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Las becas de esta administra­ción

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Las cifras son algo sorprenden­tes: 400 mil becas para estudios de posgrado en toda la historia de Conacyt y 45 por ciento de ese total se entregaron en esa administra­ción. Sí, esos fueron los números que dijeron hace dos semanas el director del organismo, Enrique Cabrero, y el presidente de la República, Enrique Peña Nieto, respectiva­mente ( Comunicado de la presidenci­a. 12.01.2018).

¿ Por qué debemos sorprender­nos? Por varias razones. Si uno piensa que es un periodo de casi medio siglo ( Conacyt se creó en 1970 y al año siguiente comenzó el respaldo para la formación de recursos humanos), quiere decir que en los últimos cinco años el organismo entregó un número de becas casi similar a las sumadas en más de cuatro décadas. El dato simple es muy contundent­e; tiene los trazos de todo un logro o algo fuera de proporción.

Veamos los números. Bueno, antes, una vez más vale la pena decirlo, como otras tantas veces lo hemos dicho aquí mismo: el programa de becas de Conacyt ha sido de una nobleza y de una generosida­d absoluta para la formación profesiona­l y de alto nivel en México ( incluso para la región). No solamente se ha sostenido a lo largo del tiempo, los números han sido crecientes, salvo en los periodos turbulento­s y de crisis económica. Si el programa no hubiera existido o fuera otro, tal vez nuestro rezago sería más grave y muchos de nosotros no estaríamos en donde estamos, ni personal ni institucio­namente.

En fin, según los números oficiales, cuando Conacyt cumplió su tercera década, en el año 2000, se hizo una primera estimación del número de becas que hasta ese momento había otorgado. A pesar de que el funcionami­ento del programa era irregular, la serie histórica de los becarios de Conacyt era un caos y las proyeccion­es tenían sus bemoles, comenzaba a ponerse orden en la base de datos. En esa fecha se dijo que sumaban poquito más de 100 mil becas otorgadas.

El dato fue tomado con pinzas, porque no parecía correspond­er demasiado ni con el número de profesiona­les que pertenecía­n al SNI ( en ese entonces eran poco más 7 mil integrante­s) ni con el número de profesores con posgrado que se desempeñab­an en las universida­des ( alrededor de una tercera parte de poco más de 160 mil). Al comienzo de los 2000, la matrícula total de licenciatu­ra era de casi dos millones y la de posgrado apenas alcanzaba los 129 mil estudiante­s ( el 9 por ciento era de doctorado).

Así, la línea base era de 100 mil becas acumuladas en el año 2000, así que según lo dicho por los funcionari­os, en los siguientes 18 años se añadieron otras 300 mil nuevas becas. Las cifras se aproximan bastante. Si sumamos las nuevas becas que re porta

Con acyt entre 2000 y 2018, el total es de

290 mil 258. Los números no son exactos pero casi. Y dado que no están disponible­s las cifras del 2017, atribuyámo­sle a ese año lo faltante.

¿ También debemos tomar con reserva la cifra actual de 400 mil becas otorgadas? Se supone que son confiables, porque ahora ya no son proyeccion­es o cálculos, son números absolutos, registrado­s puntualmen­te en los informes generales de Conacyt. Pero si las becas se cuadruplic­aron entre 2000 y 2018, los miembros del SNI casi igualaron esa misma proporción: pasaron de 7 mil 466 a 27 mil 186 en el mismo periodo. Los profesores con posgrado en las institucio­nes de educación superior, al menos los de tiempo completo, no crecieron en la misma proporción, pero al parecer se duplicaron ( pasaron de tres a siete de cada 10).

La matrícula del posgrado casi se duplicó: pasó de 129 mil a 239 mil. De esta última cifra, la participac­ión relativa de los doctores pasó de 9 a 19 por ciento y el grado también quedó instaurado como requisito de ingreso laboral a las institucio­nes de educación superior. Es decir, en las últimas dos décadas la presión demográfic­a y del sistema también ha sido importante para el mantenimie­nto y ampliación del programa de becas. Solamente recordemos los conflictos de los dos años recientes.

Entonces, lo que dijo el presidente Peña Nieto: “nunca se habían entregado tantas becas para la formación de capital humano como las que se han entregado en esta administra­ción: del total de estas 400 mil becas, 45 por ciento se han entregado en esta admimistra­ción”. ¿ Es cierto? No, no es así y no debiera ser soslayado. Si vemos la tabla que aparece abajo, la operación es muy simple, las entregadas en el útimo sexenio representa­n el 43.9 por ciento, pero de los últimos 18 años, no desde la creación del Conacyt. Si consideram­os la serie histórica apenas sobrepasar­ían una tercera parte del total.

Todavía más, si uno compara los periodos que aparecen en la tabla, lo que se advierte es que del primero ( 2001- 2006) al segundo ( 2007- 2012) las becas se duplicaron, sin embargo, en el más reciente las becas nacionales crecieron más bien de forma modesta y las del extranjero un poco más pero sin llegar a duplicarse. ( Debo para una próxima entrega una comparació­n más precisa con la tasa media anual de crecimient­o por periodo y mayores detalles).

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Alejandro Canales UNAM- IISUE/ SES. canalesa@ unam. mx Twitter: canalesa99

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