LA OBLIGATORIEDAD DE LA ED MECANISMOS SOLIDOS DE FIN
Para la ex rectora y legisladora, este nivel de estudios necesita soluciones de fondo que ataquen los problemas de origen
Ly se defina en los pasillos legislativos.
“Es decir, siempre tener no sólo los recursos suficientes, sino los incrementos que se requieren para que cada año puedan planear las universidades, pero en especial para que pueda incrementar la matrícula.
“Si queremos una educación de calidad en este país, no podemos estar viendo de qué forma se obtienen los recursos. Y hay algo muy importante, para hacer las cosas bien, hay que planear, y no se puede planear si no hay una certeza financiera”, considera.
Ortiz Lanz explica que, si bien muchos jóvenes quieren entrar a la educación superior, y de una u otra forma las instituciones han ofrecido una respuesta en este sentido, no ha sido del todo suficiente.
“Si hacemos un análisis de lo que ha ocurrido en los últimos años, en las últimas dos décadas en este país, en verdad que el incremento en la matrícula es impresionante”, dice.
“Esto no significa que esté muy bien, que estemos satisfechos, creo que nadie debería estar satisfecho si todavía muchos de los jóvenes que quieren ingresar a la educación superior no tienen el espacio”, reconoce.
Apunta también que, si este crecimiento que se ha dado, no ha sido igual en todo el país, ha sido, fundamentalmente, porque no existe el financiamiento.
“Porque no existe una consistencia en los recursos extraordinarios a las instituciones, porque no hay posibilidad, no hay una forma de planear, sin tener una visión a mediano plazo de la educación superior y ésa es la única forma de mejorar el acceso”, apunta.
Definir con tacto
Por eso, asume la también ex legisladora federal, el tema de la gratuidad y la obligatoriedad de la educación superior tiene que ser analizado desde distintas perspectivas y tomando en cuenta todas las implicaciones que conlleva una reforma constitucional de esa índole.
Propone que, si en efecto se concreta, se deben establecer mecanismos alternos o adicionales que le garanticen a las instituciones de educación superior los recursos suficientes para enfrentar este desafío.
“Estoy de acuerdo en que los jóvenes tengan acceso a la educación superior, y si analizamos las cuotas que cada una de las instituciones públicas, de verdad que son simbólicas, es prácticamente una pequeña parte, una pequeña porción.
“Pero dadas las condiciones que se dan en el financiamiento, son, hasta hoy de gran ayuda, creo que, si vamos hacia adelante, tenemos que implementar un esquema que cambie, un esquema que permita la planeación adecuada, que les permita a las instituciones, no sólo dar una respuesta a los miles de jóvenes, sino una respuesta de calidad, ahí es donde vuelvo a hacer énfasis”, señala la ex rectora de la UACAM, quien también laboró en esa institución como académica y funcionaria.
Detalla que los ingresos que perciben las instituciones de los cobros por algunos servicios, son una ayuda primordial para las universidades públicas estatales.
“Ayuda y ayuda muchísimo a que las instituciones tengan ingresos propios, y que sean sus Consejos Universitarios, el órgano regulador que pueda dar transparencia al ejercicio de esos recursos, autoriza a quienes están a cargo de las instituciones el poder ejercerlos, poder complementar, en muchos casos, y atender asuntos que las deficiencias del presupuesto regular asignado no pueden brindar”, expresa.
Por ello, agrega Ortiz Lanz, la asignación de recursos suficientes debe ser uno de los aspectos que deben contemplarse en caso que la iniciativa de obligatoriedad avance hacia su aprobación.
“Sí es importante este tema, y sin duda alguna hay que verlo desde esa perspectiva, vamos a hacerlo, vamos a tratar que, en verdad, el recurso que llega a las universidades sea necesario, o de otra forma, que estas universidades sigan conservando este recurso, que siga siendo significativo”, apunta.
Por encima de ideologías
Al hablar sobre su experiencia como diputada federal, como parte de