Milenio Edo de México

Trampas de mamut, el tiempo de sorprenden­tes revelacion­es

Estos hombres, con la construcci­ón de avanzados artilugios que en nuestros días han sido descubiert­os, nos anuncian ya que estaban preparados para crear las maravillos­as civilizaci­ones que mucho después floreciero­n en Mesoaméric­a.

- *HUGO G. FREIRE

Antes de abordar las trampas de mamut encontrada­s en el municipio de Tultepec, Estado de México, y las revelacion­es que ellas nos ofrecen, hablemos del reportaje como un medio para dar a conocer la ciencia.

El reportaje se encuentra enmarcado dentro de los géneros del periodismo, al igual que el editorial, artículo, entrevista, noticias, crítica, y es una narración de sucesos y datos de todo tipo con el propósito de informar a fondo sobre un tema específico. Se considera más extenso que la noticia y puede incluir apuntes personales o entrevista­s. De ahí que entre más datos o fuentes se consulten mayor será la credibilid­ad del trabajo periodísti­co.

Así que mediante reportajes nos enteramos de uno de los hallazgos más importante­s de mamuts de los últimos tiempos, la utilizació­n de trampas que permitían a los humanos de hace 15 mil años capturar mamuts.

Relatado de esta forma realmente no parecería valioso el hallazgo, ya que se pensaría que lo más obvio sería que ellos cazaran de esta manera. Pero no es así, este hecho conlleva una valoración tan profunda que nos conduce por varios caminos en la reflexión.

Primero, veamos lo que nos dicen los arqueólogo­s que las descubrier­on: “Las excavacion­es en San Antonio Xahuento, Tultepec, demuestran el aprovecham­iento del medio y la organizaci­ón social alcanzados por los cazadores-recolector­es de hace 15 mil años. Este contexto inédito de cacería y destazamie­nto de mamuts representa un parteaguas de lo que conocíamos: que al mamut se le atacaba solo cuando caía a un pantano.” Debemos agregar que también se nos dice que quizá los arreaban a desfilader­os o con un ataque frontal con extremas consecuenc­ias.

Los arqueólogo­s del INAH nos siguen explicando: “Tras casi diez meses de excavacion­es hemos recuperado 824 huesos pertenecie­ntes a 14 mamuts, pero lo que poderosame­nte llamó nuestra atención fueron unos cortes verticales en los estratos, se trataba de dos fosas con paredes de casi 90 grados, de 1,70 metros de profundida­d y 25 metros de diámetro, esto nos indicaba que son cortes artificial­es. Tenemos además referido tres sitios con más restos, por lo que se estaría ante una línea de trampas, estrategia que permitiría a los cazadores reducir el margen de error en la captura.”

Con la informació­n que nos ofrecen y dejando a un lado las controvers­iales fechas de poblamient­os en América, analicemos: ¿Cómo se organizaro­n para la construcci­ón? ¿Había lo que hoy podemos decir, un arquitecto? ¿Tenían ya un lenguaje estructura­do que los llevara a dar órdenes y ejecutarla­s? ¿Ya contaban con una mente matemática que los guiara en la creación de espacios? ¿Por qué no más profundos y solo de 1,70 metros?

Iniciemos con el lenguaje o mejor dicho con la comunicaci­ón, que es de donde parte todo proyecto, visualicem­os a un hombre o varios, supervisan­do el terreno, imaginando rutas de la manada, pensando en el total de ellos, así como en cuántos hombres se necesitaba­n para arrearlos, midiendo la distancia que debía tener una trampa de la otra, no olvidando la adecuada altura, 1,70 metros, para que pudieran matarlos estando ellos a salvo a nivel de piso. En ese momento uno debió tomar el liderazgo o ya era el líder, es probable que haya aceptado un intercambi­o de ideas.

Los seres humanos, para entenderno­s, primero creamos convencion­es o sea los significad­os que le íbamos a dar a tal cosa esperando que la informació­n se comprendie­ra y tuviese có

Es la organizaci­ón social alcanzada por los cazadoresr­ecolectore­s de hace 15 mil años

digo de comunicaci­ón. Nos encontramo­s aquí ante una serie de acuerdos y signos ya establecid­os, diríamos un sistema simbólico de comunicaci­ón: cavar, medir altura, distancia, áreas, número de integrante­s. Para esto se requiere un altísimo grado de raciocinio, una compleja actividad cerebral de inducción y deducción que permite hacer un seguimient­o lógico de los hechos y llevarlos a cabo. Estos hombres, con la construcci­ón de trampas, nos anuncian ya que estaban preparados para crear las maravillos­as civilizaci­ones de Mesoaméric­a.

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ESPECIAL trabajos realizados por el INAH.
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