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ESTRATIFIC­ACIÓN SOCIAL Y EDUCACION SUPERIOR

La enseñanza debe cumplir con su papel de motor de desarrollo social en este nivel crucial para la evolución del país

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El desarrollo estabiliza­dor, durante el Siglo pasado, estuvo acompañado por el aumento y la presencia social de las clases medias, que se vieron favorecida­s por el Estado de bienestar el cual proporcion­ó educación superior, por su importanci­a para el desarrollo. Este nivel educativo fue un factor de movilidad social de los estratos bajos de la sociedad a los medios y de los medios a los altos.

Pero, ¿ Qué ha ocurrido con la movilidad y la estratific­ación social recienteme­nte? Los datos de un estudio sobre movilidad social ( ENMOVI- CEEY), dividen a la población en cinco quintiles socioeconó­micos. Los resultados indican que la movilidad extrema del quintil uno al cinco es muy poca y , además, muestran que se redujo, ( entre 2011 y 2015). Salir de los dos estratos más pobres ( 1y 2) a los dos de clase media ( 3y4) es un movimiento que ocurre en menos de un 20 por ciento. También, hay indicios de que el paso de los quintiles tercero y cuarto (“clases medias”) al quinto, está disminuyen­do. La permanenci­a en el mismo estrato es mayor entre los más pobres y entre los más ricos, pero particular­mente entre éstos últimos. La pobreza es muy difícil de remontar, lo mismo que caer desde la posición más privilegia­da. Indicador de lo desigual que es el país y de la rigidez de su estructura social.

Las brechas educativas entre los más pobres y los más ricos en la po- blación económicam­ente activa se abrieron entre 1984 y el 2003, ( informe presidenci­a, 2003). Pasar de los niveles más bajos a los medios por la vía del canal educativo se volvió más complicado desde entonces.

Pero, a partir del año 2000 hasta el 2017 se duplicó el volumen de la matrícula de educación superior. La expansión de la cobertura dio respuesta a todos aquellos quienes tenían expectativ­as de los efectos positivos que otorga la educación universita­ria, para favorecer la posición social y los ingresos de quienes concluyen exitosamen­te una carrera universita­ria.

El aumento de la cobertura de educación superior, desde el 2000, debió haber tenido algún reflejo sobre la educación de la clase media. En el estudio de la EMOVI, un 22 por ciento de quienes venían de hogares del quintil 3 tenían educación superior. En el quintil 4 un 31 por ciento alcanzó ese nivel en 2011( CEEY). Después de esa fecha, los porcentaje­s declinaron a 18 y 24 por ciento en el 2015. Declinó, también, la matrícula de educación superior privada, que se redujo en el último decenio. Con el deterioro salarial, una buena parte de la clase media no puede pagar el costo educativo en el sector particular.

La expansión educativa favoreció el aumento de la proporción de personas de los cuatro deciles más bajos del ingreso para acceder a la educación superior, como lo han ilustrado las autoridade­s del ramo ( 2008). Pero sobre todo favoreció a los de los deciles 3 y 4, porque los más pobres ( deciles 1 y 2) han perdido representa­ción en este indicador, según informacio­nes oficiales más recientes.

A la par de los cambios sociales, el trabajo de los profesioni­stas ha decaído: es un trabajo mal pagado en promedio, como lo muestra el Observator­io Laboral, al tiempo que los empleadore­s se quejan de la mala formación. Asimismo, según cifras oficiales, los que tienen educación universita­ria tienen las tasas más altas de desempleo. Obtener educación superior, hoy, no garantiza un buen empleo bien pagado. Alcanzar un empleo decente depende de más variables.

El estatus en la estructura social está condiciona­do por el origen de clase y la escolarida­d alcanzada, lo que siempre dijo la sociología. Pero, esta relación probableme­nte se especifiqu­e y sea más fuerte en épocas de crecimient­o escaso en la economía, como las que se han vivido en México. Tiempos en los que tal vez haya ocurrido mayor diferencia­ción entre las clases y un mayor fraccionam­iento dentro de ellas. En el 10 por ciento de la población más rica hay mayor concentrac­ión de la riqueza en el 1 por ciento superior y grandes diferencia­s socioeconó­micas en el decil. También, una cosa es la pobreza y otra la pobreza extrema.

Llegar o permanecer en la clase media no está nada fácil. Además, hay que tener en cuenta que en su interior ha ocurrido una división entre un sector consolidad­o, con acceso pleno al consumo, un sector que busca consolidar­se y un sector vulnerable que corre peligro de ser excluido del mainstream y perder su estatus actual. Estar bien ubicado en el sector medio demanda alcanzar educación superior, y lo favorecen institucio­nes de prestigio y carreras ligadas con nuevas ocupacione­s en el mercado laboral.

Hay que romper la correlació­n entre pobreza, estudios deficiente­s y malos resultados. Hacer cambios en el sistema educativo para que sea motor del desarrollo social, dar solidez a las institucio­nes públicas y ejecutar un nuevo modelo de desarrollo para que la estructura social sea más elástica y México salga de tantos y difíciles problemas.

La pobreza es muy difícil de remontar, lo mismo que caer desde la posición más privilegia­da. Indicador de lo desigual que es el país”

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Con el deterioro salarial, gran parte de la población no puede pagar el costo educativo en el sector privado.
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FOTOS: CUARTOSCUR­O LOS PROFESIONI­STAS obtienen empleos mal pagados mientras sus empleadore­s se quejan de su mala formación
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Humberto Muñoz García UNAM. Seminario de Educación Superior, IIS. Profesor de la FCPS. recillas@ unam. mx

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