HISTORIA DE FANTASMAS
En Historia de fantasmas ( A Ghost Story) el tiempo avanza como un recordatorio de nuestra propia mortalidad, una observación de nuestra rutina y la futilidad de la vida.
El director David Lowery, conocido por Ain’t Them Bodies Saints y
Pete’s Dragon, entrega en su nueva película un retrato desolador del olvido y el arrepentimiento. Una joven pareja, conformada por Rooney Mara y Casey Affleck, se ve involucrada en una situación trágica cuando él fallece en un accidente automovilístico.
Cuando ella acude a identificarlo a la morgue, cubre su cuerpo con una sábana de hospital después de despedirse. Momentos después, se incorpora, cubierto con la sábana, y comienza a recorrer el hospital. Frente a él se abre una puerta pero decide acudir a su casa.
Ahí se encuentra con la absoluta soledad de lo que solía ser su hogar. Su viuda está buscando seguir con su vida pero la presencia espectral evita que lo haga.
Lowery conforma una atmósfera contemplativa, silenciosa, donde son las acciones lo que mueven la historia. La fotografía minimalista de Andrew Droz Palermo es el complemente per- fecto, con una iluminación natural, con tomas largas con apenas paneos o mínimos movimientos de cámara que sirven para reflejar la estática de nuestro protagonista.
La apariencia del fantasma parece primero absurda pero el diseño de vestuario de Annell Brodeur, junto a la música de Daniel Hart, se convierte en algo tétrico y perturbador.
Se trata de una película con pocas palabras. Y pese a ello, vemos al fantasma transitar por situaciones que nos harán sentir lástima, dolor e impotencia. Sin percibir sus expresiones, sino utilizando el recurso de edición y la intención de la música, logra conectar con las emociones a la perfección, haciéndonos conectar con un personaje sin rostro.
El fantasma ve el mundo pasar sin poder incidir en él de manera significativa. Su espíritu es consecuencia no haber hecho lo suficiente en vida y estar atado al pasado que dejó tras el accidente.
Historia de fantasmas no es una película fácil de digerir, pero una vez superado lo espeso, hay una historia extraordinaria y una lección que te seguirá fuera de la sala.