EL GOBIERNO DEL SISTEMA EDUCATIVO
Para mejorar la educación en nuestro país debe dejarse de abordarla como un simple instrumento electoral
tiva y clientelar del viejo PRI. El Estado le otorgó al gremio desde su nacimiento posiciones de control que introducen confusión en el gobierno de las escuelas: por ejemplo, los directores y supervisores que son los encargados de dirigir el trabajo en las comunidades escolares — es decir, deberían ser autoridades—, son, sin embargo, “miembros de base” del SNTE.
Dicho en otras palabras: el SNTE afilia tanto a los profesores, como a sus jefes. Negocio redondo. Sin embargo, esta confusión en las relaciones laborales ha impedido que se establezca en las escuelas una cultura de trabajo basada en una distribución adecuada de responsabilidades y ha favorecido en cambio el relajamiento de la disciplina laboral, con los efectos negativos consiguientes sobre la educación.
La reforma de 1992 vulneró la unidad y funcionalidad global del sistema educativo en su conjunto al asignar a los gobiernos locales la administración de las escuelas y de su personal. La operación se fue a los estados, pero los estados no asumieron como propia la tarea de desarrollar proyectos educativos locales que dinamizaran pedagógica- mente al sistema y lo indujeran a producir mejores resultados.
En cierta forma las iniciativas e ideas siguieron proviniendo del gobierno federal. Pero con la descentralización el gobierno federal perdió contacto directo con las escuelas, de modo que las nuevas políticas federales tuvieron que ser filtradas, necesariamente, por la “meso- estructura” burocrática de los estados y en este nivel, invariablemente, se ha producido el fenómeno de “teléfono descompuesto”.
La puesta en práctica del Sistema Profesional Docente puso en evidencia notables fallas de comunicación federaciónestados que fueron subsanadas con medidas momentáneas e improvisadas, pero no de forma estructural. En fin, estos son algunos problemas de gobierno del sistema educativo.
EL SNTE suele poner los intereses gremiales o laborales por encima de los educativos