Grandiaffari
Fertinal estaba en quiebra, pesaba sobre su estructura desvencijada una deuda de 264 millones de dólares y en bancos solo disponía de 12 mil dólares; ni las finanzas de Gilga en su peor momento ofrecieron este desequilibrio
Como decía la extinta madre de Gamés: tenía que ser. Gil lo leyó en su periódico ElUniver
sal, en una nota de Noé Cruz Serrano: “Las autoridades de Estados Unidos investigan al ex presidente Enrique Peña Nieto por un presunto soborno en la operación de compra-venta de Fertinal realizada por Pemex en 2015”.
Según esto, “información en poder del Departamento de Justicia de Estados Unidos y la Security and Exchange Commission (SEC) señalan que el ex mandatario pudo haber recibido un soborno para autorizar la compra de la empresa de fertilizantes con un sobreprecio excesivo que dañó el patrimonio de Pemex y el erario”.
La lectora, el lector y lelectere le seben: Fertinal estaba en quiebra, pesaba sobre su estructura desvencijada una deuda de 264 millones de dólares y en bancos solo disponía de 12 mil dólares. Ni las finanzas de Gilga en su peor momento ofrecieron este desequilibrio. Así las casas (ah, gran muletilla patrocinada por el Grupo Higa) y siempre según esta información de ElUniversal “los documentos mencionan el nombre de Peña Nieto, quien dio el aval para que el ex director de Pemex Emilio Lozoya pagara 635 millones de dólares por Fertinal, pese a que la empresa era insolvente y con millones de dólares de deuda”.
En esta parte de la trama negra aparece un italiano: Fabio Massimo Covarrubias, accionista mayoritario de Fertinal que pagó mediante un fideicomiso el supuesto soborno. Cochadiche,Fabio,stiamoandandoaforniere.Grandiaffari: gran negocio. Abrázame, hermano. Como se decía en esos años: lo que saque la mano. ¡Y qué manotas! Gamés no quisiera ponerse sentencioso, pero si la mitad de lo que ha leído con ojos de plato y plata es verdad, la vida le permitirá ver a un ex presidente enjuiciado. Aigoeii.
Muñoz Ledo
Dios y los lectores saben que Porfirio Muñoz Ledo no es santo de la devoción de Gilga. El tribuno ha servido a demasiados amos y a todos les ha hecho la chamba sin agraviar nunca sus principios. Ahora mal sin bien, la intervención del diputado Muñoz Ledo le ha recordado a Gil que hubo un tiempo en que los políticos mexicanos, con todos sus defectos, eran profesionales y conocían el oficio. Con la pena, pero escasean en nuestros tiempos.
Arturo Rodríguez de su revista Proceso entrevistó a Muñoz Ledo a propósito de sus declaraciones en torno al diferendo con Estados Unidos. Preguntado (así se dice) por la misión encabezada por Ebrard, Muñoz Ledo respondió: “De una sola visita no sé. Ni sé exactamente qué hizo esa vez ni otras veces. En algunas le habrá ido mejor, en otras menos bien. Creo que nuestra embajadora (Martha Bárcena) está muy bien, pero la presión es brutal. Ahora es un chantaje. Yo les decía: ‘Vayan al G20 y ahí suelten el tema’. Tenemos que ser un poquito más agresivos ahora”.
Oigan esto: “Yo nunca hubiera contestado un tuit. Le hubiera mandado una nota diplomática al Departamento de Estado diciéndole: ‘Por favor, dígame por la vía diplomática qué es lo que quiere decir su jefe’. Cuando menos se podría haber logrado otro tono. Pero yo hablo como antiguo diplomático y manteníamos otras maneras de hacer las cosas”.
Lean esta verdad de 100 kilos: “Tengo mi opinión. Yo traté de dar mis ideas, dije cosas muy fuertes y sí he sido escuchado. Desde el día que hablé en Tijuana han pasado muchas cosas y pienso que sirvió para agilizar la apertura de los acuerdos (de Washington). La relación es buena con Marcelo Ebrard. Él pidió venir a verme antes de entrar a la sesión (del viernes 14 en el Senado). Platicamos un buen rato y aclaramos”. La simpatía arrasadora de Ebrard se impone, eso ya se sabe.
Contra la pared
Muñoz Ledo: “¿Qué podemos hacer? ¿Vamos a estar contra la pared toda la vida? ¿Vamos a ser esclavos por generaciones? Yo creo que esto debe orillar al gobierno de México a una nueva política; puede ser costosísimo, pero ¡no vamos a ser esclavos!”
“Es jugársela más fuerte. Si este cuate (Trump) gana la elección después de volvernos a asustar, pues ya valimos, como dicen los muchachos. Entonces tenemos que tratar de cambiar, si no la correlación de fuerzas, sí los apoyos internacionales”. Gil se pone de pie y se quita el sombrero. Dirán la misa prudente, pero Muñoz Ledo tiene razón. Y a reposar. Adiós.
Todo es muy raro, caracho. Como diría Montesquieu: Paraquenosepuedaabusar delpoder,esprecisoqueelpoderdetenga alpoder.
Si la mitad de lo leído con ojos de plato y plata es verdad, podría ver a un ex presidente enjuiciado