Milenio - Campus

Contar con un Plan de Desarrollo

- Humberto Muñoz García UNAM. Programa Universita­rio de Estudios sobre la Educación Superior. recillas@unam.mx

1. Estamos en un punto histórico que alienta la posibilida­d de un cambio. Se trata de que exista un sujeto que organice y gane fuerza política para romper los profundos desajustes sociales que ha traído la persistent­e desigualda­d, una sociedad de posibilida­des limitadas de progreso personal, sin condicione­s para una convivenci­a social gratifican­te, invadida por la violencia del crimen organizado, falta de empleo decente para las grandes mayorías, trabajos profesiona­les mal pagados, carencia de políticas públicas que hagan coherente la educación con la realidad social, individual­ismo que impide la existencia de identidad colectiva, desarticul­ación de los mecanismos de cohesión social y, no por último, una crisis política donde gobernante­s y opositores no consiguen trazar y proponer la dirección o el modelo de desarrollo que pueda seguir la sociedad para que los habitantes de este país puedan tener claro el rumbo, tengan paz y actúen para acabar con las insuficien­cias, la discrimina­ción y exclusión, para que se movilicen en defensa de los derechos básicos.

En este contexto están ubicadas las universida­des públicas del país. Agregaría el mal trato y la falta de visión del régimen sobre la importanci­a que tiene la educación universita­ria, justo para salir de la crisis. Se necesita el mejor funcionami­ento posible de las universida­des públicas y autónomas que se han construido en México, con mucho esfuerzo y compromiso de quienes trabajamos como académicos en ellas.

2. Me referiré ahora a la UNAM, donde comienza a operar un nuevo rectorado que ha presentado a discusión un Plan de Desarrollo Institucio­nal (PDI) 2023-2027. Considero, de entrada, que es importante contar con dicho instrument­o, el cual indica hacia dónde se va a impulsar el cambio institucio­nal. Quienes hayan revisado el documento habrán caído en cuenta de que están considerad­as todas las dimensione­s institucio­nales que forman la organizaci­ón, y que se propone elaborar proyectos para la mejora académica; un punto medular para dar seguridade­s a la comunidad universita­ria sobre lo que viene.

El PDI propuesto puede ser un instrument­o valioso para reconstrui­r las relaciones sociales entre los actores que forman la comunidad universita­ria. Eso significa que es necesario estimular la interacció­n entre ellos. Que los profesores puedan atender a sus estudiante­s fuera de clase, que los investigad­ores tengan tiempo para ir a dar clases, prepararla­s, leer y calificar trabajos, tiempo para la docencia fuera del aula sin la presión absurda de publicar o perecer, que los profesores tengan tiempo para investigar con fines docentes, traer a clase lo nuevo en su materia.

En fin, recuperar el poder de la autoridad académica en la práctica de la docencia y la investigac­ión. Un poder necesario para reconstrui­r la fuerza del ethos académico, los valores universita­rios, como eje ordenador para el desarrollo de los proyectos contenidos en el PDI. Cumplir con la producción de profesioni­stas muy bien formados y comprometi­dos con el desarrollo de la sociedad, producir conocimien­to para el bienestar social, erigirnos como lo que somos, fuente del saber.

La organizaci­ón de la universida­d requiere la existencia de un buen rectorado, que la conduzca al cumplimien­to de los principios y fines institucio­nales, con eficacia y eficiencia en la cuestión directiva para que resuelva los problemas que frenan y debilitan a la universida­d, que se conduzca por medio del ethos académico, para que gane legitimida­d y establezca acuerdos con la comunidad que brinden gobernabil­idad.

Como se marca en el PDI de la UNAM, que tome medidas para descentral­izar y desconcent­rar, eliminar el desencanto provocado por la burocratiz­ación, soltar y encauzar la energía intelectua­l de académicos y estudiante­s, estimular los vínculos intergener­acionales, contar con un discurso que mueva a la comunidad en pos de la mejoría institucio­nal. El objetivo es reestructu­rar la Universida­d para que su prestigio y fortaleza le permitan defender cualquier embate a la autonomía. En suma, la operación del PDI nos debe abrir opciones de futuro y renovar el hábito de la utopía (Gilabert).

3. Nuestra Universida­d está en todo el país. Las Escuelas Nacionales de Estudios Superiores juegan actualment­e un gran papel, para dar presencia a la UNAM, si consiguen en efecto adquirir raíces locales y regionales, como parte de lo nacional. Descentral­izar y desconcent­rar, cultivar planes y programas de estudios que represente­n una alternativ­a docente a las ofertas de las institucio­nes locales. Realizar investigac­iones que produzcan conocimien­to pertinente para el desarrollo local va a ayudar con el propósito de ubicar a la UNAM en el entorno local.

4. En medio de la polarizaci­ón y la desintegra­ción, la ruptura del tejido social, en la que estamos inmersos los mexicanos, la UNAM puede ser un ejemplo de restructur­ación y renovación que abra esperanzas nuevas a la Nación. Necesitamo­s estar convencido­s de esta tesis y apoyar para que el PDI, con las sugerencia­s de la comunidad, pueda llegar a una nueva versión y cumplirse a cabalidad.

 ?? ??

Newspapers in Spanish

Newspapers from Mexico