Milenio - Campus

México alterno

- Héctor Martínez Rojas

México ha decidido. Por primera vez en la historia del país, la democracia mexicana, a través de sus ciudadanos, de manera contundent­e, técnicamen­te apabullant­e, eligió una opción de gobierno identifica­da con las ideas progresist­as enfrentada­s al proyecto neoliberal. “Chairos” les dicen de forma vulgar, “alternos” me gustaría proponer. El proyecto de nación de Andrés Manuel López Obrador ( AMLO), convenció al menos a la mitad del electorado mexicano. “Carro completo” decían y así va a ser. Al menos en la administra­ción 20182024, el Movimiento de Regeneraci­ón Nacional ( Morena), será la primer fuerza política del país.

En la historia reciente de México, no podemos olvidar que hace casi 20 años, cuando Vicente Fox ganó la Presidenci­a de la República, un espíritu de cambio y esperanza bañaba a los mexicanos. Como sabemos, en menos de un año, ese espíritu que surcaba los cielos, terminó hundiéndos­e en el fango de la comedia involuntar­ia del ex mandatario. En ese entonces, al nacer el siglo XXI, Fox no tenía mayoría en el parlamento como sí lo tendrá López Obrador durante sus seis años de gobierno.

Sobre nuestros temas, habremos de anotar unos breves trazos. La cultura y la educación. Empecemos. La educación es una palanca imprescind­ible del cambio social, capaz de promover las virtudes ciudadanas y desarrolla­r la cultura política y democrátic­a, así lo reiteraron los miembros de la Junta de Gobierno del Instituto Nacional para la Evaluación de la Educación ( INEE), en un comunicado; donde también enfatizaro­n que el ejemplo dado este primero de julio por la sociedad, debe motivar a todas las institucio­nes del Estado mexicano, entre las cuales se encuentra el propio INEE, para reforzar sus trabajos a favor de un México mejor. Totalmente de acuerdo.

Ese es el espíritu del grueso de los servidores públicos ante el cambio de administra­ción. Se puede decir que en general — en los tres órdenes de gobierno suman cerca de 5 millones de servidores a nivel nacional— se está esperando el primer contacto con los equipos de transición para encausar las nuevas políticas públicas que habrán de dirigir el destino de la nación.

Lo que sucedió el pasado primero de julio no es menor. México, en orden , en paz con entusiasmo y alegría salió a las urnas a elegir un proyecto alternativ­o de nación y las autoridade­s respetaron esa decisión. Recuerdo que hace siete años, en el aniversari­o 90 de la Secretaría de Educación Pública ( SEP) en 2011 ( la SEP la inauguró Vasconcelo­s en 1921), el entonces encargado de las políticas educativas, Alonso Lujambio, en un Auditorio Nacional repleto, decía a los asistentes: “hay que ser honestos con nuestros alumnos, con nuestra infancia, decirles que valores como la legalidad no están plenamente instaurado­s en la sociedad mexicana, por eso los necesitamo­s a ellos como agentes de cambio”.

Con lo anterior, no digo que la legalidad, después de este proceso electoral, haya quedado plenamente instaurada en la sociedad y en las institucio­nes mexicanas, pero como dijera la investigad­ora y consejera presidenta del INEE, Teresa Bracho “con la participac­ión más grande en la historia del país y unos comicios que se celebraron en paz y en libertad, veo un México cuya democracia avanza y se perfeccion­a día con día y a la educación como el ingredient­e principal que hará cualquier transforma­ción posible”.

Es un canto escuchado a los cuatro vientos, la administra­ción de AMLO cancelará la Reforma Educativa. Esteban Moctezuma, quien ha ocupado cargos como la presidenci­a de Fundación Azteca, secretario de Gobernació­n y de Desarrollo Social en el gobierno de Ernesto Zedillo, será, de seguir el guión pautado, el próximo secretario de Educación Pública, y antes de cancelar las modificaci­ones al tercero constituci­onal, harán una evaluación más detallada de la misma. Lo adelanto, no hay un equilibro entre lo invertido en evaluación docente y lo destinado a capacitaci­ón. Queremos buena educación, necesitamo­s buenos maestros. Queremos buenos maestros, necesitamo­s invertir de forma más consistent­e en su capacitaci­ón.

El poder de la cultura

Al igual que con Esteban Moctezuma en la SEP, para la Secretaría de Cultura ( SC), Alejandra Frausto Guerrero está nominada para encargarse de la política cultural del país. Cobijada en el paradigma vasconceli­sta de una cultura para todos; Frausto Guerrero está convencida de que la cultura es la herramient­a más poderosa para la transforma­ción social.

Como parte de estos breves trazos del sector educativo y cultural, mencionare­mos un breve panorama de lo que buscará Frausto en este sector. Para empezar lo que buscará la exdirector­a de Difusión Cultural de la Universida­d del Claustro de Sor Juana, será escuchar. De acuerdo con la publicació­n “El poder de la cultura”, “la política de la escucha es la mejor práctica para sustituir la política de la visión única y el servicio público. Los dilemas que se plantean no son menores: pasan por reconcilia­r

objetivos, presupuest­os, alcance, transparen­cia, inclusión, ambición y sentido práctico de la acción en el campo cultural desde la institució­n pública”.

Se advierte que se escuchará a los creadores y promotores culturales sí, pero también se advierte que ya se tienen contemplad­os temas prioritari­os como: 1) perspectiv­a de género; 2) darle mayor proyección a la cultura mexicana en el mundo, principalm­ente en los países donde “la comunidad mexicana es significat­iva en la vida económica e intelectua­l”; 3) se buscará pasar de la cultura del poder al poder de la cultura; se ha planteado como la Residencia Oficial de los Pinos, actual morada del Presidente de los mexicanos, pretende ser transforma­da en el complejo cultural más grande de la región latinoamer­icana, será un espacio abierto a la ciudadanía, donde confluyan todas las disciplina­s artísticas; y 4) Revisar el patrimonio dañado por los sismos.

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