Erotismo lésbico: paraíso sin coito
Desde hace milenios se cree que el máximo placer que se puede sentir en lo erótico está relacionado con la penetración heterosexual. No obstante, se ha comprobado que el gozo va más allá de orientaciones sexuales y del coito, pues las posibilidades para vivirlo son infinitas si nos guiamos más por la curiosidad, la sabiduría sexual, el deseo y la libertad con la que vivimos cada experiencia.
Por ello me pareció importante un estudio realizado por las universidades de Indiana, Chapman y Claremont Graduate, en Estados Unidos, que acabo de leer aunque se llevó a cabo hace un año, en donde se afirma que la heterosexualidad no es un factor para llegar al orgasmo y que las mu- jeres que tienen sexo con mujeres pueden llegar a sentir más o mejor placer.
El informe se publicó en los Archivesof SexualBehaviour y sus autores explicaron que entrevistaron a más de 52 mil personas de ambos sexos, entre heterosexuales, homosexuales y bisexuales. La nota, retomada por el portal argentino Infobae, señala que “el principal mito en la sexualidad femenina es que la relación sexual entre dos mujeres es incompleta, ya que no se produce el coito (sin tener en cuenta los accesorios con los que sí puede darse la penetración)”. La conclusión de los investigadores es que las homosexuales llegan al orgasmo con más frecuencia que las heterosexuales pues, más allá de su orientación del deseo, todas las mujeres pueden experimentar una mayor tasa de orgasmos si dejan de suponer que estos llegarán a ellas por obra y magia de la penetración.
Curiosamente, frente al 95 por ciento de hombres heterosexuales que afirmaron estar muy satisfechos con su vivencia del placer, apenas 65 por ciento de mujeres hetero dijeron lo mismo. Al tener sensaciones semejantes, las lesbianas saben dónde, de qué manera, con qué intensidad estimular a sus compañeras, mientras que entre heterosexuales es necesario ir guiando a la pareja. El sexo oral se vuelve muy útil en todo caso, al igual que la masturbación compartida, las caricias y los besos más todas las posturas que se puedan realizar con el objetivo de liberarse y sentir, no creer que es una competencia o una obligación.