Disparidad de género
La maestra en Filosofía, con especialización en evaluación de programas sociales y medición de la pobreza, Natalia Villalpando, dijo que la educación superior debería de tener una perspectiva intersectorial, ya que no se le puede pensar solamente desde la necesidad de una educación de calidad, sino que debemos integrar, en esa perspectiva, por lo menos tres sectores distintos: equidad de género, políticas de primera infancia, y perspectiva de derechos humanos.
“Es indispensable que la educación superior considere un espacio específicamente para las mujeres. Habrá quienes argumenten que un espacio sólo para mujeres no tiene una perspectiva incluyente; sin embargo, ese argumento no considera los hechos de que hoy no somos pares, hoy las mujeres, en sectores mayoritariamente femeninos, ganan 2.5 veces menos que los hombres. Sólo 47 por ciento de las mujeres mexicanas, en edad productiva, forman parte de la fuerza laboral”, apuntó Villalpando.
Añadió que no podemos pensar en políticas de educación superior que funcionen para lograr los Objetivos de Desarrollo Sostenible al año 2030, si no consideramos que en la actualidad la mayor parte de la carga de trabajos de cuidados recae en la mujer, quien dedica entre 12 y 17 horas más por semana que los hombres al trabajo de cuidados, que es clave para el desarrollo de la sociedad, ya que un peso invertido en un niño de 0 a 5 años es la mejor inversión que se puede hacer como sociedad.