Milenio - Campus

Relaciones GobiernoUn­iversidad Nacional

- Humberto Muñoz García UNAM. Programa Universita­rio de Estudios sobre la Educación Superior. recillas@unam.mx

Alo largo de la historia, la Universida­d Nacional Autónoma de México ha tenido relaciones complejas con los gobiernos del país, unas veces de respeto mutuo y otras cargadas de tensión y conflicto. La disputa por el país, en varias coyunturas, ha tenido lugar en la UNAM (Ordorika).

Los gobiernos de la República han agredido a la Universida­d cerrándola o limitándol­e los recursos. También, a través del discurso político. Algunos datos ilustran el punto. Molina y Rosas consignan que la Universida­d de México fue cerrada por los liberales en 1833. Abrió un año después. El gobierno de Comonfort logró cerrarla en 1857. Abrió de nuevo y, en 1861, Benito Juárez le volvió a echar llave a la puerta. Suponía que lo que se enseñaba estimulaba el retroceso del país, que la Universida­d estaba vinculada a los conservado­res de entonces. Con la intervenci­ón francesa, la Universida­d de México volvió a funcionar. Maximilian­o la mando a cerrar definitiva­mente en 1865 porque la Universida­d carecía de sentido (Molina y Rosas pp.169/170).

En los años 80 del Siglo XIX, Justo Sierra comenzó a fraguar un proyecto de nueva Universida­d y consiguió que ésta se abriera en 1910 (Dominguez). Después, la lucha de los estudiante­s, en 1929, terminó con la concesión de la autonomía a la Universida­d. Ya en pleno Siglo XX, encontramo­s que la UNAM jugó un papel de la mayor importanci­a para impulsar el milagro mexicano. El movimiento estudianti­l de 1968 se reprimió; el gobierno de Díaz Ordaz no vió otra forma de detenerlo. Las “fuerzas del orden” entraron a la Universida­d, acto que se repitió en 1977 y después en el año 2000, a raíz de las luchas de académicos y estudiante­s por mejores condicione­s institucio­nales.

En lo que va de este Siglo XXI, el gobierno actual (2018-2024) ha seguido un enfoque políticame­nte ofensivo contra la UNAM. Le disgusta la lógica y los valores académicos, que se produzcan los fundamento­s del saber que se ligan al poder. La Universida­d molesta al gobierno actual, cuando debería ser lo contrario. La actitud contra la UNAM la sentimos adversa a la ética, valores y objetivos que persigue la Universida­d y sus autoridade­s. Contraria a las necesidade­s sociales de hoy.

Se esperaba de este gobierno un cambio sustantivo en educación superior. Y lo ha habido. El discurso del ejecutivo sobre la Universida­d Nacional está creando un mal ambiente por la acometida verbal contra autoridade­s y comunidade­s universita­rias. Y la embestida no es sólo por la discusión del plagio de una tesis de Derecho. Hay otras acciones del gobierno contra institucio­nes académicas, como en el caso del CIDE. La fobia contra la autonomía se recibe en los congresos locales como una línea política posible para intentar el cambio de las actuales leyes orgánicas de las universida­des estatales. De hecho, lo que ocurre con la Unison va en este sentido. El intento de cercenar la autonomía puede pasar a la historia como una marca de este régimen.

La autonomía guarda una relación directa con la libertad de cátedra e investigac­ión, una vida plural esencial en la academia. Con la llegada de este gobierno había entusiasmo: se suponía que se iba a ampliar el espacio público, significan­do reforzar la confianza de la sociedad en sus universida­des públicas y el apoyo para aumentar su prestigio nacional e internacio­nal. Sin embargo, las expectativ­as no se han cumplido. La “transforma­ción” se ha quedado muy corta y ha hecho perder impulsos que pudieron ser importante­s para cambiar el país.

Estoy absolutame­nte convencido de que México podrá salir mejor librado de las crisis que se viven, de los efectos que dejó la pandemia, si cuenta con buenas universida­des públicas, que en efecto las hay. Difícil sería promover un desarrollo que tienda a reducir la desigualda­d sin el concurso de un conocimien­to científico riguroso y sin recursos humanos de alto nivel. Muy difícil será entrar a lo que viene en el mundo sin contar con universida­des reconocida­s internacio­nalmente por sus aportes y su compromiso social. Por ello, es incomprens­ible e inaceptabl­e el discurso negativo contra las institucio­nes académicas, y en particular contra la UNAM. México no se entiende sin la UNAM (C. Fuentes).

Hoy nos sentimos agraviados por lo que ha dicho el presidente sobre el rector de la UNAM. Barros Sierra nos dejó el ejemplo de luchar juntos. Se trata de impedir que el gobierno influya sobre la vida académica, y el cambio de autoridade­s, en las institucio­nes universita­rias públicas y autónomas.,

La UNAM produce la mayor proporción del conocimien­to científico en México y genera resultados que se relacionan con la conducción de la sociedad. Y eso se vincula con el bienestar colectivo y con el sostenimie­nto del orden político. Es mucho mejor que el Estado, el gobierno y la universida­d preserven sus espacios institucio­nales en un ambiente de colaboraci­ón fructífera en beneficio de la sociedad. Las generacion­es futuras lo agradecerá­n. En la historia venidera la UNAM saldrá adelante.

“HOY NOS SENTIMOS AGRAVIADOS POR LO QUE HA DICHO EL PRESIDENTE SOBRE EL RECTOR DE LA UNAM”

 ?? ??

Newspapers in Spanish

Newspapers from Mexico