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CERRAR BRECHAS ENTRE UNIVERSIDA­DES PÚBLICAS ESTATALES

Se debe dignifi car el trabajo de las institucio­nes de educación superior públicas

- DR. EDUARDO BAUTISTA MARTÍNEZ

El punto de partida de esta reflexión es la propuesta de la ANUIES para renovar la Educación Superior en México, en su documento titulado “Visión y acción 2030”, el cual considera cinco ejes temáticos interrelac­ionados: Gobernanza, Cobertura, Calidad, Responsabi­lidad Social y Financiami­ento.

La gestión del cambio, que de por sí implica retos identifica­dos por ANUIES, son potenciado­s al doble si consideram­os una premisa importante: que no existe piso parejo en el conjunto de universida­des públicas estatales y de las entidades de que son parte. Hay universida­des que cuentan con altos presupuest­os por la Federación y de sus gobiernos estatales, y otras que disponen presupuest­os muy bajos.

Así, tenemos que las universida­des que tienen alto presupuest­o cuentan con posibilida­des de alcanzar amplias coberturas de educación superior, como es el caso de la zona metropolit­ana de la Ciudad de México, que para el periodo 2016- 2017 alcanzaron el 99 por ciento.

En el otro extremo nos encontramo­s con entidades e institucio­nes que tienen la cobertura más baja, como es el caso de Oaxaca, con apenas el 19 por ciento, 15 puntos por debajo de la media de América Latina.

Esta brecha alcanza para el periodo 2017 una proporción de - 18.30 por ciento respecto al promedio nacional y ubica a Oaxaca como la entidad del país con la brecha más alta. Ello es resultado de una perspectiv­a centralist­a del modelo de desarrollo dominante que desalentó la inversión pública en entidades del sureste mexicano y que en consecuenc­ia se refleja en un conjunto de rezagos históricos entre los que resalta la educación.

Es importante observar las brechas regionales a una escala más amplia, en el contexto de las naciones de la Organizaci­ón para la Cooperació­n y el Desarrollo Económico ( OCDE), de la cual nuestro país es integrante. En términos de la asignación del gasto público en educación superior como porcentaje del Producto Interno Bruto ( PIB), México se ubica como uno de los de menor asignación en inversión, con apenas .96 por ciento.

Por tanto, las brechas al interior de la República no hacen más que remarcar las brechas a escala global, lo que implica la necesidad de disponer de una política pública de compensaci­ón de rezagos para remontar los problemas acumulados entre regiones y entre ins- tituciones de educación superior.

El hecho es que los cinco ejes que identifica la propuesta de ANUIES, gobernanza, cobertura, calidad, responsabi­lidad social y certeza jurídica y presupuest­al, se encuentran fuertement­e articulado­s, y en términos de las brechas configuran un complejo nudo problemáti­co.

Así podríamos hacer múltiples comparativ­os en la desagregac­ión de indicadore­s para observar su diferencia­ción, tales como eficiencia terminal, tasa de absorción o tasa de abandono, en los cuales observamos que el Estado de Oaxaca se ubica en las escalas más bajas a nivel nacional, que implica, insisto, la necesidad de repensar los modelos, las políticas y presupuest­os que han conducido al escenario que hoy coloca a nuestras institucio­nes en una situación de profunda crisis institucio­nal.

Para comprender mejor el problema de las brechas en educación superior podemos concentrar­nos en el caso puntual de la Universida­d Autónoma “Benito Juárez” de Oaxaca ( UABJO), la cual recibe la proporción más alta de estudiante­s de licenciatu­ra a nivel estatal, del 23 por ciento; del 38 por ciento en especialid­ad; 20 por ciento en maestría y 12.6 por ciento en nivel de doctorado y que con todo en contra ha posicionad­o al 80 por ciento de su matricula inscrita en programas acreditado­s por su calidad, proporción similar a la media nacional.

De esta manera, la UABJO se posiciona como la institució­n más importante a nivel estatal que se ha comprometi­do con la evaluación de su calidad educativa, a tal grado que a nivel del Estado de Oaxaca es la que concentra al 78 por ciento de su matrícula en programas de calidad, reconocida por los Comités Interinsti­tucionales de la Educación Superior ( CIEES) y del Consejo para la Acreditaci­ón de la Educación Superior ( COPAES).

Esto lleva a plantear la exigencia de una política de piso parejo para todas las universida­des públicas del país”

Sin embargo, el esfuerzo de evaluar y alcanzar indicadore­s de desempeño no es compensado por la asignación del presupuest­o debido a que la UABJO es una de las institucio­nes de educación superior que ha recibido la inversión más baja en el conjunto de las universida­des del país, de menos de 40 mil pesos por estudiante al año, incluso por debajo de la asignación que recibe el Sistema de Universida­des Estatales de Oaxaca ( SUNEO). Así, a las y los estudiante­s de la UABJO les asignan menos del 40 por ciento de lo que reciben sus simulares de la UNAM.

Esto lleva a plantear la exigencia de una política de piso parejo para todas las universida­des públicas del país, en donde no deben existir institucio­nes de primera ni de segunda, pues es en este segundo segmento donde se ubica la UABJO, la cual resiente de manera progresiva la presión de sus problemas de carácter estructura­l, recrudecid­os por la tendencia de disminució­n del presupuest­o hacia este sector, que se observa en los últimos tres años. El nudo problemáti­co dificulta el cumplimien­to cabal de la misión que es hacer valer el derecho a la educación superior en su carácter público.

De manera adicional, el conjunto de rezagos acumulados que amenazan la viabilidad institucio­nal de la Universida­d de Oaxaca tiene como corolario la fragilidad de su gobernanza, si consideram­os que en nuestra institució­n se concentra una alta proporción, de casi el 60 por ciento, de plantilla no reconocida de trabajador­es académicos y administra­tivos por parte de la Federación.

La fragilidad se muestra de manera sustantiva en la precarieda­d de los salarios y las movilizaci­ones sindicales de legítima defensa del trabajo por parte de diversas expresione­s que coinciden en no dar pasos atrás en sus reivindica­ciones laborales, pero que enfrentan una situación de contracció­n del presupuest­o universita­rio.

Es urgente y necesaria una política de correspons­abilidad que respalde los compromiso­s y expectativ­as de la comunidad universita­ria UABJO en la dignificac­ión del ingreso y del trabajo, que asegure el cumplimien­to del objetivo de brindar educación de calidad y ampliación de cobertura hacia los sectores socioeconó­micos más desfavorec­idos del Estado de Oaxaca.

La correspons­abilidad implica compromiso­s de las autoridade­s federales, estatales y de la propia Universida­d para abatir las inequidade­s y desigualda­des en el sentido que se ha trazado la comunidad UABJO, y una visión de Estado al más alto nivel para que las universida­des públicas puedan posicionar­se por su alta responsabi­lidad social en la agenda nacional.

Ello constituye un doble reto para el proyecto Visión y Acción 2030: atender las dimensione­s estratégic­as en lo general, y de manera interna, cerrar brechas entre las institucio­nes de educación superior, donde insisto y repito, no pueden existir universida­des de primera ni de segunda. El desarrollo implica equidad, el desarrollo implica igualdad.

Como rector de la UABJO me sumo a la iniciativa del rector de la UAZ, de dignificar el trabajo de las universida­des públicas estatales.

Agradezco al Honorable Consejo Universita­rio de la Universida­d Autónoma de Zacatecas la oportunida­d que me brinda de participar como invitado en esta sesión especial titulada “La universida­d pública en la agenda de desarrollo nacional”.

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El rector de la UABJO, Eduardo Bautista Martínez, habló ante autoridade­s educativas sobre el papel de las casas de estudio en la agenda de desarrollo nacional.
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Para Bautista Martínez, no deben existir universida­des de primera ni de segunda.

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