Gael. Chicuarotes retrata el mundo criminal de CdMx
“La película no tiene un mensaje moral; busca exponer el problema para enfrentarlo”, señala
Luego de un camino de casi una década, Gael García Bernal presenta Chicuarotes, película que filmó en San Gregorio Atlapulco, Xochimilco, para hablar de crimen y violencia, pasando por la inclusión, ecología y pobreza; el rodaje inició luego de
los sismos de 2017 y a pesar de ser un retrato local manda un mensaje para todo México, con un toque de comedia que aligera las tragedias contadas.
“Una película puede parecer una de las actividades más frívolas, pero también es un ejercicio fundamental de cohesión social, de embarcarse en un acto de fe para dar visibilidad a un lugar y dar un grito comunal para decir: ‘Aquí seguimos’ luego del sismo, los pobladores (de San Gregorio) decían que necesitaban reactivar la economía y nos dijeron que siguiéramos con la película que queríamos hacer. La labor del cine es colocarse frente a estos temas, exponerlos y hacer las preguntas debidas, de ahí la importancia del presupuesto, y que es tan importante mantenerlo (el cine) a flote”, dijo Gael.
El largometraje que se estrenará el 27 de junio con 300 copias narra la vida de Cagalera (Benny Emmanuel) y Moloteco (Gabriel Carbajal), dos adolescentes que buscan salir de San Gregorio y alejarse de las circunstancias opresivas en las que viven; su deseo de juntar dinero y huir los adentrará en el mundo criminal de Ciudad de México.
“Hablamos de una narrativa que reconocemos, no es una historia de ficción; quizá antes la narrativa no estaba tan colocada, llegamos a un momento trágico donde es plausible secuestrar a alguien para tener dinero, un niño puede secuestrar a un niño, a eso queríamos entregarnos. La película es una fábula responsable que no trata de traer una respuesta moral sino enfrentar el tema; no existen los chamanes para resolver esto, nuestra responsabilidad es colocarnos frente al tema, por las deudas que tenemos como humanidad, por ejemplo, con la emergencia climática o la lacerante impunidad en la que vivimos, donde el protagonista se justifica diciendo que nunca lo van a cachar”, señaló.
Afirmó que no es una exaltación a la violencia, sino una forma de reflexionar sobre las terribles consecuencias; por eso, la existencia de personajes como Suhehili (Leidi Gutiérrez), uno de sus preferidos por pertenecer a esas voces que no han tenido espacio en el cine universal: las niñas, quienes traen “una narrativa esperanzadora al planeta”.
Gael mencionó que la parte aventurada de este proyecto es que es multitonal, una tragedia con tintes de comedia por la ridiculez de las situaciones.