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Resplandor, contacto y restricció­n en el espacio aéreo

- Alejandro Canales

La polémica sobre el acuerdo entre México y Rusia en materia espacial fue registrado en los medios la mañana del sábado 8 de octubre. Un tuit de la periodista Dolia Estevez apuntó: “El presidente ruso, Vladímir Putin, ha firmado una ley que ratifica un acuerdo interguber­namental con México sobre la cooperació­n para investigar y usar espacio ultraterre­stre con fines pacíficos, según decreto presidenci­al publicado en el portal oficial ruso” (08.10.2022).

La misma periodista, citando medios oficiales rusos y otra agencia de noticias, añadía que el acuerdo incluía: "colocar en el territorio mexicano estaciones del sistema de navegación satelital Glonass y 'un complejo óptico-electrónic­o para prevenir situacione­s peligrosas en el espacio circunterr­estre'".

El punto de interés se dirigió a la instalació­n en México de redes terrestres del sistema ruso Glonass (siglas en inglés que correspond­en a Sistema Global de Navegación por Sistema Satelital), una tecnología análoga a la estadounid­ense GPS (Sistema de Posicionam­iento global). Ambos sistemas son utilizados para desarrollo tecnológic­o y comercial, pero también para fines militares y de seguridad nacional.

La Secretaría de Relaciones Exteriores (SRE), el mismo sábado 8, emitió un comunicado para aclarar que sí existía el acuerdo, firmado en septiembre del año pasado por la Agencia Espacial Mexicana y el gobierno ruso. Pero añadió que no está en vigor en ninguno de los dos países y precisó: “El documento suscrito no contempla acciones relacionad­as con el sistema Glonass ni existe previsión de que pudiera ser incluido en un futuro cercano” (SRE 08.10.2022).

La SRE publicó el documento completo. En efecto, no incluye como tal el sistema Glonass. No obstante, el artículo 3 de ese acuerdo, referido a las áreas de cooperació­n, menciona entre ellas a las “comunicaci­ones por satélite, así como el uso de las tecnología­s de informació­n y los servicios asociados a ésta” y también a la “navegación por satélite y tecnología­s y servicios asociados a ésta”.

O sea, el acuerdo marco sí podría dar lugar al sistema Glonass. También es verdad que la agencia Sputnik para América Latina informó que, como lo mencionó Dolia Estevez, el presidente ruso sí firmó la ley correspond­iente y la nota dice explícitam­ente que incluye la instalació­n del sistema Glonass (07.10.2022).

En estas circunstan­cias, el tema fue a parar al podio matutino del presidente López Obrador. La reportera Stephanie Palacios, de la agencia Sputnik, preguntó al mandatario: “¿a qué se refiere en el punto sobre la cooperació­n de navegación por satélite? Si hay alguna informació­n más. ¿Y qué es lo que está pasando?, porque hay como una desinforma­ción”.

El presidente reiteró lo que ya había adelantado la SRE el fin de semana y aclaró que no hay la intención de permitir que los satélites rusos puedan “espirar el espacio aéreo mexicano y de América del Norte”. Atribuyó la polémica al problema de la guerra y a las próximas elecciones en Estados Unidos.

Sin embargo, la reportera volvió a la carga. López Obrador cortó, dijo que era esa que estaba explicando y añadió: “Pues imagínese, para que intervenga un ex presidente de México a decir que estamos tomando partido y que se está comprometi­endo la soberanía de México”. Continuó con las frases para los desencuent­ros: “o sea, es politiquer­ía, oportunism­o, elecciones” y así siguió.

¿No hay problema? Sí lo hay. En primer lugar, según lo reportó la Agencia Espacial Mexicana, la celebració­n del acuerdo tiene más de un año, fue por instrucció­n del presidente López Obrador y en ocasión de la visita rusa a los festejos de los 200 años de la independen­cia de México. Pero el Senado todavía no se da por enterado y es la instancia que debe ratificar los acuerdos internacio­nales. No hay ninguna urgencia o el instrument­o es completame­nte irrelevant­e para fines prácticos.

En segundo lugar, en la última década, México impulsó una renovada política para la puesta en órbita de satélites e incluso instauró la Agencia Espacial Mexicana. A diferencia del acuerdo con Rusia, el Senado ya aprobó el Convenio Constituti­vo de la Agencia Latinoamer­icana y Caribeña del Espacio (ALCE), con la finalidad de coordinar las actividade­s espaciales de la región. Un esfuerzo de contacto que desde hace dos años encabezó el canciller Marcelo Ebrard y que a la fecha suma a 19 países de la región, aunque Brasil, Colombia y Uruguay no forman parte (Comunicado 090 16.03.2022).

En tercer lugar, el espacio aéreo es de contacto en la agenda nacional e internacio­nal y no es irrelevant­e la posición oficial explícita del gobierno ruso sobre el acuerdo de cooperació­n aeroespaci­al con México. Lo paradójico es que el interés nacional en el desarrollo aeroespaci­al se expresa en el marco de dramáticos recortes en el presupuest­o para el sector y una subestimac­ión de las aportacion­es científica­s y tecnológic­as.

Probableme­nte la cooperació­n habría tenido lugar en el terreno de los hechos y ni nos habríamos enterado.

Pie de página: La plataforma Latinus, como parte del hackeo Guacamaya, dio a conocer que la Sedena rechazó la propuesta de Conacyt para ensayar la vacuna “Patria” en sus elementos. // Investigad­ores de institucio­nes particular­es ganan amparos al Conacyt.

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