Tiene altísima rentabilidad, asegura
El vocero de Presidencia, Eduardo Sánchez, destacó que el gobierno federal decidió construir y operar el Nuevo Aeropuerto Internacional de México (NAIM) debido a su “altísima rentabilidad”. En conferencia recordó que en los años 90 el Estado mexicano concesionó a empresas privadas diversas terminales aéreas; sin embargo, el actual aeropuerto se conservó dentro de las arcas gubernamentales por ser el más rentable en ingresos, los cuales “son atractivos”.
Explicó que con esa misma óptica se planeó el NAIM y por estrategia tampoco se concesionó. “El esquema que hoy se conoce es fundamentalmente con inversión privada, sin embargo el gobierno federal mantiene la altísima rentabilidad que tiene el aeropuerto”, precisó tras presentar los resultados del Tianguis Turístico Mazatlán 2018.
La postura del vocero se debió a que el candidato presidencial Andrés Manuel López Obrador anticipó que, de ganar la elección, concesionará el nuevo aeropuerto, por considerar que genera un alto costo al presupuesto público.
El martes pasado el director general del Grupo Aeroportuario de Ciudad de México, Federico Patiño, encargado de la obra, señaló que es viable concesionarla, aunque la mejor opción es que el cambio se haga hasta que termine su construcción. “Una vez concluido el nuevo aeropuerto, el gobierno federal puede concesionarlo para recuperar su inversión. Hacerlo antes implicaría transferir altos riesgos operativos y financieros a un posible concesionario, con un alto costo para el Estado”, indicó.
Para el proyecto se prevé una inversión de 190 mil millones de pesos; en su primera etapa de operación tendrá tres pistas de aterrizaje y despegue que funcionarán de forma simultánea, y moverá 70 millones de pasajeros al año.
Patiño subrayó que el gobierno es el tenedor de las acciones del proyecto a través del GACM, con lo cual se aseguran las mejores condiciones de costo-beneficio tanto técnicos como financieros, y de rentabilidad económica y social para el país.
Mencionó que es imprescindible la participación del sector público para resolver los problemas que aquejan a la zona oriente del Valle de México, entre ellos la complicada movilidad, la escasa conectividad y la falta de empleo.
Añadió que la rentabilidad de la obra es una inmejorable oportunidad para el Estado a fin de generar desarrollo en los sectores aeronáutico, turístico, económico y productivo. SIGUE EL MISMO ESQUEMA QUE CON LA ACTUAL TERMINAL