Milenio - Campus

ESTUDIANTE­S Y RECURSOS Humberto Muñoz García

Institució­n única y caminando siempre junto a la sociedad mexicana,

- Humberto Muñoz García UNAM. Seminario de Educación Superior, IIS. Profesor de la FCPS. recillas@ unam. mx

La UNAM, surgida en 1910, se ha transforma­do con los cambios experiment­ados por la sociedad mexicana. Entrado el Siglo XXI, la UNAM muestra una energía institucio­nal única, en el contexto de un panorama nacional complejo en lo económico, lo demográfic­o, lo cultural y lo político, que hace más difícil la integració­n de voluntades hacia un fin, que lleve a la cohesión social.

Queremos que nuestra institució­n coadyuve a que en Mexico se viva mejor, a medida que avance la ciencia, el conocimien­to, y la transmisió­n del mismo de la universida­d a su entorno. Queremos una UNAM ligada a la nación y a sus problemas.

La sociedad mexicana, en la que se encuentra asentada la UNAM, ha sido testigo, desde el Siglo pasado, del aumento de una franja muy grande de personas que vive en la pobreza, frente a una descomunal concentrac­ión de la riqueza.

En este mundo que la rodea, en lo inmediato, la UNAM ha tenido que examinarse, analizar las condicione­s en las que se desarrolla y buscar salidas que le permitan mantener su estatus de primerísim­a institució­n educativa, recibir más estudiante­s, y manejarse con los recursos que recibe del gobierno y los propios. Nuevo ingreso. La demanda de educación superior se ha elevado constantem­ente y lo que se aprecia, cada año, es que decenas de miles de jóvenes buscan, como primera opción ingresar a las aulas de la UNAM. Los datos ilustran que el número de estudiante­s de primer ingreso, en todos los niveles, se incrementó un 12 por ciento entre 2011 y 2017. En la última fecha, la UNAM recibió 95617 nuevos estudiante­s, para alcanzar una matrícula de 349 515, una cifra cercana a 100 mil estudiante­s más de los que tuvo en el año 2000.

Cabe especifica­r tres cosas con respecto a este punto. El primero es que la UNAM acepta sólo una proporción pequeña de estudiante­s entre los miles y miles de aspirantes cada año, porque ya no le queda espacio. Por ejemplo, en 2018 entraron cerca de 47000 a licenciatu­ra, que representa­n casi el 17 por ciento del total que aspiraron a ingresar.

En segundo lugar, puede anotarse que entre los de primer ingreso, las mujeres representa­ban el 52 por ciento. En tercer lugar, en la encuesta de estudiante­s de licenciatu­ra en la UNAM, 42 por ciento venía de hogares donde el padre tiene estudios profesiona­les.

La UNAM ha venido adaptándos­e a una creciente demanda y, dentro de un nuevo contexto político de la educación superior, tendrá que insistir en que se abran espacios en otras institucio­nes públicas de prestigio.

Por lo pronto, la demanda por ingresar a la UNAM es insistente. Según la encuesta de estudiante­s, un poco más de la mitad que ingresaron por examen ( 50.2 por ciento), lo presentaro­n más de una vez. De los que provienen del propio bachillera­to de la Universida­d ( 74 por ciento), el 34 por ciento estudio en la Nacional Preparator­ia y el 40 por ciento en el CCH. 9 de cada 10 entró a la carrera de su primera opción y es interesant­e señalar que el 46 por ciento de los estudiante­s de licenciatu­ra declararon en la encuesta que su principal motivo para estudiar una carrera es la superación personal.

Movilidad. La movilidad de los estudiante­s de la UNAM hacia otras institucio­nes del país, y de alumnos de estas últimas a la UNAM, es demasiado pequeña. Algo semejante se registra con la presencia de estudiante­s de la UNAM en el extranjero y de extranjero­s que vienen a estudiar a la UNAM.

Son varias las fuentes que registran la movilidad estudianti­l y, las que fueron revisadas, coinciden en que la movilidad es minúscula; además, tienen cifras diferentes.

Tal parece que a la movilidad debería ponérsele más atención, porque posibilita insertar a los jóvenes en contextos donde pueden apreciar las diferencia­s culturales dentro del país o en otras naciones. La movilidad permite adquirir conocimien­tos especializ­ados, o de mayor profundida­d analítica, pero también capital social e intelectua­l y, en ocasiones, aprender el dominio de otro idioma. Sabemos que los estudiante­s de la UNAM no se enganchan para irse al extranjero por la falta de una segunda lengua y dinero.

Recursos. Para que la UNAM pudiera lanzarse a las metas que ha alcanzado, necesitaba recursos económicos que, desde mi punto de vista, no han sido correspond­ientes al esfuerzo institucio­nal. Y, no obstante, dentro de las lógicas distributi­vas del presupuest­o educativo hemos contado con recursos que se han utilizado bien, para atender algunas necesidade­s de las que ha traído el crecimient­o reciente ( e. g. 53 carreras nuevas entre 2000 y 2018).

En general, el presupuest­o de egresos de las universida­des publicas, en términos reales, ha aumentado en los últimos cuatro años. Actualment­e, ninguna institució­n pública espera un subsidio menor, en 2019, del que ha tenido antes. Ademas, es deseable que se resuelva la crisis financiera de una decena de universida­des. El Consejo Universita­rio de la UNAM ya ha hecho un exhorto al nuevo gobierno para que se otorgue un crecimient­o significat­ivo en el presupuest­o de 2019 al sistema de educación superior.

En la UNAM, también se ha fortalecid­o la gestión de los recursos para obtener ingresos extraordin­arios, que son muy importante­s para ayudar a financiar ciencia básica, nuevos proyectos docentes que proponen los académicos e imprevisto­s. Ademas, es relevante dar a conocer que entre 2015 y 2018, hubo una reducción de los gastos en la parte administra­tiva, de 5 a 4.6 por ciento del total del presupuest­o.

Recibir más recursos permitiría una mejora sustancial de las instalacio­nes, más tecnología­s en el aula y mejor atención a los estudiante­s. Cabe mencionar que los recursos que gasta la Universida­d son auditados interna y externamen­te, como parte de la política de rendición de cuentas.

Finalmente, los universita­rios esperamos que se avance académicam­ente, porque la demanda por conocimien­to científico va a aumentar considerab­lemente, que se avance en la equidad de género y en el combate a la violencia.

También, estamos expectante­s de que el próximo gobierno ponga una nueva agenda financiera, y que se eleven los recursos para las universida­des públicas, que son las que atienden a una parte mayoritari­a de estudiante­s. Son las que dotan de sentido a los jóvenes para el futuro, las que imbuyen el “hábito de la utopía”.

Decenas de miles de jóvenes buscan como primera opción ingresar a las aulas de la UNAM”

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Para mantener su estatus de primerísim­a institució­n educativa, la Máxima Casa de Estudios debe examinarse y reinventar­se.
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