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El encuentro

- Carlos Pallán Figueroa Ex secretario general ejecutivo de la Anuies capafi 2@ hotmail. com

El miércoles por la tarde, en el Palacio de Minería de la UNAM, se llevó a cabo una reunión de representa­ntes de la comunidad científi ca nacional con el presidente electo. El anfi trión fue Enrique Graue, rector de esa casa de estudios, quien se encargó de explicar el sentido del evento, así como entregarle el documento titulado Hacia la Consolidac­ión y Desarrollo de Políticas Públicas en Ciencia, Tecnología e Innovación. Aparte del rector, hicieron uso de la palabra 10 titulares de dependenci­as del sector público y privado, incluyéndo­se entre ellos a algunos rectores y directores de universida­des y centros de investigac­ión. Al fi nal, habló el propio AMLO.

El Dr. Graue expresó que tal documento es una agenda convenida entre más de 80 institucio­nes en los campos de CTI, cuyo propósito es contribuir al desarrollo de nuestra Nación. El sentido fi nal del documento, como resumió, es difundir la idea relativa a que “invertir en educación, desarrollo y CTI es prioritari­o y estratégic­o para el país, es aspirar a vivir en paz, con progreso y equidad social”.

De la diversidad de temas abordados sobresalen cinco, mismos que de modo muy suscinto aquí se exponen:

• Recursos fi nancieros. Se insistió en la necesidad de incrementa­r los dineros para CTI. La proporción anual del PIB aplicada a esos rubros alcanza el 0.5 por ciento, insufi ciente, pero también contrastan­te con el 2.3 del promedio de los países de la OCDE. Igualmente, se reiteró la necesidad de disponer de presupuest­os multianual­es e, inclusive, transexena­les. José Franco, del Foro Científi co y Tecnológic­o, propuso que el Conacyt sea responsabl­e de administra­r, por lo menos, el 50 por ciento del presupuest­o del sector, ya que actualment­e sólo dispone de menos de una tercera parte.

• Conacyt. Una propuesta constante fue la relativa a que se requieren más recursos, así como diversifi car sus fuentes. El 75 por ciento de su presupuest­o ya está comprometi­do en becas y programas fi jos, como lo resaltó Sergio López Ayón del CIDE. Algunas aplicacion­es específi cas, como la de fondos sectoriale­s, debieran incrementa­rse en función del propio crecimient­o de miembros del SNI.

• Regionaliz­ación. Varios de los oradores argumentar­on la necesidad de defi nir la vocación innovativa en términos de las regiones del país. Pero, y de manera más específi ca, como lo resaltó Luis Felipe Guerrero, rector de la Universida­d de Guanajuato, se requiere fortalecer CTI a partir de políticas públicas diferencia­das que, por un lado, reconozcan dichas vocaciones, y por otro, fomenten la inversión por parte de los gobiernos de las entidades federativa­s.

• Interacció­n de CTI con empresas. Guillermo Funes, directivo de la Asociación Mexicana de Investigac­ión Aplicada y Desarrollo Tecnológic­o, formuló dos propuestas relevantes: a) establecer consejos de inversioni­stas para evaluar posibilida­des de negocios en proyectos científi cos- tecnológic­os; b) crear ofi cinas de transferen­cia y asimilació­n de tecnología.

• Otros temas relacionad­os con CTI. Como fue expresado por varios oradores, CTI se fortalecer­á en la medida en que lo haga también el sector educativo. A este respecto, Rosaura Ruiz, nominada para estar al frente de la educación en la Ciudad de México, especifi có varias propuestas: a) elevar la escolarida­d promedio de la población; b) ampliar la cobertura en el nivel medio superior y el universita­rio; c) superar el rezago en la formación de recursos humanos califi cados, a partir del posgrado.

Al fi nal de las intervenci­ones, el presidente electo dio un mensaje que podría resumirse así: a) está terminado el modelo neoliberal que se aplicó en los últimos 30 años, los cambios que se realicen ahora deberán apoyarse y refl ejarse en CTI: “se trata de una transforma­ción profunda, ordenada y pacífi ca, pero radical”; b) el sector tendrá un crecimient­o presupuest­al en términos reales; c) el documento que ahora recibe será tomado en cuenta para elaborar el PND; d) el crecimient­o del país depende de CTI en los sectores público y privado; e) se trabajará de la mano con las universida­des, respetando su autonomía.

El segundo de los mensajes es fundamenta­l. Desde hace tres sexenios se ha prometido que el gasto para CTI debe llegar la 1 por ciento del PIB. Seis años atrás fue la oferta estelar de Enrique Peña en ese terreno, y se estuvo cumpliendo gradualmen­te hasta 2015. Ahora, aquella ha quedado sólo como sinónimo de incumplimi­ento. Como en las ceremonias del Fuego Nuevo de los antiguos mexicanos, la comunidad científi ca observa esperanzad­a que se dé esa transforma­ción ya anunciada, no importando el ordinal que se le asigne.

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LA INVERSIÓN en educación, desarrollo y CTI es prioritari­a y estratégic­a
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