MAYOR NACIONAL
Sobre la propiedad industrial y su explotación frena este impulso
y tecnológico que ahí se genera, y que se verá reflejado en un mayor número de solicitudes de patente y desarrollos tecnológicos.
Además de la UNAM, entre las instituciones que más solicitudes de patente presentaron y que han contribuido a impulsar esta cultura son el Instituto Politécnico Nacional ( IPN) con 192 solicitudes, la Benemérita Universidad Autónoma de Puebla ( BUAP), con 185, la Universidad Autónoma de Nuevo León ( UANL), con 160, y la Universidad de Guanajuato ( UGto), con 69.
Una cultura, sostiene el IMPI, que se ha extendido no sólo entre las universidades del país, sino a nivel general, ya que tan solo el año pasado en México se registraron mil 310 solicitudes de patentes, cifra superior a la de Alemania que registró mil 153 e inferior a Estados Unidos con ocho mil 262 patentes.
Por entidad, las solicitudes de invenciones mexicanas registradas el año pasado, el primer lugar lo ocupó la Ciudad de México con 804, seguido de Jalisco con 483, Nuevo León con 339, Guanajuato con 366 y el Estado de México con 305.
Del 100 por ciento de las solicitudes nacionales que se reciben en el IMPI, el 58 por ciento proviene de educación superior y centros de investigación, tanto públicos como privados como el Instituto Mexicano del Petróleo, el Instituto Mexicano del Seguro Social y de Astrofísica Óptica y Electrónica, entre otros.
“Este incremento en las solicitudes de patentes universitarias revela un nuevo momento mexicano en el que se busca dar protección legal al nuevo conocimiento y a las creaciones originales, para darles valor real y convertirlas en activos que lleguen al mercado o generen soluciones a problemas sociales”, apunta Margáin González.
Detalla que esto también refleja que los centros de educación superior están trayendo más solicitudes para proteger legalmente lo que generan intelectualmente porque ahí reside un gran semillero para el país.
En esa dinámica, las universidades del país han conformado los llamados Centros de Patentamiento, los cuales operan ya en la menos 44 instituciones de educación superior.
Estos centros buscan ayudar a sus estudiantes e investigadores a redactar correctamente solicitudes de patentes, marcas, diseños industriales y modelos de utilidad.
Al principio de la actual administración, sólo había cinco centros de este tipo, lo que demuestra que las universidades están interesadas en potenciar toda la investigación que generan.
“El IMPI no puede redactarle la solicitud a los inventores e innovadores porque habría un conflicto de intereses, pues sería como si un profesor ayudara a sus alumnos a contestar correctamente un examen”, comenta el Director General del IMPI.
“Es por eso que son importantes los centros de patentamiento, para que las solicitudes estén llenadas adecuadamente. Así ganan los innovadores y las universidades; aumenta el número de solicitudes que recibe el IMPI y gana el país en su conjunto”, dice.
Y lo que es todavía más importante, detalla, es que la mayoría de las solicitudes que llegan provenientes de estos centros de patentamiento de universidades e institutos, sí tienen viabilidad comercial y pueden llegar al mercado para ser explotadas económicamente.
“El IMPI no decide en función de que una patente tenga o no viabilidad comercial. Nosotros evaluamos otros aspectos relacionados con la originalidad, pero si lo que se busca registrar tiene viabilidad económica, es mejor para el que la crea y para el país”, puntualiza.
Voluntad de las universidades
Para Manuel Fermín Villar Rubio, rector de la Universidad Autónoma de San Luis Potosí ( UASLP), si se toma en cuenta que las instituciones de educación superior generan investigación básica y aplicada, es importante que esa investigación esté sustentado bajo criterios inmejorables de calidad.
En el caso de la UASLP, de los 880 profesores de tiempo completo que imparten cátedra, cerca de 480 están en el Sistema Nacional de Investigadores y generan artículos de investigación que pueden convertirse en registros y patentes.
“Ya hay gente preparada e instalaciones a través de 10 institutos de investigación que está ahí y que puede generar todos los registros de propiedad intelectual que está trabajando de la mano con los investigadores”, asegura el rector de la institución potosina.
De acuerdo con el rector de la UASLP, en un entorno en el que la innovación es la base del avance del mundo, y los países que han apostado por el desarrollo de la ciencia y la tecnología son ejemplo de ello, México tiene que ir en esa dirección.
Por eso, explica, debe fortalecerse también la relación entre investigadores y empresas.
“Hay muchas instituciones públicas y universidades nacionales y estatales donde tenemos muy buena investigación, gente preparada, pero me atrevería a decir que falta más vinculación con el sector empresarial”, reconoce.
“Las empresas también tienen que participar, invertir más en investigación. Siempre esperamos que el gobierno aporte todo, de alguna manera es muy importante que lo haga, pero también, como ocurre en otros países, el sector empresarial tiene que apostarle a esta tarea porque el desarrollo es para ambos, para el país y para las empresas”, advierte Villar Rubio.
Si el mayor agregado de una empresa es su patente, su marca o la esencia de lo que hace, y si la esencia está cada vez más en pro de la innovación y del desarrollo, agrega, habrá mayor productividad y más ganancias.
“Países como Corea y Finlandia han destacado y sobresalido en función del desarrollo de la investigación, creo que México lleva un muy buen nivel, me atrevería a decir que en la mayoría de las instituciones públicas, los Centros de Investigación adheridos al Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología ( Conacyt), tenemos una excelente investigación, pero si no se fortalecen, si no se le sigue apoyando, simplemente no habrá más desarrollo”, considera.
En ese sentido, Alfredo Barrera Baca, rector de la Universidad Autónoma del Estado de México ( UAEM), el fomento de la cultura de la protección de los desarrollos tecnológicos, así como proporcionar asesoría sobre procedimientos para presentar solicitudes de búsqueda de información tecnológica, patentes, modelos de utilidad y diseños industriales, deben ser de las prioridades de las instituciones de educación superior del país.
Además, comenta, las universidades deben apoyar la vinculación de los proyectos de investigación con los sectores productivos y potenciar su desarrollo.
“En la actualidad, cada patente no es un asunto de inteligencia solitaria, es importante, la vinculación entre universidad y el sector gubernamental, con la finalidad de diseñar políticas públicas que permitan impulsar ciencia y tecnología, pero también resulta indispensable la participación del sector empresarial”, ahonda en el tema.
Por eso las universidades del país deben adaptarse a estos desafíos, asegura el rector de la UAEM; asumiendo el papel, en conjunto con el sector empresarial, de generar conocimiento con innovación, con el objetivo de elevar el número de patentes en México, a través del apoyo a la investigación.