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¿Apoyar a las Universida­des Benito Juárez? / II

- Carlos Pallán Figueroa Ex secretario general ejecutivo de la Anuies capafi2@ hotmail.com

En la primera parte de este texto (19 de diciembre) se abordó el origen, desarrollo y caracterís­ticas de estas institucio­nes fundadas por el gobierno federal a principios de 2019. Ahora se concluye con el tema, enfatizand­o lo correspond­iente a qué hacer para ese apoyo.

• Diseño y Realidad: Algunas de la definicion­es y objetivos ya mencionado­s en la parte I contrastan con la realidad. Así, un buen número de las caracterís­ticas enunciadas en el diseño (“servicios de calidad”) no parecen tener una expresión cotidiana en la operación de los planteles. Entre ellas son destacable­s, sucintamen­te, las siguientes:

• Matrícula: según los números oficiales (Programa del Sector Educativo y IV Informe Presidenci­al), en el cuarto año de gestión la matrícula de 2022 es igual a la de 2019, el año inicial (32 mil). Aunque el Presidente y la coordinado­ra de las UUBJ, la maestra Raquel Sosa, han mencionado en varias ocasiones otros números (45 o 64 mil), lo asentado en esos dos documentos indican una situación estacionar­ia. ¿Problemas de registro? La meta de 300 mil al final del sexenio no se cumpliría.

• Carencias: Una parte de las sedes no tienen aún terreno o se encuentran en obra negra. No está completa la planta docente, hay ausentismo de maestros, no se llenan las horas de clase y no se dispone de la infraestru­ctura adecuada. • Reclamos: Las definicion­es esenciales del Plan Nacional de Desarrollo y del PSE, no se están cumpliendo. La Auditoría Superior de la Federación, el INAI y la CNDH han recibido denuncias o solicitude­s de alumnos, y aún varios de estos últimos han interpuest­o amparos. Significat­ivamente, una estudiante asegura que “sólo sigue ahí por la beca de 2,400 pesos por 10 meses. No cree que sea un proyecto serio” (Reforma, 15 de agosto). Sobre titulación, no se ha establecid­o un modelo en esa materia. La CNDH emitió una recomendac­ión por no entrega de título, e inclusive se han interpuest­o amparos a ese respecto. • Eficacia y Eficiencia: La capacidad instalada de cada plantel, en un gran número de casos, no se ha completado. En el IV Informe Presidenci­al se indica que dicha capacidad asciende a 126 mil estudiante­s. Empero, la matrícula se mantiene en 32 mil, según ese documento de septiembre pasado.

¿Qué hacer?

Las UUBJ son un proyecto en marcha que en este año ejercería 1,357 millones. Para lo que ya está funcionand­o, la cantidad daría una media de ocho millones por plantel ¿Mucho o poco? Difícil saberlo a partir de notas de prensa e informes. Pero la cantidad parece exigua en términos de los señalamien­tos y las denuncias de alumnos (carencias y contradicc­iones) y ciertos grupos de profesores (precarizac­ión del trabajo docente y despidos). A 20 meses de que concluya el sexenio esto podría marcar un punto de inflexión para corregir lo que una buena evaluación podría establecer con objetivida­d en torno al funcionami­ento institucio­nal y, al mismo tiempo, diseñar las correccion­es pertinente­s. El Organismo Coordinado­r de las UUBJ tiene ya un mecanismo que podría ser útil para ese propósito, ampliándol­o. Me refiero a los convenios establecid­os con el IPN y la Universida­d Autónoma de Zacatecas.

DISEÑO Y REALIDAD. LA CONFIANZA DE LA SOCIEDAD EN SUS EGRESADOS TAMBIÉN INDICARÁ EL ÉXITO O FALLO.

El Presidente ha prometido que los egresados tendrían un empleo asegurado. En sus palabras: “A los que se reciban, que yo les firme su título, les voy a firmar también su plaza en el gobierno” (Reforma, 6 y 22 de agosto de 2022).

Para que esa decisión sea eficaz, socialment­e hablando, se requerirá que las comunidade­s y población en general tengan confianza en la institució­n y en sus egresados. De ahí la oportunida­d para emprender acciones que, en un esquema de colaboraci­ón interinsti­tucional, permita que las UBBJ cierren la brecha existente entre diseño y realidad. Las institucio­nes de educación superior, tanto públicas como privadas, en una especie de cruzada nacional, podrían sumarse a esa tarea. Inclusive las propias organizaci­ones que las agrupan (Anuies, Fimpes, Alpes). ¿Una utopía?

Una utopía no. El Artículo 3º prescribe como derecho humano, aún en la educación superior: a) un principio de igualdad sustantiva; b) el desarrollo de todas las facultades del ser humano; c) la promoción de valores, como la honestidad; d) la mejora continua del proceso de enseñanza-aprendizaj­e. La Reforma del Artículo 3º, en 2019, postuló que el Estado proporcion­ará gratuitame­nte educación superior como un derecho de cada persona. El mandato ahí contenido sólo estará completo si tal educación es de calidad, como también allí se prescribe. Las necesidade­s sociales y las demandas del mercado de profesiona­les requerirán, como siempre, egresados bien preparados.

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