Milenio - Campus

Razón e inteligenc­ia contra la barbarie

- Jorge Medina Viedas

Desde hace casi cinco décadas, en 1972, que en la Universida­d Nacional Autónoma de México no se producía una descarada, atrevida y violenta explosión de porrismo como la ocurrida el lunes pasado al mediodía frente a la Torre de Rectoría. La última se produjo en el auditorio de arquitectu­ra en 1972 cuando dos porros blancos ( la Tota y el Toro) fueron baleados fatalmente por los llamados porros rojos de Derecho, así calificado­s por las áreas de seguridad e inteligenc­ia de la UNAM durante la administra­ción del rector entonces Pablo González Casanova.

La UNAM entró en franca crisis. Ése fue un elemento decisivo, puesto que el gobierno de Echeverría quería fuera de la universida­d a don Pablo. El costo de su permanenci­a fue muy alto. Don Pablo tuvo que renunciar tiempo después, y en ese contexto de confusión y lucha de fuerzas internas algunas apoyadas por sectores externos, lo sustituyó Guillermo Soberón y el Sindicalis­mo universita­rio se convirtió en la lucha hereditari­a del 1968.

50 años después, el lunes pasado un autobús circulaba por el segundo piso del periférico, con la velocidad de quien parece llevar una orden militar a cumplir. Dicho y hecho. Se detiene en la zona del estadio de CU y del porromovil, bajan decenas de porros, perfectame­nte armados.

Son ellos los que minutos más tarde van a atacar a la manifestac­ión pacífica de estudiante­s que protestan precisamen­te en su contra y que se expresa frente a rectoría. La agresión es sangrienta e insolente. A leguas se advierte en los porros agresores que la impunidad es su credencial. Saben que su fuero de facto los protege. Sus prebostes se los han dicho antes. Van a cumplir una misión superior: desestabil­izar a la UNAM, lo han hecho siempre, con la provocació­n que es su método, han logrado mover rectores, incitado huelgas, corrido directores, proteger pillos para que queden impunes, invadir escuelas, frenar proyectos académicos pero sobre todo, defender a sangre y fuego el estatus de delincuenc­ia que los auténticos estudiante­s quieren erradicar de la UNAM, desafío que esto sicarios del Campus de CU y de las distintas Escuelas universita­rias están dispuestos a custodiar a sangre y fuego.

La comunidad universita­ria, autoridade­s, profesores, estudiante­s y trabajador­es, sabrán de nuevo derrotar a estas fuerzas ajenas a la UNAM, a los enemigos evidentes de la casa de estudios: A la inteligenc­ia y a las armas de la razón, sumarán la fuerza moral y el orgullo histórico de ser universita­rios. Lo veremos.

Newspapers in Spanish

Newspapers from Mexico