Subsidio a los estados
En la disminución brutal que aplicó el gobierno neoliberal de Enrique Peña Nieto al presupuesto a cultura durante sus seis años de mandato, un río sistemático y perverso de pauperización deliberada se llevó entre las patas muchas cosas hasta reducir a la mitad lo asignado en su último año de mandato por el presidente Felipe Calderón.
Y entre los rubros que se adelgazaron o desaparecieron de pla- no están los Programas de Apoyos a Festivales Culturales y Artísticos (Profest) y de Apoyo a la Infraestructura Cultural de los Estados (Paice).
Peor aún, el Subsidio Piso a los Estados que era la base operacional (en algunas entidades definitivamente crucial) para los institutos o secretarías de Cultura locales.
Este último se redujo de 34 a 8 millones por entidad para 2017; con un aumento a 10 millones en el ejercicio fiscal 2018.
El Presupuesto de Egresos de la Federación (PEF) 2019 amenaza con volver a castigar a los Estados e incluso desaparecer el Subsidio Piso.
La catástrofe va a ser mayúscula porque hay entidades cuya cámara local ( por las razones que sea) nunca han puesto presupuesto estatal a sus instituciones culturales. Lo cual está muy mal pero es una realidad que debiera enderezarse a escala nacional.
Así, el Subsidio Piso es la única posibilidad de que los aparatos culturales operen, paguen nómina de burócratas (pésima idea dejar la partida a la Federación), den salario a maestros, orquestas y compañías estatales de danza y teatro, den mantenimiento a sus museos e infraestructura y, en el último de los peldaños de las prioridades, atiendan a sus comunidades artísticas.
Dejar el Subsidio Piso fuera del PEF 2019 puede ser un balazo no en un pie sino en la nuca al cacareado proyecto de transformación cultural que proponen AMLO y nuestra bienvenida Secretaria de Cultura federal, Alejandra Frausto.
Incluso, no elevar a 22 mil millones el presupuesto para cultura como pelea el actor Sergio Mayer en la Comisión de Cultura de la Cámara de Diputados (#PrimeroLaCultura), implicará que la cuarta transformación del país (que si no es cultural no será) no arranque en 2019.