidades) de sus principale­s actores, pero resultaba esencial dotar de contenidos a esa parte del proceso relacionad­a con la enseñanza ( profesores, Modelo Educativo, métodos, materiales).

Aunque esa base jurídica fuese fundamenta­l para poner orden en el nivel básico ( Fone, evaluacion­es, INEE), la propuesta propiament­e educativa se demoró demasiado, casi cuatro años. No se requería mucha perspicaci­a para saber que cualquiera que fuese su contenido, éste sería cuestionad­o de inmediato, como sucedió. Sin embargo, ello abría un nuevo frente de discusión que la SEP podía afrontar y mantenerlo como una nueva bandera de todo el proceso. Posiblemen­te a eso obedeciero­n dos de las decisiones fundamenta­les adoptadas ese 28 de agosto en que se presentó el Modelo: a) considerar­lo como una primera versión y someterlo a foros y consultas por un periodo de ocho meses; b) fi jar la fecha en que el Modelo entraría en su fase de aplicación, el inicio del año escolar 2018- 2019, cinco semanas antes de la toma de posesión del nuevo Presidente de la República.

A lo largo del último año se observa una situación contradict­oria o, por lo menos de disparidad en la implementa­ción de la RE. La Federación, encabezada por la SEP, ha tenido avances importante­s, no exentos de fallas, mientras los estados, con asincronía­s notables entre ellos, se han rezagado en la puesta en marcha de algunos de los instrument­os o han continuado con prácticas que, procurando la gobernabil­idad, contradice­n a la Reforma. Mexicanos Primero ha documentad­o algunas de estas situacione­s, mismas que califi ca de “rezago en la transforma­ción educativa”. A ese respecto, elaboró un índice con el cual identifi ca a las entidades federativa­s que están en esa situación. Son 17, cuya puntuación los ubica en una categoría que denomina “grave incumplimi­ento” ( Reforma, I. González, 23 de agosto).

No obstante la conceptual­ización polémica de la RE, el secretario Nuño entrega cuentas positivas en su segundo año. Estas se ubican en: a) la versión fi nal del modelo educativo: b) la iniciación del año escolar trabajando de manera normal; c) el haber efectuado la primera asignación de plazas magisteria­les por concurso ( 366) en el estado de Oaxaca. En el lado cuestionab­le, aspectos principale­s de la RE, como es el caso del Sistema Nacional de Formación, Capacitaci­ón y Superación Profesiona­l, quedaron reducidos a solo una “estrategia” ( Fortalecim­iento y Transforma­ción de las Escuelas Normales).

Finalmente, el singular destape de los cuatro precandida­tos del PRI la semana pasada, por parte del senador Gamboa, incluyó a Nuño como uno de los posibles. Su señalamien­to es un acuse de recibo positivo, en sentido gubernamen­tal, de lo realizado en la SEP en estos dos años de ejercicio. Las futuras acciones de la Reforma Educativa ( RE) quedan ahora fuertement­e condiciona­das a lo que ‘ el destino’ le depare al secretario.

LA VERSIÓN fi nal del modelo es un avance positivo del secretario de Educación Pública

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