Un país feliz de convertirse en muro
Estemartes, ElDiariode Chihuahua reportó lo siguiente: una mujer hondureña, recién regresada a México por autoridades estadunidenses, fue secuestrada por agentes de la Policía Federal. Los policías la entregaron a un grupo del crimen organizado, que abusó de ella sexualmente en repetidas ocasiones. La mujer identificó a sus captores porque aunque le vendaron
los ojos, sus lágrimas removieron el pegamento que sostenía la cinta ( https:// bit.ly/31KOBJn).
La semana pasada, la prensa local dio a conocer que una mujer salvadoreña de 19 años fue asesinada en Veracruz cuando policías federales, en un retén conjunto con agentes del Instituto Nacional de Migración, abrieron fuego contra el vehículo en el que viajaba ( https://reut.rs/2WYvVHB).
En ambos casos el factor común es la Policía Federal, misma que se incorporará a la recién creada Guardia Nacional para, entre otras cosas, detener la migración centroamericana.
Ninguna de las dos tragedias provocó revuelo alguno en la discusión pública, pero tampoco sorprende. Según los datos más recientes del encuestador Alejandro Moreno, 75 por ciento de los mexicanos está a favor de deportar a los migrantes centroamericanos indocumentados; de igual manera, un número muy alto quiere que se militarice la frontera sur ( https://bit.ly/2ZDFnx0). La mayoría de los mexicanos no quiere que vengan los migrantes y está dispuesta a apoyar medidas draconianas con tal de evitarlo.
Esto no es nuevo, solo más visible. Ha transcurrido una eternidad desde que el gobierno de Lázaro Cárdenas recibió con brazos abiertos al exilio español; décadas desde que acogimos a los refugiados chilenos que escapaban de la dictadura o a los guatemaltecos que huyeron de la guerra. Desde hace años nuestra política migratoria la dicta Estados Unidos, cuyo gobierno rompió récords de deportación con Barack Obama.
Lo ocurrido en Chihuahua y Veracruz es solo el preludio de lo que podemos esperar en años próximos. Con una Guardia Nacional mal entrenada y mal pagada, y con un ánimo antimigrante en niveles históricos, será cada vez más común ver estas barbaridades. En el mejor caso se les recibirá con desinterés; en el peor, se les apoyará por un país feliz de convertirse en muro.
La mayoría de mexicanos no quiere que vengan migrantes