Los días de julio marcan el derrotero
El 22 de julio, en la plaza de la Ciudadela, estudiantes de las vocacionales 2 y 5 del Instituto Politécnico Nacional ( IPN) se enfrentaron a jóvenes de la preparatoria privada Isaac Ochoterena, incorporada a la Universidad Nacional Autónoma de México ( UNAM).
Un día después, el 23 de julio, estudiantes de la preparatoria Ochoterena acudieron a las instalaciones de la vocacional 2, acompañados de estudiantes de la Escuela Nacional Preparatoria ( ENP) de la UNAM, en busca de revancha.
Policías persiguieron a los muchachos hasta las vocacionales 5 y 2, a donde ingresaron sin una orden judicial, para golpear y detener a estudiantes y profesores.
Para el 28 de julio, se realizó a la primera reunión entre el Comité Coordinador de Huelga del IPN, con representantes de la UNAM y de la Escuela de Agricultura de Chapingo.
Ahí se comenzó a discutir la posibilidad de extender la huelga hasta expulsar a los porros de las escuelas, indemnizar a los familiares de los jóvenes heridos y muertos, liberar a todos los estudiantes encarcelados, desaparecer al Cuerpo de Granaderos de la Ciudad de México, y derogar el artículo 145 penal, que sancionaba los delitos llamados de “disolución social.
Un día después, fue disuelto un mitin que los estudiantes pretendían realizar en el Zócalo. Se registraron enfrentamientos con los cuerpos de seguridad hasta las primeras horas del 30 de julio.
Fue ese día cuando con un disparo de bazuca el Ejército destruyó la puerta de la Preparatoria 1, y fueron tomadas las instalaciones de la 2, la 3 y la 5.
Más tarde, las autoridades universitarias acuden a la explanada de la Rectoría, donde el rector ingeniero Javier Barros Sierra iza la Bandera Nacional a media asta en señal de luto por la violación de la autonomía, en tanto que el ejército toma la Vocacional 7, en Tlatelolco.
A partir de ahí, el movimiento estudiantil de 1968 encontró un derrotero que cambiaría la historia del país.