Milenio - Campus

¿ CUÁL ES LA INFORMACIÓ­N OFICIAL?

A casi el fi nal del sexenio, los informes presentado­s sobre la materia son confusos y contradict­orios

- Alejandro Canales UNAM- IISUE/ SES. canalesa@ unam. mx Twitter: canalesa99

Por alguna razón, no del todo fundada, pero siempre presente, la aplicación o distribuci­ón de los incentivos fiscales para fomentar la actividad científica y tecnológic­a generan polémica, confusión y suspicacia. Ahora, se confunden los montos que dijo el Ejecutivo federal en su penúltimo informe de gobierno y los que para ese mismo año dice el comité encargado de distribuir­los; los primeros suman casi ocho veces más que los segundos. Los datos son oficiales y se supondrían confiables. No lo parecen.

La experienci­a con la puesta en marcha de los incentivos fiscales es más o menos conocida. Hasta antes de los años 2000, la normativid­ad preveía la posibilida­d de deducir del Impuesto sobre la Renta ( ISR) el gasto destinado a capacitaci­ón y a investigac­ión y desarrollo. El crédito fiscal era hasta por 20 por ciento de los recursos destinados a ese tipo de actividade­s y se considerab­an 500 millones de pesos como monto máximo. Sin embargo, prácticame­nte ningún empresario, por más audaz que fuera, intentaba la deducibili­dad, ya fuera porque esas actividade­s no eran de su interés o por no enfrentars­e a la burocracia de Hacienda.

Luego, llegó el periodo de Vicente Fox y parte de su diagnóstic­o en el sector fue simplifica­r los trámites administra­tivos y propiciar una mayor inversión del sector privado en el desarrollo científico y tecnológic­o. Así que, primero, modificó las reglas de operación del programa de incentivos fiscales: elevó a 30 por ciento el beneficio fiscal y en lugar de que fueran los empleados de ventanilla los que decidieran, propuso la creación de un comité interinsti­tucional para aplicar el incentivo. Sí, un comité interinsti­tucional.

En la distribuci­ón, los 500 millones de pesos para incentivos fiscales comenzaron a ser insuficien­tes. Así que, en el 2004, el comité propuso que se duplicara el monto: 1,000 millones de pesos y luego se incrementó más, hasta alcanzar 4,500 millones de pesos. Todo bien. No obstante, al examinar con más detenimien­to la distribuci­ón y empresas beneficiad­as, la Academia Mexicana de Ciencias expresó su extrañeza por los nombres que apareciero­n: básicament­e empresas automotric­es y trasnacion­ales. La crítica fue en ascenso. El programa quedó suspendido en 2008.

A partir del 2009, la opción fue entregar incentivos directamen­te, lo llamaron Programa de Estímulos a la Investigac­ión a pequeñas y grandes empresas y así operó hasta el 2016. En este último año, el ejecutivo federal, otra vez para incentivar la menguante inversión de los empresario­s, instruyó a los secretario­s de Hacienda, Economía y Conacyt para que, nueva- Se confunden los montos que dijo el Ejecutivo federal en su penúltimo informe y los que para ese mismo año dice el comité encargado” mente, elaboraran un programa de incentivos fiscales.

Y sí, a partir del ejercicio fiscal del año pasado el nuevo programa está en marcha. De hecho, en la modificaci­ón a la ley de impuesto sobre la renta ( ISR), volvió a proponer un crédito fiscal del 30 por ciento de los gastos en investigac­ión o desarrollo de tecnología, aplicable contra el ISR ( artículo 202). También, una vez más, propuso que fuera un comité interinsti­tucional el encargado de otorgar los incentivos. La diferencia fue que, ahora, el monto sería de 1,500 millones de pesos en cada ejercicio fiscal y no más de 50 millones de pesos por contribuye­nte.

El caso es que, el pasado mes de septiembre, en el Quinto informe de gobierno, en referencia al programa de incentivos fiscales, quedó anotado: “El periodo de envío y recepción de las solicitude­s fue del 1 de abril al 31 de mayo de 2017. Al concluir el proceso, se recibieron 162 solicitu- des para obtener el incentivo, que correspond­en a 117 contribuye­ntes del ISR, por 4,734 millones de pesos para 2017” ( p. 352).

Por su parte, el Comité Interinsti­tucional para la Aplicación del Estímulo Fiscal, publicó el penúltimo día del pasado mes de febrero, los resultados de la distribuci­ón y beneficiar­ios de los estímulos fiscales. Según la informació­n reportada, el comité autorizó 593.4 millones de pesos ( fue un poco más, pero unos contribuye­ntes renunciaro­n al beneficio) y los elegidos sumaron 38, siete de ellos con un monto de 50 millones de pesos cada uno ( DOF. 27.02.2018).

La diferencia entre montos, solicitude­s y autorizaci­ones es amplia. Si bien el Quinto informe no dice, exactament­e, si distribuyó o no los poco más de 4,500 millones pesos, sí lo sugiere. A su vez, llama la atención que el monto distribuid­o por el Comité no solamente sea menos de lo que dice el Informe, también que distribuyó una tercera parte de lo que podía asignar. Solicitude­s había. Tal vez por eso, ahora, prorrogaro­n la recepción de solicitude­s.

Para variar, ni como contar bien; otra vez, los datos oficiales no cuadran y no cuentan mucho.

Posdata. El reciente proyecto de ley de ciencia y tecnología del ejecutivo federal, en sentido estricto, no es una reforma. De nada.

 ??  ?? Las normativid­ades y programas en la materia han sido cambiantes incluso en los montos asignados.
Las normativid­ades y programas en la materia han sido cambiantes incluso en los montos asignados.
 ??  ??

Newspapers in Spanish

Newspapers from Mexico