FACTORES POLÍTICOS DEFI LA SUCESIÓN EN EL IPN
Diversas organizaciones operaron contra la posible designación del actual director general para un periodo más al frente del instituto
Morena se convirtió en uno de los factores clave en el proceso sucesorio en el Politécnico
La injerencia externa y política si bien no fue decisiva, sí influyó de manera determinante en la sucesión del director general del Instituto Politécnico Nacional ( IPN). El Partido Movimiento de Regeneración Nacional ( Morena) movió algunos hilos y ejerció presión a través de varios operadores que laboran al interior de la institución y que, como en ocasiones anteriores, han ejercido métodos intimidatorios y amenazantes para ganar espacio y terreno.
Desde el Sindicato Independiente de Trabajadores del IPN ( STIPN), las organizaciones estudiantiles que tomaron el control del IPN durante la crisis que lo detuvo durante meses, así como desde las corrientes sindicales ligadas a la sección 11 del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación ( SNTE) afines a la llamada Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación ( CNTE), se operó contra la posible designación de Enrique Fernández Fassnacht para dirigir al Politécnico durante un periodo más.
Al ser consultados por las autoridades de la SEP, tampoco favore- cieron la ratificación de Fernández Fassnacht, las opiniones vertidas por algunos de los ex directores del IPN, cuyos intereses de grupo o personales al interior habían sido afectados por el proyecto de modernización y moralización que el ex director había puesto en marcha en seguimiento de los acuerdos del movimiento estudiantil de 2014.
Las expresiones abiertamente ligadas a Morena, como lo dejan ver a través de sus redes sociales y en brigadas informativas donde llaman a la comunidad politécnica a sumarse a las filas de este partido y apoyar las movilizaciones convocadas por este partido, encon- traron el respaldo en el terreno legislativo.
Benjamín Robles Montoya, senador de la bancada del Partido del Trabajo ( PT), pero más identificado con Morena, a quien sirvió ya como operador del voto en Oaxaca, en las elecciones pasadas para elegir gobernador, así como en las presidenciales de 2012, fue el encargado de darle voz y espacio a los reclamos de estas organizaciones.
Se trata de los mismos organismos que reventaron a la ex directora del IPN, Yoloxóchitl Bustamante Díez, cuando se opusieron a las reformas educativas que se anunciaron en su momento y que fueron el pretexto para movilizar a miles de estudiantes y organizaciones infiltradas en ese movimiento.
El movimiento contra la ratificación de Fernández Fassnacht se operó principalmente en la Escuela Nacional de Medicina y Homeopatía y en la Escuela Superior de Cómputo.
La presión sindical
La ingeniera Rosa María Ayuso Barbeito, secretaria general del Sindicato Independiente de Trabajadores del IPN ( SITIPN), no es la primera vez que se opone al director general en turno de esta institución.
Fue una de las más activas en el conflicto que derivó en la destitución de Bustamante Díez en 2014. Desde entonces fue renuente a la designación de Fernández Fassnacht, a quien siempre ubicó como cercano a las esferas gubernamentales por el mero hecho en el que se dio su designación en medio del paro de labores.
La dirigente sindical se decantó desde aquellos días por Primo Alberto Calva Chavarría, director de Investigación en el IPN. Comenzó a promoverlo como uno de los mejores candidatos a dirigir de manera interina al IPN en tanto se resolvía el conflicto.
Una vez que Fernández Fassnacht quedó al frente, el SITIPN mantuvo su apoyo a este funcionario y una vez que se acercaba la fecha para el cambio de director general, intensificó la campaña en contra del ex director general de la UAM.
Esta estrategia incluyó acercamientos con Benjamín Robles Montoya, senador del PT, con el que emitió un pronunciamiento conjunto por las supuestas irregularidades en la gestión del hoy ex director general.
Incluso, la conferencia de prensa en la que anunciaron que irían juntos contra la ratificación de Fernández Fassnacht se realizó en las instalaciones del propio senado y promovida por el propio Robles Montoya.
Tras el anuncio, y ante la inminente decisión presidencial, ningún otro partido se sumó a la propuesta ni intervino en el proceso interno del IPN.
Durante esas reuniones con el senador Robles Montoya, no hubo ni un solo documento oficial que comprobará el manejo irregular de las plazas o desvíos de recursos, como lo plantearon de manera pública días antes de la designación presidencial.
Sin embargo, advirtieron de movilizaciones, respaldadas por un supuesto punto de acuerdo que Robles Montoya promovería en el Senado de la República para citar a comparecer a Fernández Fassnacht.
El escenario era sencillo: la ratificación del actual director daba pie para movilizaciones y marchas en las calles, mientras que los señalamientos contra el ex director se posicionaban en el terreno legislativo hasta desgastar el nombramiento.