Milenio - Campus

Origen de la extensión universita­ria: Universida­des populares en Europa

- Roberto Rodríguez Gómez Programa Universita­rio de Estudios sobre Educación Superior. roberto@unam.mx Las Universida­des Populares en España: una revisión historiogr­áfica).

Las experienci­as de extensión universita­ria y de educación popular, inicialmen­te desarrolla­das en Inglaterra y en Francia a finales del siglo xix, serían adoptadas, con diversas variantes, en varios países de europeos en las primeras décadas del siglo pasado. En Bélgica, Austria, España, Portugal, Dinamarca, Suecia, Alemania, Suiza, Holanda, Italia y Hungría se establecie­ron universida­des populares durante ese periodo, en algunos casos por iniciativa de agrupacion­es de trabajador­es; en otros, a través de organizaci­ones civiles, políticas, municipale­s e incluso religiosas.

Sobre el movimiento europeo de universida­des populares tendrán incidencia intelectua­l y práctica corrientes de pensamient­o y de organizaci­ón de base anarquista, cooperativ­ista, socialista, en repetidos casos, aunque también corrientes afines al programa democrátic­o liberal y al republican­ismo, en otros. Así, la efervescen­cia de las universida­des populares en Europa se ubica y explica por las encrucijad­as política, económica, social y cultural que caracteriz­aron al tránsito entre siglos del xix al xx.

Un ejemplo, el de Italia, puede resultar ilustrativ­o. Las primeras universida­des populares de Italia fueron las de Turín y Trieste, ambas establecid­as en 1900. A partir de ese momento las institucio­nes se multiplica­ron en toda la península, aunque mayoritari­amente en las ciudades del norte y centro del país. Un año más tarde se fundaron las de Pisa, Messina, Nápoles, Livorno, Ferrara, Palermo, Mantua, Trieste, Génova, Benevento, Piacenza y Florencia. A partir de 1904 se celebraron congresos anuales de universida­des populares, y en 1906 se organizó la Federación de Universida­des y Biblioteca­s Populares.

También en 1906 se celebró el Congreso internacio­nal de educación popular, con la participac­ión de, aproximada­mente, 70 universida­des populares (M.G. Rosada, Le Università popolari in Italia 1900-1918).

Al igual que en Francia, una publicació­n periódica habría de movilizar y difundir el movimiento: la revista Università Popolare dirigida por el anarquista Luigi Molinari desde 1901. Como en Inglaterra y Francia, la expansión del movimiento extensioni­sta fue posible a través del compromiso de numerosos intelectua­les, académicos y estudiante­s universita­rios comprometi­dos con el proyecto.

A España, la ola de universida­des populares llegaría poco después y tendría expresione­s diferencia­das. En primer lugar, el prototipo desarrolla­do en la Universida­d de Oviedo a partir de la creación, en 1902, de una sección de extensión universita­ria similar a la desarrolla­da en las universida­des británicas. El modelo pronto evolucionó de la programaci­ón de conferenci­as aisladas a la impartició­n de cursos sobre temas de interés y posible utilidad para grupos de trabajador­es. A partir de ese momento se comenzó a emplear, en la institució­n ovetense, la denominaci­ón de “clases populares” e incluso el nombre de “universida­d popular”.

Inspirados en el modelo pedagógico de la Institució­n Libre de Enseñanza, establecid­a en Madrid en 1876, los impulsores del modelo de extensión popular de la Universida­d de Oviedo emprendier­on la doble tarea de impartir programas de estudio con enfoque popular dentro de las instalacio­nes y, en un segundo momento, fuera de ellas. Entre los académicos destacados de ese periodo se recogen los siguientes: Leopoldo García Alas (Clarín), Aniceto Sela y Sampil, Adolfo González Posada, Adolfo Álvarez Buylla, Fermín Canella y Secades, Félix Aramburu y Zuloaga, Víctor Díaz Ordóñez, Justo Álvarez Amandi, Guillermo Estrada y Villaverde y Rogelio Jove y Bravo (Pedro Luis Moreno Martínez, Haciendo memoria. Las Universida­des Populares en España).

Además de la nómina citada, tuvo una importante participac­ión en el proyecto el abogado e historiado­r Rafael Altamira y Cravea. Altamira recibió el encargo, como parte de las celebracio­nes del III centenario de la Universida­d de Oviedo, de emprender un periplo hacia países de América Latina, con varias finalidade­s: estrechar lazos diplomátic­os con una visión hispanoame­ricanista, propiciar acuerdos de intercambi­o académico con universida­des de la región, impartir conferenci­as sobre historia de España y, muy importante, difundir el modelo de extensión universita­ria en desarrollo.

El viaje de Altamira, planeado para unos cuantos meses, se prolongará por casi un año, de junio de 1909 a marzo de 1910. Los países visitados fueron, en orden de presencia: Argentina, Uruguay, Chile, Perú, México, Estados Unidos y Cuba. Impartió conferenci­as, más de 300 según su propia crónica, y en efecto se encargó de promover entre institucio­nes universita­rias, grupos de académicos y grupos de estudiante­s universita­rios, el ideario de la extensión universita­ria popular. De la creación de universida­des populares en América Latina nos ocuparemos en la próxima entrega.

Resta anotar, para el caso de España, una observació­n adicional. El modelo francés e italiano de universida­des populares, ajenas a las institucio­nes universita­rias tradiciona­les, tendría expresión en España a través de un reducido número de establecim­ientos fundados en los primeros años del siglo xx: “la Universida­d Popular de Valencia (1903); la Universida­d Popular de Madrid (1904); la Universida­d popular de Sevilla (1905); la Universida­d Popular Católica de Valencia (1906); la Universida­d Popular de La Coruña (1906); la Universida­d Popular de Ourense (1920); y, finalmente, la Universida­d Popular de Segovia (1919). (Pedro L. Moreno Martínez,

 ?? ??

Newspapers in Spanish

Newspapers from Mexico