REGRESO A LAS CLASES
“¿ Qué hubiera pasado si la tragedia del colegio Rébsamen ocurre en una escuela pública?”
Ahora sabemos de nuestra enorme capacidad destructiva — José Emilio Pacheco, Malpaís, Los trabajos del mar, ERA.
En los lugares afectados por los sismos del 7 y del 19 de septiembre, el regreso de los alumnos a las aulas ha sido escalonado y gradual, por el cuidado que se ha puesto en que las escuelas estén en condiciones estructurales que garanticen la seguridad de las comunidades escolare
Cada una de estas escuelas ha cumplido con los ocho pasos fijados por la SEP para contar con el Dictamen de Seguridad Estructural, el cual debe ser firmado por los Directores Responsables de Obra, profesionales que establecen si están en condiciones para reanudar clases.
Hasta el lunes pasado, poco más de 50 por ciento de las escuelas e instituciones de educación básica, media y superior de las entidades que sufrieron el sismo, han vuelto a clases.
En Ciudad de México, hasta el lunes pasado, 4 mil 380 planteles estaban ya operando con normalidad.
Hay, por esa lógica preventiva que ha impuesto la tragedia, restricciones en escuelas de las delegaciones de Iztapalapa, Benito Juárez, Tlalpan y Cuauhtémoc. En Tláhuac la restricción es general.
Los condenados del sur
Así será el proceso en todas partes. Gradual y técnicamente justificado. Sin embargo, no todos podrán hacerlo pronto ni regresar a las condiciones en que se encontraban antes del sismo, particularmente las de Oaxaca, Chiapas y Morelos. Una de las instituciones afectadas gravemente fue el Tecnológico Nacional de México, TecNM. Los tecnológicos de Juchitán Istmo y de Comitancillo en Oaxaca; de Tuxtla y Tapachula en Chiapas y el de Zacatepec en Morelos, sufrieron daños casi totales. Más de 10 mil estudiantes de estos institutos se encuentran sin clases, eso sí participando en las brigadas de apoyo a los damnificados en Ixtepec y Unión Hidalgo, poblaciones donde prácticamente más de la mitad perdieron sus hogares y las que el propio presidente Peña Nieto ha estado atento.
El martes pasado, en una reunión urgente por la Reconstrucción y la Reanudación de los Servicios Educativos, convocada en Juchitán por el director general Manuel Quintero, los directores de la región y de otras entidades tomaron una serie de medidas emergentes para superar el momento por el que están atravesando los tecnológicos mencionados. Quintero, junto con 15 de los directores, recorrieron, ese mismo día, los institutos de Oaxaca y Chiapas.
La región más oscura
Tal vez alguien pretenda establecer que una de las causas que ahondó el efecto devastador del fenómeno, se debió a que se trata de construcciones baratas y descuidadas, o de edificios improvisados como escuelas ( muy extendida práctica entre las instituciones particulares).
No obstante, por lo que se ha observado, gracias al vínculo que se ha logrado fijar entre las comunidades escolares, las autoridades y la sociedad, ha hecho menos difícil el trance de la recuperación de esos espacios para el regreso a clases.
Hay que recalcar que fueron muchas las escuelas afectadas. Sabemos que son miles de escuelas y millones de niños y jóvenes aquejados por este infortunado suceso que truncó vidas y dañó espacios escolares públicos y privados.
No es casual que las principales acciones de los gobiernos federal y de Ciudad de México, hayan priorizado escuelas y hospitales, a la vez que han extremado sus exigencias a las constructoras de edificios habitacionales, cuyas evidencias de fraude en las construcciones ha puesto de relieve la posible existencia de una red de corrupción, que cualquier vecino de la ciudad de México comenta a voz en cuello, cuando recurrentemente ve como se levantan enormes edificios en zonas donde el agua escasea, cuando sufre cotidianamente el hecho de que los parques públicos o las zonas deportivas o de recreo son prácticamente un lujo; y menos es ciega ante los ostentosos funcionarios delegacionales que al término de su gestión de apenas tres años, podrían ser investigados por enriquecimiento inexplicable y no errar en la sospecha de que tienen un nuevo rico en la colonia. En 20 años de gobiernos perredistas y morenistas, la metrópoli tiene una élite de nuevas familias pudientes.
Eso mismo ha tenido otros efectos: el creciente hacinamiento de la ciudad hace inevitable que la vida comunitaria se vuelva casi imposible, que los espacios públicos sean tomados arbitrariamente por los particulares, respaldados por las actitudes demagógicas y populistas de estos delegados que toleran la invasión mercantilista de los espacios públicos y los abusos de personajes como la dueña del colegio Rébsamen.
No es de extrañar entonces, que cuando sismos de estas características azotan sobre la ciudad capital, ésta desnude sus fragilidades y sus males, empezando por el de la corrupción y la inepcia.
Visiones de clase
¿ Qué hubiera pasado si la tragedia del colegio Rébsamen ocurre en una escuela pública? No se trata de hacer escarnio de nadie ni de especular con el dolor de las familias dolientes, pero cierto es que la si así hubiera sido, los medios, los críticos del gobierno, los patronos de Mexicanos Primero, hubieran montado una orgía de odio y denigración contra la educación pública. Pero no. Estas voces chillonas y maliciosas de cuanta oportunidad se presenta, han guardado un prudente silencio en algunos casos, y una crítica discreta en otros, culpando más a la jefa de la delegación Tlalpan y al gobierno de Ciudad de México, que tuvieron, ciertamente, en sus funcionarios a los cómplices de la conducta irresponsable y codiciosa de la dueña de este colegio particular.