75 años del Tec de Monterrey/ II
Los 26 años del rectorado de Rafael Rangel fueron defi nitivos para la forja del Tec. Desarrolló e innovó sobre la sólida base construida por Fernando García Roel durante un periodo similar. Así, al inicio de la segunda década de este siglo las señas de identidad institucional estaban muy bien defi nidas: a) una institución que casi llegaba a una matrícula de 100 mil estudiantes; b) una organización nacional, el Tec, funcional y operativa; c) dedicada a la formación de recursos humanos califi cados, poniendo atención en las necesidades de su entorno inmediato; c) que emprendía actividades de investigación muy relevantes; d) y que, con todo ello, alcanzaba un prestigio que lo hacía presente en los rankings internacionales más prestigiados.
Después de 2011 se dio una transformación en la estructura institucional, distribuyéndose la autoridad en la presidencia de toda la organización y la rectoría de lo que es el Tec de Monterrey. La primera concentra el mando en los tres sistemas que lo integran: el Tecnológico propiamente dicho, el Tec Milenio y la Universidad Virtual, un enorme conglomerado de instituciones y quehaceres que atiende a clientelas diversas con objetivos precisos en cada una de ellas. La presidencia ha estado a cargo de Salvador Alba, antigua cabeza de Pepsicola de México, y la rectoría del Tec en manos de David Noel Ramírez Padilla ( 2011- 17) y David Garza Salazar, desde el año pasado.
Los tres sistemas que integran esta vasta organización exhiben números que la colocan como la más importante, cuantitativa y cualitativamente, dentro de las instituciones particulares del país. Así: a) el Tec tiene una matrícula que, desde hace un decenio, se mantiene en torno a los 100 mil estudiantes en sus 32 sedes. En 75 años de vida ha formado a 280 mil egresados; b) el Tec Milenio, creado en 2002 y que funciona en 29 campus en 18 estados de la República, tiene una matrícula de 56 mil estudiantes, con 81 mil egresados en ese lapso; c) la Universidad Virtual, fundada en 1994, en sus diferentes programas formales y de educación continua, reciclaje de profesionales y capacitación, tuvo una matrícula de 260 mil estudiantes en 2017, logrando formar a 30 mil egresados de sus programas formales desde su fundación.
Volviendo al Tec de Monterrey, la parte de investigación ha tenido un gran avance en los últimos 20 años. Con 900 investigadores incorporados al
SNI, en la última década se han tramitado 458 patentes ( la mayor parte de ellas en biotecnología, informática y manufactura), sólo superada por la UNAM, el IPN, la BUAP y la UANL. En ese mismo lapso, Conacyt les apoyó 5,500 proyectos dentro del Programa de Estímulos a la Innovación. Además, del total de sus proyectos en esta función, el 30 por ciento del gasto proviene de recursos fi nancieros de otras instituciones, proporción que habla de la interrelación o vinculación.
Hacia el futuro, defi nido a 2030, el Tec tiene dentro de la docencia uno de sus proyectos más ambiciosos: el modelo educativo Tec 21, concebido para aplicarse en “nativos digitales”. Con este modelo se intenta innovar y adaptar los planes de estudio a las nuevas necesidades del contexto. Tal como lo explica su actual rector, David Garza Salazar: “se trata de la reformulación del modelo educativo que se basa en cuatro pilares: aprendizaje basado en retos, fl exibilidad, vivencia universitaria memorable y profesores inspiradores. Un aspecto distintivo de este planteamiento es que los denominados “retos” se refi eren a que en los nuevos planes de estudio ( que estarán debidamente implantados en agosto del próximo año con nuevas carreras y programas académicos) el 50 por ciento de la actividad curricular se basará en “experiencias de aprendizaje”.
Pero no todo es júbilo y celebración en el Tec. Dos acontecimientos nublan la efeméride: a) el primero, ocurrido en marzo de 2010, cuando el ejército, por error, abatió a dos estudiantes ejemplares, haciéndolos pasar por delincuentes. El hecho no ha sido reconocido debidamente y una película en cartelera ( Hasta los Dientes) ha reabierto la herida; b) el otro se refi ere a la destrucción parcial del campus del sur de la Ciudad de México, debido al sismo del año pasado, hecho que causó la muerte de varios estudiantes. Las responsabilidades entre constructores y la institución no han sido debidamente aclaradas.
( Nota: una parte importante de la información aquí manejada proviene del Suplemento Especial del Grupo Milenio, titulado “75 años de historia del Tec”, septiembre 2018).