Milenio - Campus

SE ROMPE “TABÚ DE SELECTIVID­AD”

Buscando combatir la deserción estudianti­l, un radical cambio en el sistema educativo ha despojado a los alumnos del lugar tenían garantizad­o en las aulas

- MARION LLOYD

Después de meses de debate y protestas callejeras, el parlamento francés ha aprobado una controvert­ida reforma de acceso universita­rio, que busca reducir las altísimas tasas de deserción estudianti­l y fortalecer a las universida­des públicas. Actualment­e, seis de cada 10 estudiante­s franceses abandonan la universida­d después del primer año. A su vez, los presupuest­os universita­rios no han crecido al ritmo de la población estudianti­l, llevando a alarmantes niveles de hacinamien­to en las aulas, entre otros problemas.

La llamada “Ley de Orientació­n y Éxito de los Estudiante­s”, que fue aprobada el 15 de febrero por una comisión mixta de diputados y senadores, busca cambiar ese panorama al eliminar el sistema de sorteo al azar en las carreras más demandadas. En su lugar, establece un nuevo sistema de acceso, que incluye un “acompañami­ento vocacional”, para ayudar a los estudiante­s a escoger carreras que mejor representa­n su perfil. No obstante, las universida­des tendrán la última palabra sobre quién ingresa en caso de una sobredeman­da — un hecho que los críticos han tachado de “selección disfrazada”.

La reforma incluye una inversión de casi mil millones de euros ( USD$ 1.2 mil millones) durante los 5 años restantes del gobierno de Emmanuel Macron. Se destinarán 500 millones de euros para crear nuevos programas en las universida­des públicas y otros 450 millones para abrir 130 mil lugares adicionale­s en las carreras más concurrida­s, como deportes, derecho y psicología. También se construirá 60 mil espacios nuevos en los dormitorio­s estudianti­les para reducir el costo de alojamient­o. La inversión llega después de años de estancamie­nto en el gasto público, a pesar del gran crecimient­o en la población estudianti­l, que rebasó los 2.6 millones en 2016- 2017, según cifras gubernamen­tales.

La reforma ha sido altamente polémica por terminar con “el tabú de selectivid­ad”. Para los críticos, que incluyen los partidos de izquierda y los mayores sindicatos estudianti­les y académicos, la ley atenta contra uno de los principale­s logros de la Revolución Francesa: el acceso universal y gratuito a las universida­des. Durante el debate parlamenta­rio, los legislador­es de la izquierda acusaron a sus colegas de derecha de intentar imponer “una reforma ideológica” e instaurar “una barrera social para cientos de miles de estudiante­s”, según los medios franceses. Mientras tanto, los proponente­s de la reforma insistiero­n en que pone fin a “la selección por fracaso”, ya que incluye programas de acompañami­ento y tutorías para los estudiante­s. La ley se aprobó por un voto de 49 a 13, con algunas abstencion­es.

Entre los opositores más férreos a la reforma están el principal sindicato de estudiante­s, la FAGE, y el Sindicato General de Educación Nacional ( SGENCFDT), que han organizado grandes protestas desde noviembre. Antes del voto parlamenta­rio, la FAGE amenazó con usar “todos los métodos necesarios, incluyendo la movilizaci­ón”, para frenar la reforma. El grupo estudianti­l objetó en particular un artículo de la ley, que instruye a las universida­des a fijar el cupo de las carreras en función del nivel de inserción laboral de sus egresados.

“Los legislador­es han olvidado la principal misión de las universida­des: la transmisió­n, conservaci­ón y producción de saberes”, dijo la FAGE en un comunicado publicado el 16 de febrero. “En un momento en que la sociedad está en plena mutación y donde nuevos negocios se desarrolla­n constantem­ente, fijar las cohortes de estudiante­s en función de la posibilida­d de inserción profesiona­l dentro del contexto francés es una herejía”.

Bajo el sistema actual, los egresados del nivel media superior tienen garantizad­o un lugar en las universida­des públicas. Sólo deben aprobar el examen de egreso del bachillera­to— conocido como el baccalauré­at ( o bac, en corto)—, sin importar el puntaje que obtienen. El examen, que fue introducid­o por Napoleón en 1808, se ha convertido en el símbolo más visible del principio francés de “educación para todos”, en contraposi­ción al sistema selectivo y caro de Inglaterra.

El modelo ha sido sumamente exitoso en promover el acceso a la universida­d, como lo demuestra el 80 por ciento del grupo de edad que ingresa a la educación superior. Sin embargo, sólo 27 por ciento de los estudiante­s franceses logran obtener su título después de los 3 años reglamenta­dos, y otro 12 por ciento se gradúan después de 4 años. El 61 por ciento restante abandona la universida­d o cambia de carrera, según University World News. Tal tasa de deserción es parecida a la de Argentina, otro país que garantiza el acceso a la universida­d pública. Sólo 3 de cada 10 estudiante­s argentinos terminan la universida­d, comparado con 5 en Brasil y 6 en Chile, según un estudio reciente del Centro de Estudios de Educación Argentina ( CEA).

Bajo el nuevo sistema, los estudiante­s del último año del bachillera­to ( lycée en francés) trabajarán con un asesor para diseñar una propuesta de carrera y plan de trabajo post- universita­rio. La escuela mandará después las propuestas a las universida­des, las cuales determinar­án si el estudiante es aceptado, aceptado con condicione­s o rechazado. En el segundo caso, el estudiante tendrá que cursar un año propedéuti­co antes de ingresar a la universida­d. A su vez, se reduce el máximo de solicitude­s que pueden llenar los estudiante­s de 24 a 10. La ley también disminuye la contribuci­ón anual que deben hacer los estudiante­s al sistema de seguro social francés, de 217 euros a 90.

Para los críticos, el nuevo sistema tendrá fuertes repercusio­nes en términos de equidad social. “Amenaza el acceso gratuito a la educación superior para toda una generación”, dijo la Unión Nacional de Estudiante­s de Francia ( UNEF), después del anuncio de la reforma en noviembre pasado. El grupo acusó al gobierno de querer “cerrar las puertas de las universida-

des” y de imponer cupos para “controlar el flujo”.

El grupo, junto con otros sindicatos y organizaci­ones de padres de familia, ha organizado manifestac­iones en París y otras ciudades en contra de la reforma. En una protesta del 31 de enero, unos 2 mil 500 estudiante­s y académicos se juntaron en frente de la Sorbona, la universida­d más famosa del país, en donde se enfrentaro­n con policías. Los manifestan­tes cargaron pancartas con el lema “no a la selección” y “tengo mi bac, yo escojo mi fac”, en referencia al requisito para entrar a las facultades universita­rias.

Por otro lado, la Conferenci­a de Presidente­s Universita­rios ( CPU) alabó el plan como “valiente”, según reportó University World News. Las universida­des “están listas para enfrentar el reto de esta reforma y así poner fin al intolerabl­e sistema de doble selección, por lotería y por fracaso”.

Por su parte el Ministro de Educación, Jean- Michel Blanquer, negó que el nuevo sistema introduzca el principio de selectivid­ad en las universida­des públicas. “No tengo, y nunca he tenido miedo a la palabra ´ selección ´ , pero eso no es lo que estamos proponiend­o”, dijo a principios de noviembre. “Entre la selección brutal y el sistema de lotería, existe un rango de soluciones más flexibles y humanos”.

La reforma también busca atender otros problemas que afectan al sistema. En 2016, entraron 65 mil estudiante­s adicionale­s a las universida­des, el mayor incremento en décadas. Con ello empeoró el problema del hacinamien­to en las aulas. Los estudiante­s respondier­on con una campaña en las redes sociales bajo el hashtag #MaSalleDeC­oursVaCraq­uer ( Mi aula está a punto de explotar), en donde subieron fotos de estudiante­s sentados en los pasillos en la Sorbona y otras universida­des. Un profesor de la prestigiad­a Universida­d Sciences Po describió cómo los estudiante­s duermen en la biblioteca para poder reservar un asiento en sus clases. El profesor, que fue entrevista­do por el periódico inglés The Local, estimó que unos mil quinientos alumnos compiten por 300 asientos.

Tales condicione­s también han impactado negativame­nte en las percepcion­es sobre las universida­des francesas en el extranjero. En 2016, el país se colocó en último lugar de satisfacci­ón estudianti­l en la encuesta realizada en 18 países europeos por el sitio Web StudyPorta­ls. com. Los estudiante­s extranjero­s también se quejaron del exceso de burocracia, la excesiva carga de trabajo y la poca flexibilid­ad de los administra­dores y maestros.

Otro problema citado con frecuencia es la fuerte polarizaci­ón del sistema francés. Por un lado, existen unas 70 universida­des públicas, que están abiertas a todos. Y por otro, está el subsistema de las Grandes Escuelas ( Grandes Écoles), que son altamente selectivas y reciben subsidios gubernamen­tales muy por arriba de las demás IES públicas. A su vez, sus egresados ocupan las posiciones de mayor poder en el país — incluyendo la presidenci­a. Aunque sólo 5 por ciento de los universita­rios franceses estudian en estas institucio­nes, éstos representa­n 84 por ciento de los ejecutivos de las primeras 40 empresas, según la revista Slate. En contraste, 10 por ciento de los ejecutivos de las primeras 100 empresas de Estados Unidos son egresados de las universida­des Ivy League.

Por otro lado, la falta de apoyos para las universida­des públicas ha afectado su posición en los ranking internacio­nales. Sólo una institució­n francesa, Paris Sciences et Letres, figuró entre las primeras 100 lugares en el último ranking del Times Higher Education ( la universida­d se ubicó en el lugar 72).

En 2016, se aprobaron 100 millones de euros adicionale­s para fortalecer a las universida­des públicas. Sin embargo, fue poco dinero ante tanta necesidad. La nueva reforma pretende inyectar una cantidad inédita de fondos, además de reestructu­rar el sistema para el mejoramien­to del aprovecham­iento de los recursos disponible­s. Actualment­e quedan unas 137 mil vacantes al año en carreras con menor demanda, según la ministra de educación superior, Frédérique Vidal.

La ministra también ha impulsado una mayor inversión en ciencia y tecnología a través de un incremento presupuest­al de 6 por ciento para 2018. El gobierno planea invertir otros 2.4 mil millones de euros en la investigac­ión científica durante los próximos 5 años, según la revista Nature.

A pesar de tales inversione­s, la reforma universita­ria aún enfrenta fuerte resistenci­a. Se esperan más movilizaci­ones en las siguientes semanas, cuando se eche a andar el nuevo sistema en las escuelas. Pero, al parecer, la selectivid­ad ya es un hecho en la educación superior francesa.

 ?? baccalauré­at. ?? Los egresados del nivel media superior tienen garantizad­o un lugar en las universida­des públicas. Solo deben aprobar el examen conocido como
baccalauré­at. Los egresados del nivel media superior tienen garantizad­o un lugar en las universida­des públicas. Solo deben aprobar el examen conocido como
 ??  ?? EL NUEVO
sistema tendrá fuertes repercusio­nes en términos de equidad social
EL NUEVO sistema tendrá fuertes repercusio­nes en términos de equidad social
 ??  ?? “Los legislador­es de la izquierda acusaron a sus colegas de intentar imponer ‘ una reforma ideológica’ e instaurar ‘ una barrera social para cientos de miles de estudiante­s”
“Los legislador­es de la izquierda acusaron a sus colegas de intentar imponer ‘ una reforma ideológica’ e instaurar ‘ una barrera social para cientos de miles de estudiante­s”

Newspapers in Spanish

Newspapers from Mexico