La caravana nos tiene en vilo
Tijuana. Ayer temprano llegaron a esta ciudad, el punto más septentrional del país, los primeros migrantes centroamericanos de la caravana que ha puesto en vilo la relación entre México y Estados Unidos.
Los albergues ya estaban listos para recibir con un desayuno a cerca de 400 desplazados, punta de la caravana de más de 7 mil hombres, mujeres y niños, pero sorprendió que en lugar de primero saciar el hambre, los desplazados se fueron directamente a la frontera en Playas de Tijuana, y aportar la imagen que Donald Trump necesitaba: jóvenes encaramados sobre la valla, rodeada de la muchedumbre agolpada.
Mientras tanto, en el cruce fronterizo de San Ysidro, la Policía Militar de Estados Unidos montó barreras movibles de concreto con concertina de seguridad, listas para ser colocadas en la línea para cerrar la frontera, en caso de una presencia masiva de migrantes.
Muchos especulan quiénes son los que están detrás de la caravana, que inició en octubre en San Pedro Sula, Honduras, y cuáles son sus intereses.
Me parece que se trata de una mezcla de actores, nacionales y extranjeros, activistas y políticos, unos de buena fe y otros manipuladores que medran con gente indefensa e ignorante.
Elproblemaesquelacaravana,porunauotrarazón,ha puesto en crisis la relación entre México y EU. La caravana ocurre en un periodo de transición en México, de cierto vacío de autoridad, entre el gobierno que sale y el que entra, y cuando en Estados Unidos el presidente Trump aprovechó la elección para azuzar la xenofobia.
La principal razón de que la caravana se haya dirigido a Tijuana, destino más lejano desde Chiapas, y no a otro cruce fronterizo más cercano, se debe a que los organizadores son promotores de derechos humanos que tienen su base en California.
La organización civil estadunidense Pueblos sin fronteras apoya desde hace 15 años a los migrantes que ingresan a Estados Unidos, sus miembros acompañan a las caravanas y les proporcionan asesoría legal y asistencia humanitaria.
Hay otra ONG denominada Al otro lado, con sede en Los Ángeles y Tijuana, que demandó al gobierno de Estados Unidos por impedir a los migrantes ingresar al territorio estadunidense para que pidan asilo en los puntos de ingreso, requisito indispensable para iniciar el trámite.
La política de rechazo a los solicitantes de asilo fue instrumentada por órdenes del presidente Donald Trump al procurador general, Jeff Sessions, a quien acaba de despedir, y a la secretaria de Seguridad Nacional, Kirstjen Nielsen, a quien está a punto de correr, pero su jefe no está satisfecho con los resultados obtenidos hasta ahora.
La migración de Centroamérica a Estados Unidos constituye un grave desafío que impacta negativamente a nuestro país, que no podemos resolver solos. Necesitamos la cooperación regional.
La auténtica solución radica en hacer eficiente la política migratoria de las naciones involucradas, sobre todo de Estados Unidos, mejorar la seguridad y crear un programa de cooperación al desarrollo de toda la región.
La auténtica solución radica en hacer eficiente la política migratoria de las naciones involucradas